El Romano ama a Chuma

Te lo firma porque el equipo de David Rocha se ha metamorfoseado en un equipo ganador, al que le interesa que pasen cosas durante un partido. Sufre los golpes y tiene su momento de bajón, como cuando Mario García puso el 0-1 en el ecuador de la primera parte, pero luego es capaz de venirse arriba y terminar gozándolo, como hizo tras el 3-1 de Elejalde a dos minutos del final. Y entre uno y otro gol, Rafael González Rodríguez. Chuma.

Es verdad que el primero de los goles te lo fabrica Busi por la derecha y te lo adoba Mizzian en el primer palo y que el segundo es mitad de Tomás Bourdal, mitad de Dani Sandoval. Pero el sello final, al primer toque, lo timbra el delantero andaluz, en su momento más dulce desde que llegó al Romano hace año y largo. Él levantó al equipo y él se llevó el abrazo de todo el estadio. Abrazó que compartió con su compañero Palomares.

El guardameta sufrió la pérdida de su abuela estos últimos días y, tras llegar el viernes por la noche exprés de Jaén, se plantó los guantes para sumar con el equipo. Y el equipo se fue con él a celebrar ese empate de Chuma en el 58'. Antes de ahí, el Algeciras tenía controlado el partido. Aunque empezó mejor el Mérida, el tanto de Mario García en el 23' avivó los nervios y la ansiedad del Mérida y calmó los del equipo rojiblanco, que entre pérdidas de tiempo y posesiones largas de balón dejó al Mérida sin tirar a puerta en toda la primera parte.

Los de David Rocha empezaron el duelo presionando alto y pisando área rival, pero entre el calor y el gol visitante en su primera llegada seria del partido acusó una pájara importante. Y es que, un minuto antes del 0-1, el Romano había protestado airadamente una posible expulsión de Admonio por agarrón sobre Mizzian. Pugnaban ambos por el balón, el defensor rojiblanco cedió a su portero y cuando el delantero emeritense continuaba con la presión para llegar antes, Admonio pudo agarrarle por detrás para evitar que llegase. A la jugada siguiente, con el estadio desquiciado, vacunó el equipo de Lolo Escobar en su primera aproximación.

Tras el paso por los vestuarios el Mérida elevó un par de revoluciones su ritmo y empezó a finalizar jugadas. Ya antes del empate, el propio Chuma había disparado peligrosamente desde la frontal en el 51' para hacer trabajar por primera vez a Lucho García. Y lo siguiente fue el gol, cocinado con el empeño de Busi por la derecha y el desmarque de Mizzian al primer palo. Chuma esperó la espuela de su compañero en semifallo para romper la red y girar el ánimo del partido.

A partir de ahí, Mérida y Algeciras comenzaron a refrescar a sus equipos. Felipe Alfonso le dio descanso a Beneit, Javi Martín a Busi y Elejalde a Mizzian. El Mérida quería más y al Algeciras no le sentaba mal el punto, porque desde el gol no volvió a disparar a puerta hasta el tiempo de descuento.

Pero entonces Tomás Bourdal sacó rápido una falta en campo propio para ponerla con concisión al otro lado del campo, la bajó y la jugó Sandoval, que centró a su estilo (raso y potente) para que Chuma rompiera al primer palo y con la puntera pusiese boca abajo al Romano.

Con el 2-1, al Mérida le tocó apretar aún más atrás y aprovechar aún más si cabe los espacios arriba. El 3-1 pudo llegar antes, tras una gran cabalgada de Elejalde que acabó en la cruceta. Pero llegó en el 88', gracias al primer balón que tocaba Álvaro Juan: robó, esprintó, pisó línea de fondo y la puso atrás para que Elejalde, suave, mandase a la red el 3-1 definitivo. Entre eso y el empate del San Fernando, el Romano volvió a irse de subidón y queriendo mucho a su Mérida y a su Chuma. Mucho.