Apenas unas horas antes del duelo del Badajoz ante el Tudelano, muchos aficionados tuvieron que frotarse los ojos al encontrar al diez blanquinegro en la convocatoria. Dani Aquino regresaba a una lista algo más de tres meses después. No era un órdago ni un farol. La expectación era máxima cuando los futbolistas salieron al calentamiento y en el rondo aparecía el atacante murciano, dicharachero, activo, pletórico de ánimos, bromista y desbordante de positividad.
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Parecía una entelequia que días después de que el técnico del conjunto pacense anunciara que Aquino contaba con el alta médica debajo del brazo estuviera en el césped en disposición de jugar. Así fue. «Su importancia fue la del Cid Campeador, casi sin hacer nada, porque si repasas el partido solo realizó tres repliegues, cuatro gestos a la grada y contagió al resto, porque en ese partido no estaba para mucho más». Es justo lo que necesitaba el Badajoz, un revulsivo anímico, alguien que rompiera la dinámica de cierto decaimiento por los resultados y por la falta de confianza. Sin olvidar que, cada vez que tocó la pelota, el murmullo fue generalizado, porque sus botas son garantía de peligro. «Tiene mucha calidad, dando pases con tensión y siempre con la intención de dañar al rival». Bastaron un par de balones filtrados para romper varias líneas de presión y habilitar opciones en ataque en los apenas 23 minutos que estuvo en el campo. Pero el preparador granadino es realista y hace un llamamiento a la calma y a la lógica. «El otro día consideramos que era un partido en el que teníamos que ganar y manejar todas las energías disponibles. Corrimos un riesgo con él porque no era momento de que reapareciera, pero tenía muchas ganas, nos dijo 'aquí estoy yo'».
Reconoce que está al 30% de lo que puede aportar y que es necesario extremar las precauciones con su retorno a la dinámica del equipo. «Hay que ir mucho más despacio con él. Trabaja la mayoría de las sesiones con readaptadores, alterna trabajo con el grupo con el individual, hay que tener paciencia». Evitar recaídas es la principal prioridad con un futbolista que es capital y sobre el que recaen grandes esperanzas para el desempeño de los pacenses en la segunda vuelta. «Pensar en él como una solución habitual para que el equipo rinda a mejor nivel es ser absolutamente imbécil, yo lo veo todos los días y sé lo que nos puede dar».
La superioridad numérica y la lesión de Isi Gómez ante el Tudelano también fueron factores claves que permitieron que se adelantara su regreso con la pretensión, sobre todo, de enchufar a una grada alicaída y contagiar su energía al resto de compañeros. «Lo del otro día es tirar de entusiasmo en una situación de dudas que tenemos todos y la grada, para ponernos enfilados en el objetivo de ganar de cualquier manera». Es poco probable, por tanto, que se repita su participación ante el Rayo Majadahonda, duelo que se disputa este domingo (17.00 horas, retransmitido por Footters), en el que es duda Isi Gómez por sus problemas de tobillo. Sergio Benito y Zelu, que tuvieron que ser sustituidos la pasada jornada, están recuperados. El Badajoz contará además con una baja por covid-19, aunque el club no lo ha hecho oficial.
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