Casi siempre el fútbol deja este tipo de situaciones y se cumple la maldición. Los ex tienen ese ánimo de revancha y golpean donde más duele. Y al Badajoz le dolió en exceso el gol de Dani Segovia a dos del final. Especialmente por el ... minuto que era y sobre todo por la forma en que se produjo después de un error grosero de Fran Grima, que se resbaló en el despeje y dejó vendido a su compañero Miguel Narváez para que el ‘9’ de la Gimnástica Segoviana marcara a placer. El Nuevo Vivero no se lo creía. Vuelta a las andadas. A los errores, la falta de puntería, las derrotas en casa y a caer en el puesto de promoción de descenso y sin margen con la zona roja. Nadie se esperaba ya un tropiezo así después de la buena dinámica en la que se había metido el equipo. Aunque tampoco mereció un castigo tan cruel. Pero así es el fútbol.
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Salió con prisas el Badajoz de encarrilar el encuentro. Quería sorprender a su rival y montaba rápidas transiciones, especialmente volcado a la derecha de Castri. Samu Manchón se colocó de enganche, pero era el primero en bajar a galeras para ayudar en la retaguardia. El almendralejense se sacó un centro desde la misma esquina del córner que remató irrumpiendo desde atrás Toni Jou libre de marca en el punto de penalti ligeramente desviado. El Nuevo Vivero se relamía. Nada que ver con los desesperantes arranques de principios de temporada que se ponían muy cuesta arriba.
Ahora es distinto y cada minuto le va la vida en ello. Presión asfixiante arriba y máxima intensidad en las disputas individuales. Y como ejemplo, el ímpetu de Carlos Cinta por intentar llegar a una cesión al portero Carmona que casi se lo lleva por delante o el encontronazo de Adri Carrasco con Abel que acabó con el central segoviano siendo sustituido por lesión.
El Badajoz se mostró y propuso más que su rival, pero sin suerte a la hora de encontrar situaciones cómodas de disparo. Perfiló bien por las bandas y buscó a Carlos Cinta colgando centros que la zaga segoviana supo contener muy bien. Tampoco dudaban los blanquinegros en probar fortuna desde lejos, aunque como un recurso para romper la férrea defensa y con el punto de mira algo desviado. Miguel Núñez ordenaba el juego y encontraba siempre el pase preciso para armar la contra. El de Siruela se le ve cada vez más cerca de su nivel y esa también es una de las claves de este renacer del Badajoz. En la segunda bajó el tono y el equipo se apagó.
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CD Badajoz
Miguel Narváez; Fran Grima, Borja López (Pablo Gálvez, min. 89), Carlos Cordero, Chacartegui; Castri (Kandoussi, min. 54), Miguel Núñez (Petcoff, min. 75), Toni Jou, Adri Carrasco (Jurgi Oteo, min. 75): Samu Manchón (Sandro Toscano, min. 46) y Carlos Cinta.
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Gimnástica Segoviana:
Carmona; Silva, Abel (De la Mata, min. 25), Javi Marcos, Rubén; Astray (Merencio, min. 68), Manu, Llorente, Borrego (Álex Maroto, min. 82); Hugo Díaz (Iván Gómez, min. 68) y Dani Segovia.
Gol 0-1: Dani Segovia, min. 88.
Árbitro De Santisteban Adame (andaluz). Expulsó por doble amarilla a Silva (41 y 90). Amonestó en el Badajoz a Borja López (30), Samu Manchón (45) y Chacartegui (80) y en la Gimnástica Segoviana a Dani Segovia (88) y Abel (88, en el banquillo por entrar al campo).
Incidencias 5.912 espectadores en el Nuevo Vivero, según datos oficiales del club. El Badajoz dedicó la acción solidaria de este partido a la Fundación Magdalena Moriche y Aexpainba. Se guardó un minuto de silencio en memoria del abuelo de Toni Jou.
Mientras, Miguel Narváez apenas intervino en un par de acciones anticipándose a los atacantes visitantes.
Iñaki Alonso dejaba en el vestuario a Samu Manchón y en su lugar entraba Sandro Toscano. No había tiempo que perder. Y el segundo acto comenzó como el primero. Con una ocasión de Carlos Cinta para romper el hielo. El delantero emeritense se sacó un obús desde la frontal que se sacudió a mano abierta el meta segoviano como pudo.
Fue un espejismo. Porque la Gimnástica Segoviana no había venido de paseo y estiró sus líneas. En ese paso adelante, metió el susto en el cuerpo al Nuevo Vivero con una doble ocasión en la que emergió la figura gigantesca de Miguel Narváez. Solo ante el peligro, el portero pacense sacó un pie milagroso a Borrego cuando parecía gol y en el rechace demostró sus grandes reflejos para impedir que Hugo Díaz pudiera rematar la faena.
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La Gimnástica llevaba al límite al Badajoz, que tuvo que acelerar el ritmo y poner toda la carne en el asador si quería deshacer el empate. Hugo Díaz volvía a contener la respiración del Nuevo Vivero al ganarle la espalda a la defensa pacense y sacarse un remate a bocajarro que acabó en córner. El equipo de Iñaki Alonso pasaba por sus peores momentos. Sin claridad de ideas ni ser capaz de circular. Estaba arrinconado. Contra las cuerdas. El Nuevo Vivero lo sabía y le ofreció un poco de oxígeno. La grada apretaba para sacar a su equipo del agujero donde se había metido. El avance segoviano le había obligado a recular.
Iñaki Alonso movió ficha para sacar a su equipo del atolladero y recurrió a Petcoff y Jurgi Oteo como recambios de Miguel Núñez y Adri Carrasco. El Badajoz necesitaba una chispa para recuperar el timón y variar el rumbo del partido. Gente de refresco que le imprimiera otra velocidad al juego. Pero no daba con la solución para superar las líneas enemigas. Poco a poco volvió a hacerse con el control y volcándose arriba. Chacartegui la tuvo a nueve del final, pero su disparo se le marchó alto. No era el día de ajustar el tiro. Iñaki Alonso pedía un poco más a los suyos desde la banda. Atacar como bloque y defender como bloque. Sin volverse locos. El Badajoz quería la victoria, pero el punto tampoco se podía escapar tal y como está el grupo.
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Y en esas sucedió la tragedia. Cuando menos se esperaba. Tras una cadena de errores, Fran Grima se resbaló en el despeje dentro del área y dejaba en bandeja el camino del gol a Dani Segovia. No perdonó y se quitó la camiseta para recordar su nombre al Nuevo Vivero. La grada estalló contra el delantero, que pasó sin pena ni gloria por el Nuevo Vivero con un gol en 12 partidos, incuyendo uno de Copa del Rey.
El Badajoz soñaba con acercarse arriba y acabó impotente y de nuevo en peligro en puesto de promoción de descenso. El Nuevo Vivero volvió a ver volar puntos. En el momento menos inoportuno.
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