La salud mental, un enemigo también para los futbolistas

Los suicidios marcaron en 2021 un nuevo máximo histórico en España, según los datos dados a conocer por el Instituto Nacional de Estadística. Más de 4.000 personas se quitaron la vida a lo largo de ese año, lo que supone una media de once muertes por esta causa cada día. Fueron 62 suicidios consumados más que doce meses antes, pese a que 2020, el año de la pandemia del coronavirus, ya había encendido todas las alarmas de autoridades y expertos sanitarios tras haber batido todos los récord existentes y visto cómo las autolisis crecían un 7,4% interanual en el país.

El suicidio es la principal causa de muerte externa -ajena a una enfermedad- en España desde que en 2008 superó por primera vez a los accidentes de tráfico, pero nunca se había llegado a estos extremos. Pese a contar en la mayoría de ocasiones con una situación social y económicamente acomodada, los futbolistas también son susceptibles de sufrir las consecuencias de la depresión, y en algunas ocasiones toman la más drástica de las decisiones para acabar con ella.

Adrián Quevedo, psicólogo deportivo y sanitario, explica las razones que pueden llevar a este fatal desenlace: «Cuando una persona toma esa decisión es la última de su lista. No consiguen gestionarlo y es su última opción. Su pensamiento es que se desconectan de la vida y así se soluciona el problema. Todo llega como consecuencia de un sufrimiento persistente».

También da las claves para evitar esta situación: «Lo más importante es el apoyo emocional y el acompañamiento, pero la persona debe ser capaz de pedir ayuda y comunicar. La persona que ayuda debe tener empatía y disponibilidad. Es fundamental acudir a un profesional que le reconecte con esa sensación de bienestar perdida».

El caso de los deportistas de élite choca más por esa situación acomodada que tienen, a priori, exenta de problemas. «Tener mejores condiciones económicas y sociales ayuda, pero no es garantía de que no ocurra nada. Los futbolistas también necesitan apoyo y ayuda. La gente solo ve el dinero, pero el resto puede estar vacío», explica Adrián Quevedo.

Estos son algunos ejemplos de futbolistas que acabaron con su vida de manera repentina:

El uruguayo Abdón Porte es el primer caso documentado de suicidio de futbolistas. Jugó como lateral derecho en clubes históricos como Colón y Club Nacional Football. En este último fue titular indiscutible durante siete años.

En 1918, Club Nacional decidió colocar a Alfredo Zibechi como titular en detrimento de Porte. El 4 de marzo, Nacional disputó un encuentro frente al Charley. El equipo ganó y Porte jugó todo el encuentro. Después del partido, el equipo se reunió en una fiesta, como era habitual. Porte dejó la fiesta a las una de la mañana y se dirigió al Gran Parque Central, estadio que inauguró él mismo en 1900, se colocó en el centro del campo y se quitó la vida a los 25 años con un disparo en el corazón. Fue encontrado inerte en el campo y con dos cartas en su camisa, una dirigida al presidente del Nacional y otra a su familia.

«Querido doctor José María Delgado. Le pido a usted y demás compañeros de Comisión que hagan por mí como yo hice por ustedes: hagan por mi familia y por mi querida madre. Adiós querido amigo de la vida». Estas fueron las palabras con las que se dirigió al máximo mandatario en el club, en uno de los casos más conmovedores de la historia del fútbol uruguayo.

Uno de los casos más conocidos en el mundo del fútbol fue el de Robert Enke, portero alemán que militó en el Barcelona y en el Tenerife, además de en clubes de talla mundial como Borussia Mönchengladbach o Benfica.

El 10 de noviembre de 2009, a los 32 años, Enke se arrojó a las vías de un tren en movimiento en la localidad de Neustadt am Rübenberge, en las cercanías de la ciudad de Hannover. Meses después se conoció que Enke sufría depresión tras su paso por el Barça y el Fenerbahçe, donde sufrió un gran temor al fracaso. Esa depresión se vio agravada por la muerte de su hija de dos años, que falleció tras sufrir un paro cardíaco por una enfermedad que sufría desde su nacimiento.

Gary Speed es considerado como uno de los mejores futbolistas de la historia de Gales. Jugó entre otros en el Leeds, el Everton y el Newcastle, equipos en los que acumuló 535 partidos en Premier League, y fue internacional en 85 ocasiones con la selección galesa.Tras su retirada en 2010, fue seleccionador de Gales. El 27 de noviembre de 2011, con 42 años, Speed fue encontrado muerto en su casa de la localidad inglesa de Huntington, en un caso de suicidio por ahorcamiento.

Amigo personal de Robert Enke, Andreas Biermann repitió el destino del guardameta alemán. Defensa que militó principalmente en la segunda división alemana, Biermann anunció en 2009 que sufría depresión, tras intentar suicidarse un mes antes, y en 2011 escribió su biografía, titulada 'Tarjeta roja a la depresión'. Fue tratado psicológicamente, pero finalmente el 18 de julio de 2014 se quitó la vida a los 33 años.

Es uno de los casos más recientes. Guardameta que militó en el Málaga y el Barcelona, Arnau también hizo las funciones de director deportivo en el Málaga y el Oviedo, en este último equipo estuvo desde el 2019 hasta 2021.El 21 de mayo de ese año, Francesc Arnau se arrojó a las vías del tren en Oviedo, acabando con su vida a los 46 años. Pese a no estar ya en activo, fue un futbolista reconocido a nivel nacional y que también sufrió las consecuencias de la depresión, sobre todo en su último tramo en el club asturiano.