Al Villanovense no le queda otra que empezar con buen pie

El técnico manchego tendrá delante en el banquillo a un viejo conocido, José Miguel Campos. «Tengo relación con él desde hace muchísimos años, cuando firmé en Murcia, él era el entrenador y luego siempre hemos tenido contacto; es una persona a la que tengo mucho cariño», decía Cifuentes en la previa del partido. Eso sí, los buenos deseos, a partir del lunes: «Esperemos que el domingo no le vaya bien y le siga yendo bien a partir del domingo». Para el entrenador del Villanovense la mayor preocupación es adaptarse bien al terreno de juego, de césped artificial. «Es bastante antiguo», cuenta sobre el escenario de una cita con la que se levanta el telón de la segunda vuelta, algo que también le inquieta. «En la primera jornada después de vacaciones es cuando los equipos suelen estar mejor físicamente y en la que hay algunos errores, despistes o fallos... Espero que seamos capaces de conectar con la competición y con el campo», expresaba en sala de prensa.

Allí también pedía hacer borrón y cuenta nueva, aunque en esas cuentas sigue habiendo un déficit importante: la primera victoria fuera de casa. En ocasiones se ha rozado con la punta de los dedos, pero ese casillero de triunfos a domicilio sigue a cero, algo incompatible con la premisa de hacer una segunda vuelta digna de enmarcar. «Llevamos mucho tiempo esperando esa victoria», reconoce Cifuentes, «nos está faltando esa solidez fuera de casa y ese sería el mejor regalo de Reyes».

Para ese tardío regalo navideño no podrá contar aún con Javi Sánchez ni Adighibe, ambos en proceso de recuperación de sus lesiones. Son las dos únicas bajas mencionadas por el técnico, por lo que, a priori, los demás estarán disponibles. Si bien, está por ver quién suplirá a un Christian Díaz, que era casi indiscutible.