El Badajoz sigue sin despejar incógnitas

El jueves 2, Javier Peña anunciaba una nueva rueda de prensa en una semana para explicar el proyecto deportivo, así como que se daría a conocer la auditoría en diez días y al día siguiente Luis Oliver Sierra puso el viernes 10 como ultimátum a los jugadores a quienes se les había propuesto su continuidad. Pero la semana ha pasado y no se ha producido ninguna noticia al respecto. En esta serie de comunicaciones contradictorias que emanan desde el club lo que hacen es alimentar la incertidumbre entre la afición sobre lo que pueda pasar con el Badajoz. Primero confirman a Luis Oliver júnior como entrenador y solo un par de días después el propio técnico deja su futuro en el banquillo en el aire. Ni siquiera queda clara la apuesta por la figura de director deportivo, clave en este período de confección de plantillas. Seguidamente, el mismo entrenador aragonés revelaba el último viernes de previa de partido el interés de los futbolistas para quedarse otra temporada –«más de los que la gente se piensa», remarcaba–, y el domingo tras la derrota ante el Llerenense soltaba que «el 90 por ciento de este equipo se va». En ese sentido, hablaba de resetear y acometer una renovación total para empezar de cero y con mentalidad nueva. «Hay que pensar en traer 17-19 jugadores del máximo nivel de la categoría», apuntaba entonces.

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En cuanto al apartado institucional, todo parece supeditado a la auditoría que según las previsiones de los nuevos gestores ya debería haberse hecho pública. El director general alertaba de un desfase presupuestario de casi 2,5 millones de euros esta temporada y culpaba al grupo mexicano de este enorme descarrilamiento financiero. En su primera comparecencia la semana anterior, Javier Peña sostenía que la deuda con la Seguridad Social se había satisfecho y siete días después reconocía que había que ponerla al día, como con el resto de deudas con hacienda y proveedores, una vez se aclaren los números cuando se cierre la auditoría.

La llamada nueva propiedad espera tener las cuentas claras sobre la mesa para poner en orden el club. Primero pasa por recomponer el consejo de administración para convocar una junta de accionistas y poder abordar la ampliación de capital que tanto se había prometido antes de su irrupción en el Nuevo Vivero. Y a partir de ahí empezar a planificar la nueva campaña en lo deportivo. Lo poco que se conoce es que varios jugadores siguen acudiendo al gimnasio del Nuevo Vivero para mantener la forma, mientras que otros han llegado a un acuerdo para desvincularse del contrato que les unía hasta el 30 de junio y ya se han marchado de la ciudad. Los canteranos Dani Cordero y Agustín Izquierdo son las únicas piezas fijas que de momento cuentan para el próximo proyecto y que tiene claro la entidad de darles un mayor protagonismo en la primera plantilla.

A partir de ahí queda por resolver el modelo por el que se quiere apostar en la reválida de la Tercera RFEF en busca de un ascenso inmediato. Ni siquiera se sabe el entrenador que llevará las riendas del equipo, a pesar, como se ha dicho anteriormente, del anuncio de la continuidad de Luis Oliver Sierra. El mismo técnico blanquinegro ha jugado después al despiste sobre su presencia en el banquillo del Nuevo Vivero el próximo curso.