El Badajoz tiene dos partidos para cuadrar las cuentas antes de fin de año

Con el fin de año llega la hora de ajustar cuentas y de los buenos deseos para el nuevo. El Badajoz se dispone a despedir un 2024 para olvidar. Desastroso en lo deportivo, incierto en lo económico, pero asumida su realidad en la Tercera extremeña con la oportunidad de enmendar una primera parte de campeonato algo gris.

A Luis Oliver Sierra le ha fallado la calculadora varias veces en sus últimas predicciones. Se propuso el pleno en las tres salidas consecutivas a Montijo, Puebla y Calamonte y de 9 puntos se quedó en 5. Después redobló su apuesta con la ilusión de ganarlo todo antes del parón y ese castillo de naipes también se le desmoronó al primer soplido en Calamonte. Y finalmente se fijó que recuperar el liderato pasaba por una victoria en la última salida del año y rematarla con su buen hacer en casa para pinchar en hueso otra vez a la primera en Santa Amalia.

Las opciones se van reduciendo y aunque por arriba algunos de sus rivales han cedido otros como el Jaraíz se mantienen firmes ante la intermitente presión blanquinegra. Pero ahora el conjunto pacense tiene la oportunidad de cuadrar sus cuentas en un tramo final que le coloca con dos partidos seguidos en el Nuevo Vivero. Ya no valen más cálculos. El Badajoz necesita ganar a Trujillo y Jerez y esperar los tropiezos del líder verato, Azuaga y Diocesano si quiere despedir este 2024 en la primera plaza. Ese es el deseo que lleva pregonando desde hace más de un mes el técnico aragonés.

Los blanquinegros están a cuatro puntos del Jaraíz y todo lo que no sea sumar estos seis puntos le dejaría sin opciones de superarle en la clasificación antes de Navidad, aunque el líder llegue a perder sus dos encuentros. Al cuadro verato le queda visitar al Moralo y recibir al Villafranca, el Azuaga tiene al Puebla en casa y termina con su desplazamiento a Pueblonuevo y el Diocesano espera como local esta jornada al Extremadura y cierra contra el Puebla a domicilio.

El Badajoz afronta su primera reválida este domingo frente al Trujillo. Un duelo que no se produce desde la lejana temporada 1944-45 en la antigua Tercera con 6-0 a favor de los pacenses en El Vivero y 0-0 en la noble y muy heroica ciudad del conquistador Pizarro. El equipo cacereño se presenta en el Nuevo Vivero inmerso en una dinámica negativa de cuatro jornadas sin conocer la victoria y que le ha llevado a coquetear con el descenso. Una mala racha en la que sobresale la derrota en casa hace dos semanas que supuso la primera victoria liguera del colista Puebla. De sus tres triunfos que contemplan su casillero dos han sido fuera de casa ante Olivenza y Arroyo, ambos por 0-2.

El último partido del año para los pacenses es contra el Jerez, el primer equipo que marca el corte con respecto a los seis principales aspirantes al playoff. En ese grupo a dar la alternativa a los favoritos se sitúa séptimo a siete puntos de la quinta plaza. En sus filas cuenta con el pichichi del grupo Chema Chávez con 10 de los 21 goles que han marcado templarios. El veterano ariete de Brovales sigue presumiendo de un colmillo afilado que es el gran anhelo ofensivo del Badajoz en este arranque de temporada.

Oliver Sierra espera contar en este tramo final con todos sus jugadores una vez que Ginés González empiece a entrar en la dinámica de grupo. En Santa Amalia reaparecía Jorge Pérez después de siete partidos apartado de los terrenos de juego por lesión. «La vuelta de Jorge Pérez es muy positiva. Tiene gol, buen centro, golpe de balón, desborda... Es el que más nos da esa posición de llegar a línea de fondo y ponerla. Tiene más versatilidad en ese aspecto. Las variables que nos da en ataque nos aporta algo diferente», valoraba su regreso el preparador blanquinegro.

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