R. P.
Mérida
Sábado, 18 de noviembre 2023, 20:45
No hay nadie de todos los que estuvieron en el Romano, ya fuesen aficionados, trabajadores del club, cuerpo técnico o los propios jugadores, que no saliera avergonzado del partido que se marcó el Mérida. Volvió a perder, 0-2 ante un rival directo, y el ... resultado no fue ni lo más grave ni lo más preocupante: muy por encima de la derrota, la imagen del equipo y el divorcio total con la grada.
Publicidad
Una grada que empezó tímida a pesar del horroroso arranque de su equipo pero que se fue calentando con el lentísimo pasar de los minutos. Ya en el 23' se arrancó a pitar muy sonoramente porque, perdiendo en casa, el equipo no presionaba a un San Fernando que no quería salir, sino que le esperaba. Lo del descanso fue abrumador. Y ya en la segunda parte los cánticos señalaron directamente a Ruano y a los propios jugadores. De hecho, lo del final fue dantesco: con la plantilla aguantando el chaparrón en el círculo central, los capitanes decidieron que ya estaba bien y, mientras retiraban a los compañeros a vestuarios, Ben Hamed se fue a saludar a la grada de preferencia en contra del sentir de los pesos pesados.
Es que no hubo ni una buena noticia en dos horas de partido. Porque al equipo le puede no dar, pero qué mínimo que transmitir orgullo y dignidad. Sangre. Alma. Voy perdiendo en casa, ante un rival directo, después de más de dos meses y nueve jornadas sin ganar, y al menos voy, choco, llego como sea, lo intento aunque sea por la vía antiestética… pero es que ni eso en cien minutos de fútbol. El equipo no transmitió absolutamente nada en ningún momento. O muchísimo cambia el panorama actual o el Mérida es equipo de Segunda Federación a mitad de noviembre. Por fútbol, por hambre y por capacidad de revertir una situación que, ante el San Fernando, tocó lo que hay debajo del fondo.
Si el partido ya empezaba torcido antes de arrancar, acabó por torcerse del todo en la primera jugada del encuentro. En esos segundos que acabaron con el 0-1 del San Fernando se resumieron todos los males del equipo. Un centro lateral flojo y fácil no fue despejado primero por Bonaque, luego por Palomares y finalmente por Raúl Prada, y el único azulino que estaba dentro del área rodeado de emeritenses acabó empujando un balón casi a puerta vacía que no fue capaz de interceptar ni Raúl Prada primero, ni Palomares después ni Bonaque al final. Y ahí terminó el partido, porque en los minutos posteriores al gol, el Mérida evidenció que no está para ganar ningún partido y, mucho menos, para remontarlo.
Publicidad
El San Fernando, sin hacer absolutamente casi nada, se llevó el partido tan fácil como justamente. Como ya le pasó al Atlético Baleares, al Ibiza, al Murcia, al Córdoba o al Antequera. Todo lo que estuviera previsto no valió de nada porque el equipo bajó los brazos con el gol tempranero. La losa anímica le impidió reconstruirse, jugar y hasta pelear. La sensación de no saber si ir o no ir a la presión cuando pierdes en tu campo ante un rival directo que te espera tocándola en el área fue tristísima. Y eso, más que el gol, fue lo que acabó encendiendo a la afición, que empezó siendo una cerilla y acabó el partido como un lanzallamas.
No se enumera ni las ocasiones del equipo porque es que no hubo ni una clara en todo el partido. Acercamientos casuales que acabaron todos lejos de la portería. Lo más cercano, por poner algo, fue un disparo escorado al lateral de la red de Felipe Alfonso en el 13' y el primer lanzamiento a puerta de Escardó desde la frontal en el 81' que desvió Fuoli. En un partido normal, esas no se hubiesen contabilizado ni como ocasiones.
Publicidad
La primera parte del equipo fue desastrosa. Más incluso que el choque en Castalia. Pero es que la segunda se quedó sin calificativos. Fue inmensamente peor. Porque teniendo en cuenta el resultado y la situación, el equipo volvió a salir sin nervio y sin sangre. Y cuando intentaba la más mínima de las acciones, evidenciaba que no le da. Ya sea por fútbol, ya sea por cabeza. Los cambios, aparte del señalamiento del entrenador a los jugadores, empeoraron aún más al equipo. Porque no aportaron y porque estaban casi todos fuera de posición.
Primero Bourdal e Ismael dejaron sitio a Dabo y Akito (Felipe pasó a ser central); luego Sandoval (que desató la furia del Romano contra el entrenador) a Escardó; y finalmente Ben Hamed a Busi. El 0-2 del San Fernando en el 73' fue anecdótico.
Publicidad
El Mérida se creyó este sábado el descenso. Y a mitad de noviembre, esa sensación va a hacer larguísima la temporada. Porque ya no es sufrir la derrota, ya es ir a ver lo que se ve. Y es lo que está vaciando el Romano, cada vez más silencioso y con más asientos libres. Porque el equipo no tiene a día de hoy nada a lo que agarrarse.
Mérida:
Palomares; Felipe Alfonso, Bonaque, Tomás Bourdal (Dabo, 46'), Raúl Prada (Pepe Sainz, 76'); Ismael Gutiérrez (Akito, 46'), Ben Hamed (Busi, 61'), Beneit, Sandoval (Escardó 56'), Padilla; y Chuma.
0
-
2
San Fernando
Fuoli; Víctor Ruíz, José Carlos Ramírez, Carlos Blanco, Ángel Sánchez (Marcelo, 62'); Dani Molina (Carlos León, 88'), David Ramos, Lillo Castellano; Nahuel Arroyo (Biabiany, 70'), Pau Martínez (Selma, 70') y Aquino (Unai, 88').
Goles: 0-1, Min. 5: Pau Martínez. 0-2, Min. 73: Dani Selma.
Árbitro: Francisco García Riesgo, del comité asturiano. Amonestó a los locales Tomás Bourdal, Chuma, Bonaque y Palomares y a los visitantes Dani Molina, Aquino, Carlos Blanco y Ángel Sánchez.
Incidencias: Alrededor de 2.279 espectadores en el estadio Romano José Fouto. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Mari Carmen Sainz, ex jugadora del San Fernando femenino.
Seguramente no, pero el Mérida podría acabar la jornada como colista de su grupo. “Ha sido un desastre total”, comenzó su comparecencia Ruano. “El primer tiempo ha sido penoso, de vergüenza. Era difícilmente superable. A raíz del gol estábamos sin confianza. Siendo muy débil defensivamente. No hemos sido valientes ni con balón ni sin balón. Han sido superiores y han merecido ganar el partido. Hemos intentado hacer algo en el descanso, ser más agresivos en presión alta, y aunque hemos mejorado hemos estado insuficiente. Tenemos fallos puntuales muy claros que nos lastran mucho y nos impiden que tengamos opciones”. Sobre el cambio de Sandoval y los pitos fue muy claro: “Cuando hago cambios es porque no están dando lo que hemos pedido. Yo entiendo que haya futbolistas que tengan más afinidad con la grada por todo lo que le han dado al club, pero por lo que veíamos necesitábamos ese cambio, y otros muchos más, por la aportación que se estaba dando en el campo. Somos lo que demostramos en el campo. No Sandoval, cualquiera. Al final hay que tomar decisiones”.
Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.