CD Badajoz

Una afición doblemente castigada

No hay consuelo posible para una afición castigada en exceso en los últimos años. Ni el descenso de hace un año en Córdoba hizo tirar la toalla a una masa social con un sentimiento inquebrantable por el Badajoz. A pesar del duro golpe recibido ahí estaba otra vez en masa en las gradas del Nuevo Vivero para arropar a su equipo. Contra todo tipo de avatares y decepciones. Porque esta temporada ha sido una tras otra.

Nunca ha dejado solo a los suyos y en San Sebastián de los Reyes lo volvió a demostrar. Por encima del mal recuerdo del desplazamiento multitudinario a la ciudad del califato. En las gradas del Matapiñonera solo se notaba una hinchada y esa era la blanquinegra. Desde el primer minuto animando, dejándose las gargantas y apretando al árbitro. Al final supo reconocer la enorme entrega de los suyos, aunque eso no quita para también expresar su tremendo disgusto por un segundo descenso, esta vez a Tercera. Los jugadores se dirigieron a esa parte de la grada para pedirles perdón por no haber estado a su altura.

La masa social blanquinegra ha sido lo único positivo de otro año para olvidar. Siempre incansable, entregada y fiel. A pesar de todo. Siempre está presente, apoyando en las buenas, pero sobre todo en las malas y no falla en ningún desplazamiento. No se merece ese estado de continua convulsión.

Luis Oliver entendía el malestar de los aficionados por la gran decepción de otro descenso. «Emocionalmente el club es de los aficionados, pero hay una propiedad que ha invertido mucho dinero para que esto funcione y son los principales interesados de que esto vaya bien», señalaba durante la rueda de prensa.