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J. P.
Badajoz
Jueves, 23 de mayo 2024, 14:03
El Badajoz pierde a su más fiel servidor y uno de sus personajes más entrañables. La historia del club blanquinegro no se entiende sin la figura imprescindible de Pepe Espinosa. El que fuera secretario general del Badajoz durante más de 50 años falleció este jueves a los 90 años de edad. Medio siglo de vida dedicado en cuerpo y alma a todas las parcelas del club blanquinegro hasta su jubilación en 1999 coincidiendo ya con el traslado al Nuevo Vivero. Gracias a su empeño y curiosidad logró salvar documentos, archivos y fotografías históricas del club condenados a las cenizas tras el cambio de sede social. Un tesoro de gran valor que guardaba en su casa a modo de testimonio y hemeroteca para preservar la historia del Badajoz. Pepe Espinosa ha sido la memoria viva del Badajoz y custodio de su gran legado.
Resolutivo, eficaz, discreto y servicial como pocos, dejó una huella imborrable en el viejo Vivero, su segunda casa. Entonces se bastaba él solo para atender a todos los frentes que requería el funcionamiento del Badajoz. Una labor en la sombra con la que se ganó el respeto de los grandes del fútbol español y dio prestigio al club blanquinegro.
Durante esas cinco décadas fue el hombre de confianza de todos los presidentes que pasaron por la entidad. Indispensable para cada uno de ellos que se apoyaron en Pepe Espinosa para llevar el día a día de la entidad. Su valía le hizo coger fama en la capital de España donde el propio Antonio Calderón quiso incorporarle a su equipo técnico en el Real Madrid. «Pero yo era muy cobardica y no me decidí. Me dio miedo, la verdad», confesó en una entrevista a este diario con motivo del centenario del viejo Vivero.
Socio desde los 10 años, aunque desde bien pequeño ya se las ingeniaba para colarse a ver los partidos, entró en el club como colaborador en las rifas para pasar a funciones de botones, administrativo y con la llegada de Antonio Ballesteros en 1967 ya como secretario general hasta su jubilación en 1999. Pepe Espinosa fue una figura imprescindible en el Badajoz. «La gente que venía a verme para algún asunto me decía: 'Pepe cuando tú te vayas se termina el Badajoz'», solía recordar en alguna ocasión. Y ese comentario medio en broma casi se cumple porque apenas tres años después de dejar el club, el Badajoz descendía a Segunda B y cuatro más tarde caía a Tercera por impagos. Y poco después, en 2012, el Juzgado de lo Mercantil dictó la liquidación de la SAD y el Badajoz se refundaba para comenzar desde cero.
En mayo de 2014, el Badajoz le dedicó un merecido homenaje en el que le hizo entrega de la insignia de oro y brillantes del club durante un cena en reconocimiento a su trayectoria y entrega a la entidad.
La capilla ardiente se encuentra en el tanatorio La Soledad del polígono El Nevero, donde en cuya capilla tendrá lugar la misa este viernes a las 10.00 horas para a continuación ser enterrado en el cementerio nuevo de Badajoz.
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