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Lo intentó, pero la emoción pudo a la entereza que siempre ha mostrado en el césped. Javi Sánchez se prometía que iba a tratar ... de leer todo lo que había escrito, pero apenas unos segundos después rompía a llorar en una sala de prensa en la que este martes apenas cabía un alfiler entre familiares, amigos y compañeros. «Ha llegado ese día que siempre queremos ver lejano, pero que, de pronto, tus circunstancias te dicen que está aquí», comenzaba antes de verse obligado a parar por unos segundos en un silencio que se rompió por los aplausos de los presentes.
Ya con la voz rota, el defensa, de 36 años, reconocía que era una decisión difícil, pero inevitable. «Mis rodillas, tras muchos intentos, no me permiten competir al nivel que merecen este equipo y esta afición». Y, aunque se marcha como leyenda de un Villanovense del que ha formado parte 14 temporadas, tuvo también palabras para algunos de sus otros equipos como el Flecha Negra, Pueblonuevo o Rayo Vallecano.
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Pero su despedida este martes era otra. «Hoy estoy aquí, sobre todo, para recordar todos los momentos que he vivido con este, mi equipo, con el que cada vez que sales al césped lo haces para defender algo tuyo, a tus principios, a tus raíces», expresaba ante la atenta mirada, entre otras, de su mujer y sus hijas, también emocionadas. «Lo he defendido hasta el día de hoy y lo voy a seguir defendiendo desde fuera, sobre todo en estos momentos difíciles de los que quiero creer con todas mis fuerzas que vamos a salir», proseguía confiando en que la permanencia aún es posible, como así ha trasladado a sus compañeros.
Del vestuario se lleva muchos amigos y como nombres propios de entrenadores recordó a Julio Cobos e Iván Ania. «Los dos que más me han marcado en mi carrera futbolística», afirmó como agradecimiento. También hubo recuerdos para trabajadores del club y amigos. Y, de forma especial, a los que nunca le han fallado: «A mi familia, a mi mujer, a mis niñas, a mis padres. Han estado en mis lesiones, en mis derrotas y han comprendido lo que significa el fútbol para mí».
Para la afición fueron sus últimas palabras, agradeciendo su apoyo en estos años, pero advirtiendo de que no es un adiós. «No lo es, porque voy a estar aquí codo con codo con mi Villanovense y a su disposición para todo lo que necesite», concluyó en una intervención en la que tuvo a su lado a Javier Nieto, presidente del club.
Apodado como el 'Káiser de Entrerríos' y conocido por su fuerte temperamento en el campo, Javi Sánchez mostró su lado más humano en las respuestas a los periodistas. Destacó su gol al Bilbao Athletic en la fase de ascenso a Segunda que los serones jugaron en la histórica temporada 2014/15, «encima lo hice con la izquierda», llegaba a bromear con los ojos vidriosos. Tampoco se olvidó de esas noches de Copa del Rey contra Barça, Betis y Sevilla, «recuerdos que me quedarán para toda la vida».
La emoción volvió al hablar de este adiós que las lesiones impiden que sea sobre el césped. «Lo he intentado de todas las maneras, me he infiltrado, me he operado... Pero no puedo», respondía antes de hablar, de nuevo con un hilo de voz, sobre Pajuelo, compañero de mil batallas: «Nos mirábamos en el campo y sabíamos lo que iba a hacer cada uno; aunque yo falte, él va a seguir inculcando lo que es Villanueva y el Villanovense».
Y, aunque no fue de corto, pisó de nuevo el césped del Municipal Villanovense donde deja un importante legado: «No hay que dar nada por perdido; si el Villanovense ha llegado hasta aquí es con trabajo y dedicación».
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