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Lo de esta temporada del Badajoz es una tortura continua. La afición blanquinegra no gana para sobresaltos y lo de este domingo ya traspasa lo ... mínimamente soportable. El Montijo asestó un golpe anímico y casi letal a su confianza como equipo en el descuento. El castillo de naipes construido por Luis Oliver Sierra se desmorona poco a poco. Llevaba semanas en pie, casi cogido por pinzas, y un soplido del conjunto rojinegro bastó para hacer saltar todo por los aires. El Nuevo Vivero ya no puede más y volvía a pedir la salida del técnico aragonés. El Badajoz sale por primera vez esta temporada de los puestos de playoff de ascenso y la afición exige que haya consecuencias.
El Badajoz se dedicó a nadar y guardar la ropa. Ante tanto conformismo, el Montijo había avisado en los minutos finales, pero Álex Quesada lo evitaba por momentos con una mano magistral. Dejó crecerse a su rival y al final acabó devorado. Y no perdió por la falta de valentía inicial visitante porque cuando quiso irse arriba con poco le hizo mucho daño y cuando se dio cuenta de que podía se quedó sin tiempo.
El Nuevo Vivero recibió algo frío a su equipo y con tímidos pitos a la salida de Luis Oliver Sierra. Y es que la indiferencia empieza a abrirse paso peligrosamente entre la sufrida afición ante la decepción continua por la caída de su objetivo principal. En ese ambiente desangelado comenzó a rodar el balón con las ganas de un Badajoz de enchufar rápido a la grada. Lo consiguió Bermúdez perfilando hacia dentro en busca de su clásico disparo desde la frontal que envió Navajas a córner en una gran estirada. Unos minutos antes el equipo pacense había tratado de romper la monotonía en una combinación entre David Calles y Jorge Barba que dejaba solo al de Campillos dentro del área, pero su pase de la muerte fue interceptado por la zaga montijana a saque de esquina.
El Montijo fijaba bien sus costuras para sujetar las embestidas y atrapar a un Badajoz incapaz de traspasar la férrea línea enemiga. Le costaba pasar a la acción al cuadro blanquinegro pese a la movilidad de Bermúdez, Santi Luque y Barba en las zona de tres cuartos.
Pasada la media hora Luque puso un centro sobre Borja Domingo que dejó con el pecho ante la llegada de cara de Jorge Barba que obligó a sacar otra mano salvadora Navajas. Seguidamente Borja Domingo se intercambiaba los papeles con Luque, pero el malagueño resolvería mal dentro del área.
El Montijo mantenía cierto control de la situación y en cuanto tenía ocasión se armaba rápido para coger al Badajoz a la contra. Pero la zaga pacense bien atenta no quería sorpresas y cortaba cualquier conato de incendio, aunque se llevó algún susto como un balón que escupió el poste. Arriba, el equipo blanquinegro seguía sin encontrar espacios para esa huida hacia adelante que tanto perseguía y necesitaba. Lo buscó con Borja Domingo y Álex Alegría sacando a los centrales de su zona para habilitar a la segunda línea, en los acelerones de David Calles por la derecha y colgando balones desde el flanco de Santi Luque. Y en esa ofensiva por aire llegaría la ocasión más clara para el Badajoz, pero Álex Alegría se toparía con el larguero en un complicado remate de cabeza.
CD Badajoz
Álex Quesada; David Calles (Ginés González, min. 82), Jesús Sánchez, Javi Lobato, Álex Herrera (Dani Cordero, min. 80); Bermúdez, Fran Miranda, Jorge Barba, Santi Luque (Jorge Pérez, min. 58); Álex Alegría (David Grande, min. 58) y Borja Domingo.
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UD Montijo
Navajas; Carvajal, Matías Peña, Edu Reyes (Ortega, min. 84), Iván Fernández (Sabaridis, min. 63), Madou; Gómez (Javier Sánchez, min. 63), Silva, Bakari (Alfonso, min. 93); D'Angelo e Higor Rocha.
Goles: Jesús Sánchez, min. 49. 1-1: Matías Peña, min. 91.
Árbitro López Jiménez. Amonestó en el Badajoz a Borja Domingo (21) y por el Montijo a Iván Fernández (25) y Silva (75).
Incidencias Unos 2.503 espectadores en el Nuevo Vivero. María Bernabé y Javier Peña, en el palco junto al concejal Juan Parejo.
Al filo del descanso se calentaría el ambiente con los cánticos de la Grada de Animación contra Oliver Sierra y un posible penalti no señalado por derribo sobre Álex Alegría. Y en ese quiero y no puedo se apagaría la primera mitad.
La segunda parte no pudo comenzar mejor para el Badajoz. Jesús Sánchez adelantaría a los suyos al cabecear de forma impecable un saque de esquina botado por Álex Herrera. Por fin, el conjunto blanquinegro encontraba la fisura rojinegra y obtenía el premio a su insistencia. El gol se celebró con cierto alivio y liberación en el Nuevo Vivero.
Oliver Sierra refrescaba su once con la entrada de Jorge Pérez y David Grande por Santi Luque y Álex Alegría. Nada cambiaba en el dibujo. Jesús Acevedo hizo lo propio y también movió el banquillo para tratar de buscarle las cosquillas al Badajoz con Javier Sánchez y Sabaridis. La presión alta del Montijo dificultaba una salida limpia de los locales, pero en cuanto lograba sortear el campo de minas el conjunto pacense ponía en aprietos a la zaga rival con un Borja Domingo que las peleaba todas.
David Calles continuaba apareciendo por el flanco derecho con gran facilidad y en una de sus acometidas se animó tanto que al verse con el terreno despejado hasta lo intentó con un disparo cruzado que se marchó rozando el poste. Después sería David Grande, que zafándose de su marcador, se plantó ante Navajas, pero su disparo se lo sacó con la rodilla a córner.
El Badajoz no terminaba de cerrar el partido y la incertidumbre del marcador hacía retorcerse al público de sus asientos al mismo tiempo que animaba al Montijo, que se resistía a rendirse. Poco a poco fue reculando el cuadro pacense, temeroso y tembloroso dentro de la cueva para guardar el botín. Y casi sin quererlo los rojinegros vieron el cielo abierto. Casi en su primera ocasión, ¡zas!, puso la igualada. Y porque ya el reloj marcaba el descuento porque para cuando quiso darse cuenta el Montijo que tenía a su rival desconcertado ya era tarde.
La grada tenía razones y argumentos le ha dado su equipo para estar inquieta. Y claro que la tenía porque a siete para el final emergió la figura gigante de Álex Quesada para sacar una mano prodigiosa y enviar con suspense a córner en el intento de vaselina de Javier Sánchez en el uno contra uno al borde del área. El Nuevo Vivero suspiraba y tragaba saliva tras llevarse las manos a la cabeza. Menudo sufrimiento innecesario.
Y tanto que tenía que llegar. Ya con el tiempo cumplido. En un centro lateral, Matías Peña metió la cabeza para batir a Quesada y dejar helado al Nuevo Vivero. Nadie se lo podía creer. Derrumbe total. La afición volvió a la carga contra Luis Oliver Sierra. El ascenso por cualquier vía posible se escapa. El Badajoz está fuera del playoff por primera vez esta temporada.
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