El gol de Abreu mantiene con vida al Villanovense

El Villanovense se agarra a la vida con un gol de Abreu en la recta final de un choque trepidante. La racha como forastero del Villanovense ha cambiado radicalmente: de no ganar ninguno de los catorce primeros desplazamientos a ganar los dos últimos. Este domingo asaltó la cancha de un Águilas que tuvo más ocasiones, pero que no supo controlar los contragolpes de un rival serio que encontró premio pasado el minuto 80, con una gran jugada de Benji y Robles que remató Abreu dentro del área para ver el playout a seis puntos.

El duelo comenzó con Christian rematando al fondo de la red una falta lateral botada por Tropi, aunque el ariete gallego estaba en posición ilegal. El conjunto serón trató de salir aprovechando los espacios, aunque la presión tras pérdida del conjunto murciano fue fantástica en los primeros minutos.

Tras un primer tramo de incertidumbre, el Villanovense consiguió instalarse en el campo rival, si bien es cierto que sin llegadas claras en el primer cuarto de hora. Abreu hizo una buena jugada individual y probó a un Buigues que blocó el disparo sin problemas en lo más destacado hasta entonces,

Óscar intentó disparar desde la frontal tras un regalo de Buigues en la salida de balón. El golpeo se marchó desviado. El equipo dirigido por Alberto Cifuentes llegó al área rival, sobre todo, a través de faltas laterales en las que no terminó de encontrar remates.

Abenza buscó su momento con un disparo cruzado tras un buen contragolpe del equipo murciano, aunque Olmedo hizo una buena intervención para despejar el balón. Abreu quiso crear con un pase interior que buscaba a Óscar, que estaba en posición de remate. La ejecución no fue la más precisa.

Olmedo, mientras, tuvo que volver a aparecer con una prodigiosa parada con los pies que evitó el tanto de Javi Castedo. El córner provocado por esa llegada acabó con un remate de cabeza de Pelón que se marchó alto. En la jugada siguiente, un tremendo choque de cabezas entre Javi Soler y Carlos Daniel detuvo el partido durante cuatro minutos. El primer periodo acabó con Pajuelo haciendo un corte providencial para evitar el gol de Javi Castedo, muy activo entre líneas.

Christian tardó escasos segundos del segundo periodo en plantarse en el área rival para encarar a Olmedo y caer en una acción en la que El Rubial reclamó penalti. Rodríguez Carpallo anuló la acción por fuera de juego. El ariete volvió a buscar el gol en el minuto siguiente, también sin éxito.

Tras el arreón inicial, el duelo bajó el ritmo hasta que Christian volvió a insistir. De nuevo, Olmedo repelió el disparo con otra gran intervención. Tras ese disparo se reclamó penalti al propio jugador local, que estaba en fuera de juego. Héctor Martínez tuvo la siguiente ocasión a la salida de un córner.

Se llegó a cantar gol en El Rubial en un disparo cruzado de Equiza que tocó en los dos palos, aunque no terminó de introducir el balón en la portería. El dominio del conjunto aguileño era cada vez más evidente y fue ciertamente inexplicable entender cómo no entró esa última ocasión.

Curiosamente, Benji tuvo el tanto del cuadro serón en una gran jugada individual que Javi Soler despejó a saque de esquina en última instancia. Alberto Cifuentes vio un filón en buscar pases al espacio con sus jugadores veloces y habilidosos y trató de ordenar a su equipo atrás para poner a volar a Abreu y al propio Benji. Equiza, por su parte, volvió a intentarlo desde el pico del área con otro golpeo que se marchó cerca de la meta defendida por Olmedo.

Ya dentro de los diez minutos finales, y en uno de los múltiples contragolpes de los que dispuso el Villanovense a lo largo del encuentro, Benji encontró a Robles con un taconazo precioso. El lateral onubense puso un pase de la muerte que Abreu remató al fondo de las mallas.

El gol sentó como un jarro de agua fría a un Águilas que se volcó con más voluntad ya que precisión. Los centros laterales se sucedieron en gran cantidad por parte de la escuadra de Fran Alcoy, aunque no se concretó ninguno con un remate a puerta. El Villanovense no tira la toalla. 0-1 para seguir creyendo.