J. P.
Badajoz
Martes, 22 de octubre 2024, 20:42
El Badajoz ya sabía después de sus dos primeras salidas que la Tercera extremeña no sería un paseo. Y ahora también ha podido tomar nota que en el Nuevo Vivero no tendrá una alfombra roja. El equipo blanquinegro pone los pies en la tierra tras ... sufrir su primera derrota de la temporada. «Una primera parte terrorífica y un inicio de la segunda más aún», resumía Luis Oliver Sierra, muy crítico con el juego de su equipo.
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El modesto Jaraíz hizo saltar por los aires el acorazado pacense con dos descargas de Fabio que Tici se encargó de cortocircuitear. No le hizo falta más para sorprender a todo un candidato al ascenso como el Badajoz que se quedó sin capacidad de reacción. «Fabio se los ha comido a todos con patatas», reconocía el técnico aragonés sin tapujos.
El Badajoz evidenció detalles de ser un equipo terrenal y perdió su condición de invicto, además en su casa donde se había mostrado intratable en sus cuatro primeros partidos disputados hasta ese momento. No tuvo esas ideas claras para dar una respuesta contundente y sus arreones se evaporaban en el sólido entramado defensivo verato sin crear excesivo peligro. Oliver Sierra no pudo ocultar su enfado. «Tenemos que mejorar mucho la actitud, salir al campo con más mordiente, sabiendo lo que nos jugamos y no ser tan cándidos», asumía.
El Badajoz no supo aprovechar la primera derrota del Diocesano, que había claudicado por la mañana también en su campo frente a un colista Montijo que no conocía la victoria. El gran beneficiado de la jornada fue el Extremadura, que ya se instala en la cabeza del grupo dando forma a un triunvirato. El cuadro pacense dejó escapar su gran oportunidad en su peor partido del curso. «Necesitamos esa marchita más. Si salimos a trotar nos gana cualquiera. Tenemos mucho que mejorar, aunque las condiciones no ayuden tenemos que abstraernos y sacar nuestra mejor versión porque si no lo vamos a pasar fatal en esta categoría», apuntaba el preparador blanquinegro.
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Oliver Sierra tampoco cree que a sus jugadores le pesara el revuelo de los días previos con el partido del Gévora que provocó el enfado generalizado de la afición blanquinegra y que se hizo patente en la salida del técnico al dirigirse al banquillo. «Si hay parte del público que viene a insultarte, te aguantas. También es verdad que no hay una semana con un poquito de paz y tranquilidad, y eso que llevamos líderes desde la primera jornada. Hay muchos intereses en que esto salga mal, el 90 por ciento centrado en mí y mientras esté yo esto va a pasar, pero ya sabía donde venía».
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