Al Badajoz se le olvida la receta de las remontadas

Pese a convivir cotidianamente con la desdicha, cada revés sigue suponiendo un mazazo, un drama que atenaza y se convierte en un obstáculo casi insalvable. Con esa premisa, reduce sus prestaciones de fiabilidad, un parámetro salpicado de múltiples variables cuya preponderancia está sujeta a un vector azaroso poco afable con el Badajoz. En ese contexto ha demostrado no manejarse con destreza. Valga como ejemplo un dato, el conjunto de Luis Oliver Sierra solo ha conseguido remontar un resultado en contra en todo lo que va de campaña, en la que se han jugado ya 26 encuentros.

Es cierto que la solidez defensiva, sobre todo en el primer tramo del campeonato, ha limitado la incidencia de situaciones en las que se han visto por detrás en el marcador, ya que solo han ido a remolque durante 153 minutos repartidos en seis compromisos, pero cuando han transitado por esa senda no han prosperado. Y eso que la primera prueba la saldó con un aprobado. Fue en los compases iniciales del curso, en el enfrentamiento casero ante el Azuaga. Ingoma ponía patas arriba el Nuevo Vivero marcando en el 37, pero los locales fueron capaces de reaccionar. Ginés nivelaba la contienda antes del descanso y en el 61 Álex Alegría establecía el 2-1 definitivo.

También es cierto que a esas alturas las mentes estaban aún limpias, ajenas a la neblina de las vicisitudes que han ido encapotando el vestuario con el paso de las semanas. Ese fue el único precedente positivo con una trama de esas características en las que el guion tenía deparado un giro contra sus intereses. El siguiente, en cambio, salió cruz y supuso un golpe a la confianza con una potente onda expansiva. En la jornada 7 el Jaraíz asaltó el coliseo blanquinegro con dos tantos de Tici y los intentos del Badajoz por contener el arrebato de la revelación de la Tercera extremeña se quedaron en el gol de Ginés, que solo sirvió para maquillar la derrota.

No volvió a repetirse un escenario así hasta la segunda vuelta, en la jornada 20, pero de nuevo fue ante un rival directo, el Llerenense, y con el mismo signo. Cordero adelantó a los de la Campiña Sur, que aguantaron desde el minuto 31 con una ventaja que defendieron de manera titánica ante un rival inoperante.

El siguiente fin de semana, la afición blanquinegra sufrió otro capítulo de impotencia en el duelo frente al Diocesano. Se mascaba la tragedia cuando Castro ponía en ventaja a los colegiales. Los de Oliver Sierra se revolvieron y en un minuto dieron la vuelta al marcador mostrando una capacidad de respuesta poco frecuente. Pero un error defensivo tiró por tierra el arreón, que quedó en agua de borrajas con un 2-2 insuficiente.

De nuevo el Jaraíz, en el segundo asalto, mostró las costuras de un Badajoz frágil en el plano anímico. Los veratos secaron a su adversario y sacaron tajada con el tanto de Tici en el tramo final del choque. Otros tres puntos que volaban sin que los pacenses fueran capaces de levantarse de la lona tras el crochet que noqueó sus aspiraciones. El domingo pasado, en el Francisco de la Hera, el tiro en el pie que protagonizó el Badajoz con un balance defensivo pésimo en el primer gol modificó cualquier boceto del partido y obligó a remar contra la corriente. Los visitantes tiraron de orgullo y apretaron, fueron mejores en varias fases y empataron pero de nuevo la remontada quedó varada cuando Dieguito ajustició con el 2-1 para casi sentenciar la pugna entre los dos equipos por el primer puesto.