El Badajoz libra sus primeras batallas antes de la guerra

El equipo blanquinegro ha comenzado el nuevo año con el modo reconquista del liderato activado y empieza a dejar claro que va con todo. Es su consigna tras la vuelta de vacaciones y parece que se lo toma muy en serio. No está dispuesto a conceder más regalos y en Castuera y en Olivenza tiró de oficio para amarrar seis puntos vitales en su objetivo de ascenso. «Futbolísticamente no son muy vistosas, pero aquí hay un equipo que va a dar la cara hasta el final, que si le quieres ganar le tienes que matar y eso creo que a la gente le gusta», señalaba Luis Oliver Sierra al término del encuentro en el Ramón Rocha.

En Olivenza supo tener paciencia, asestar los golpes en su momento y sobrevivir a la emboscada que le aguardaba. «Hemos ido a la guerra como hay que ir, balón parado, dos goles y a casa», resumía el técnico aragonés. Y se mostraba satisfecho de no tener que lamentar ninguna baja en el parte de guerra para lo que viene. «Hemos conseguido resolver a base de balón parado, que era la única manera de hacerlo hoy, sin lesionados ni expulsados», explicó.

Ahora, el Badajoz se enfrenta sin respiro a otros dos escenarios de máxima dificultad en la Campiña Sur. Azuaga y Llerenense aguardan al acecho en dos compromisos de alta exigencia donde se ponen en juego algo más que tres puntos. El primero le espera este domingo empatado a puntos y con el mismo objetivo de estrechar el cerco con el líder Jaraíz. Un duelo propio de playoff que pondrá a prueba esa aparente fiabilidad encontrada fuera de casa con la llegada del nuevo año y que puede marcar el golpe de efecto definitivo para confirmar su regularidad con la que enfilar su asalto a la primera plaza.

El equipo pacense tampoco estará solo en Azuaga como viene siendo habitual en sus desplazamientos las últimas temporadas y este martes completaba su primer autobús gratuito de aficionados blanquinegros. La trascedencia del partido requiere del mayor apoyo posible en las gradas.

Oliver Sierra empieza a engrasar su maquinaria recuperando efectivos fundamentales como Ginés González, quien reaparecía en Castuera en la media hora final después de caer lesionado en Villafranca en octubre y en Olivenza volvía a su cita con el gol tras salir de nuevo desde el banquillo. «Es un rematador espectacular. Es un inconsciente para todo y en ataque eso ayuda mucho. Es indefendible. Ginés es el Sergio Ramos de hace 10 años», comentaba el preparador blanquinegro sobre el joven central pacense.