El Romano no desaloja la congoja

Dentro del escaso fútbol expuesto, principalmente por la responsabilidad y el miedo instalados en los hombros de ambos conjuntos, el Mérida fue de menos a mucho más en las dos partes. El control, el balón y la pausa se la adjudicó el Atlético Sanluqueño, pero el vértigo, la rapidez y las llegadas fueron casi todas del Mérida. Mientras que los de Abel Segovia anteponían ganar metros con balón y asociándose, los de Rocha no perdían tiempo y preferían jugar en largo a la más mínima posibilidad. Blues contra rock and roll.

La mayoría de las veces no le salió, pero cuando sí creó casi todo el peligro del partido, tanto en la primera como en la segunda parte. Antes del descanso, las más claras fueron un mano a mano con tiempo de Javi Martín, que definió mal y al centro en el 36', y un disparo al palo de Sandoval en el 23' tras empalar en el segundo palo un centro de Raúl Beneit. Y es que el Mérida juega a eso: a jugar en largo para aprovechar la velocidad de sus bandas y a presionar para provocar el error del rival. Así llegaron todas las aproximaciones claras de los locales.

Como un disparo de Juanjo desde la frontal tras romper Busi por la derecha en el 4', un mano a mano de Juanjo invalidado en el 18' por considerar el colegiado que robó con el brazo, un remate de Javi Martín que se encontró Samu Pérez tras centro de Sandoval en el 19', un casi mano a mano otra vez de Javi Martín que se quedó atrás el delantero emeritense en el 32', Sandoval que no llega a empujar a la red en el segundo palo un centro lateral en el 38'…

Tras el descanso, el Sanluqueño controló algo mejor las transiciones del Mérida, aunque volvió a coleccionar más ocasiones el equipo de David Rocha. El único trabajo de Palomares en todo el partido fue una estirada espléndida tras un cabezazo de Fer Román a la salida de un córner que se colaba allá por el 74'. Lo demás, todo de los emeritenses: un gol olímpico fantasma de Sandoval en el 63', una punterita escorada de Álvaro Juan que sacó de milagro Samu Pérez en el 74', una volea de Chuma casi desde el punto de penalti al medio de la portería en el 80' y la ocasión final de Felipe Alfonso, que tiró por encima del larguero desde dentro del área cuando medio estadio se preparaba para el éxtasis final.

Pero no llegó. Tendrá que esperar. El sufrimiento continúa. Al menos unas semanas más. Hasta que sume 44 o 45 puntos. Hasta que gane dos partidos más. Málaga, Intercity, Murcia y Ceuta son el camino.