Kapea, el adiós de un icono para el fútbol cacereño
Retirada ·
A sus 42 años, el portero cuelga las botas entre cientos de muestras de cariño y con la espina clavada de no haber llegado a profesionalRetirada ·
A sus 42 años, el portero cuelga las botas entre cientos de muestras de cariño y con la espina clavada de no haber llegado a profesionalJ. CEPEDA
Lunes, 18 de abril 2022, 20:40
Nunca llegó a vivir del fútbol, pero este deporte ha sido su vida. A partir de ahora también lo será, aunque desde un prisma diferente. ... Así lo reconoce Juan Antonio García Holgado, conocido deportiva y socialmente como 'Kapea'. A sus 42 años, el icónico portero cacereño ha decidido colgar las botas tras defender esta última temporada la camiseta del Atlético Veracruz. A sus espaldas, el guardameta deja atrás una prolongada trayectoria tras haber pasado por equipos como el Cacereño B, Ciudad de Cáceres, Arroyo, Amanecer, Diocesano, Guareña, Ciudad de Plasencia, Montehermoso o Malpartida de Cáceres, entre otros. Lugares, todos ellos, donde dice haberse sentido querido y valorado.
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«La verdad es que me ha costado muchísimo tomar la decisión de retirarme porque desde siempre he vivido por y para el fútbol. Cuando me quedé a solas y vi todos los mensajes de cariño que me enviaban por las redes sociales se me cayó alguna lágrima porque son muchos años. Solo puedo mandar un mensaje de agradecimiento a todos y cada uno de los clubes en los que he estado por la confianza que depositaron en mí. Tanto a presidentes como a aficionados, compañeros y entrenadores. En todos los sitios donde he estado me han tratado siempre genial», explica a HOY con cierta emoción.
Kapea recuerda con cariño sus inicios como cancerbero: «Empecé a jugar con siete años en un equipo que creó mi padre y yo no tenía ni ficha porque tenías que tener ocho años para ser benjamín. Así que yo entrenaba e iba a los partidos, pero no podía jugar. Teníamos un portero que era muy pequeño y cuando le metían goles lloraba y quería dejar de jugar. Mi padre me metió con su ficha y ahí empezó todo».
El ya exjugador, convertido en un auténtico icono para varias generaciones de futbolistas tanto en Cáceres capital como en su zona de influencia y en la provincia, guarda un grato recuerdo de varios de los futbolistas con los que ha compartido vestuario. Y es que, a pesar de no llegar a jugar en Segunda B, sí llegó a compartir entrenamientos con jugadores de la talla de Rubén Palero, Toni, Gonzalo Palomino o Barcala en diferentes épocas y clubes. «Son muchísimos con los que guardo una amistad impresionante», asevera.
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Kapea, que en sus inicios se nutrió de consejos de los veteranos de entonces, sostiene que todo el camino recorrido ha sido enriquecedor: «Cuando van pasando los años te vas dando cuenta de que lo que a ti te hacían lo pasas a hacer tú porque te conviertes en el referente. En los últimos años he sido un líder para los chavales en los diferentes vestuarios en los que he estado. Ellos se dan cuenta de que un tío con más de 40 años entrena como el que más y no se quieren quedar atrás. Te das cuenta de que, si quieren ser como tú, es que algo bueno has hecho».
¿Tiene la espina clavada de no haber llegado a ser futbolista profesional? «Siempre la tendré porque posiblemente podría haber llegado más alto. El fútbol de antes no es como el de ahora. No había tantos representantes ni ojeadores. Cada cual se tenía que buscar un poco la vida y era más difícil salir. Recuerdo que con 14 años me llamaron para hacer las pruebas en el Real Madrid y estuve allí un mes. Me dijeron que continuase una temporada más en Cáceres y yo, que luego en toda mi carrera no tuve más lesiones, esa temporada tuve tres roturas de fibras. Ahí se me fue el tren».
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Con una hija de cinco años y un hijo de dos, Kapea explica que el actual era el momento idóneo para retirarse: «Es una decisión que ya había estirado varios años y no podía esperar más. Lo que no me esperaba era recibir tanto cariño por parte de la gente. Algunos me animaban a seguir, pero ahora tengo que pensar en el fútbol de otra manera». Mientras, continuará con su trabajo en una conocida empresa de alimentación a bordo de un camión de reparto.
Tras décadas formando parte de la postal del fútbol cacereño, Kapea reconoce que el deporte rey capitalino pasa en la actualidad por su mejor momento, haciendo mención tanto al resurgimiento del Cacereño como al buen trabajo realizado en el Diocesano, que recientemente ha conseguido el ascenso del equipo sénior a Segunda RFEF y del juvenil a División de Honor: «En el fútbol de Cáceres ahora se están haciendo las cosas muy bien. El Cacereño, desde que ha entrado Carlos Ordóñez, está teniendo una estructura bastante buena. Del Diocesano no sé ni qué decir. Es mi familia y allí hacen maravillas con los chavales. No tengo palabras». Precisamente, Kapea formó parte de la brillante historia reciente del club colegial, cuya enseña defendió en Tercera División en la temporada 2017/18. Ahora, con su retirada de los terrenos de juego, muere el futbolista, pero nace el mito.
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