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Llegó, venció y al playoff. David González tuvo el debut soñado en un partido que abre una puerta a la esperanza para el Badajoz de ... que no está todo perdido. El equipo blanquinegro se regaló su encuentro más placentero para reconciliarse con su afición y volver a los puestos de promoción de ascenso. Este Badajoz es otra cosa y así puede aspirar a lo que se proponga. Nada que ver con el de hace unas semanas que deambulaba por el césped, sin alma y sin ideas. El equipo pacense salió con un chute de energía diferente, recordando a la versión de la primera vuelta y exhibiendo una pegada de la que tanto adolecía últimamente. Se liberó de esa presión que le atenazaba y la transformó en confianza con un juego más fluido y en el que impuso su dominio. A esa mutación ayudó mucho marcar pronto. A partir de ahí todo fue rodado. El Badajoz vuelve a creer en sí mismo.
Si los jugadores necesitaban tranquilidad la encontraron en apenas diez minutos. Los que tardó el Badajoz en subir el 2-0 al electrónico, todavía sin encender. Ya casi ni se recordaba por el Nuevo Vivero una situación tan favorable. Acostumbrado al sufrimiento continuo por la incertidumbre de un pírrico 1-0 en el marcador y que en los últimos partidos le costó más de un disgusto en los instantes finales. Pero Gustavo Quezada y Álex Alegría se encargaron de ofrecer una mañana de sauna y masaje a la grada. El mediocentro ecuatoriano dejó claras las intenciones y en la primera que tuvo la enchufó para dentro. Sin aviso previo ni nada. Algo escorado sobre el poste izquierdo de Miguel, pero vio el hueco suficiente para llevarla a la red. Alegría desbordante en el campo y entusiasmo en la grada.
El Badajoz parecía haberse tomado en serio su reconquista del playoff. No tiene tiempo que perder. Y así llegaría el segundo en una internada de Santi Luque, muy desequilibrante por la izquierda todo el encuentro, para colgar un centro sobre Álex Alegría, que se revolvió dentro del área para rematar de semichilena y sorprender a Miguel. 2-0 y el encuentro encarrilado. Ver para creer. El Nuevo Vivero se frotaba los ojos entre la incredulidad y la expectación que se abría por delante.
CD Badajoz:
Álex Quesada; David Calles (Gurdiel, min. 56), Jesús Sánchez, Javi Lobato, Álex Herrera; Jorge Barba (Ginés González, min. 78), Fran Miranda, Gustavo Quezada, Santi Luque (Dani Cordero, min. 70); Álex Alegría (Bermúdez, min. 56) y Borja Domingo (David Grande, min. 56).
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CD Calamonte:
Miguel (Kimura, min. 46); Marco, Pity, Toni Escobedo (Álex Rume, min. 46), Mario (Víctor Molina, min. 75); Elena, Marco, Berna, Juanan, Matheus (Fran Romo, min. 63); Pablo Rodríguez (Eloy, min. 80) y Ginaid.
Goles: 1-0: Gustavo Quezada, min. 7. 2-0: Álex Alegría, min. 10. 3-0: Borja Domingo, min. 37.
Árbitro: Cordón Valladares. Amonestó en el Badajoz a Javi Lobato (20), Gustavo Quezada (43), Jorge Barba (47) y Bermúdez (90) y en el Calamonte a Matheus (39) y Marco (92).
Incidencias: Unos 2.000 espectadores en el Nuevo Vivero. En el palco, la presidenta María Bernabé junto a los consejeros Colate Vallejo-Nágera y Javier Peña.
El Badajoz no cesó en su empeño de aprovechar su momento con Santi Luque rompiendo por la izquierda, Jorge Barba a banda cambiada con sus diagonales imposibles, Álex Alegría descolgando a los centrales y bajándolas todas y Borja Domingo peleón y siendo todo un incordio para la defensa calamonteña. El delantero de Requena dejaba su sello marca de la casa en dos oportunidades seguidas para subir el tercero. La primera en un mano a mano con el portero tras recortar a su marcador que le sacó con los pies Miguel y cuatro minutos después metía el pie ante un contrario para remachar al palo un centro de Álex Herrera.
La insistencia de Borja Domingo tendría su recompensa en un regalo que le hizo Jorge Barba tras una gran jugada personal dentro del área que le dejó solo para que el valenciano marcara a placer. El Nuevo Vivero era una fiesta.
El Calamonte se resistía a entregarse y en una peligrosa contra Ginaid se plantaba con su figura gigante delante de Álex Quesada, pero el portero blanquinegro le rebañó el balón de las botas para desactivar la amenaza.
José Arredondo trató de contener la sangría al descanso con el cambio en la portería de Miguel por Kimura y buscando mayor proyección por banda con la entrada al exblanquinegro Álex Rume. El Calamonte quiso tener más presencia en campo pacense, pero el Badajoz permitía pocas alegrías a los visitantes. Con el partido resuelto, David González quiso probar cosas y de paso refrescaba a los suyos con tres cambios de golpe. Dentro David Grande, Bermúdez y Gurdiel para reconectarles para la causa y oxigenar para lo que queda a Borja Domingo, Alegría y David Calles.
Los blanquinegros seguían con el plan inicial, dominio de la pelota, abrir espacios y una presión alta. Santi Luque mantenía desplegadas sus alas y un centro suyo no acertó a engancharlo Bermúdez solo en el segundo palo. Después sería Quezada quien se sacó un potente disparo desde la media luna que escupió el larguero a córner tras meter la manopla Kimura.
El Badajoz había bajado algo de revoluciones en una segunda parte más descafeinada, pero continuaba insistiendo arriba. David Grande lo intentaba sin suerte solo ante el peligro. Con el control de la situación fue dejando apagar el partido consciente de la valiosa victoria que se aseguraba y el deber cumplido. Y con una falta al borde del área botada por Gurdiel que obligó a la estirada de Kimura se cerraría el partido.
El Badajoz se da un respiro, regresa a playoff y mira con optimismo un final de liga con motivos para volver a creer.
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