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Marco A. Rodríguez
Badajoz
Lunes, 12 de agosto 2024, 21:06
La 'Ciudad de la Luz' apagó su llama olímpica en una grandiosa ceremonia en la que Tom Cruise se desplegó del techo del Stade de France para acto seguido tomar la bandera de los cinco aros y salir, entre acordes de 'Misión Imposible', con una ... moto rumbo a Los Ángeles, a la meca del cine. Terminaron los Juegos de París y comenzó la Olimpiada angelina, tercera en la historia, y toca hacer balance de lo sucedido con los extremeños en la capital gala. Como resumen, todos pudimos contemplar por televisión e internet, desde la tele del salón, la tablet, el móvil o el portátil, la consolidación de quien ya es toda una leyenda del atletismo español: Álvaro Martín Uriol.
El de Llerena elevó a su pueblo a un mapa planetario con la conquista de uno de los cinco oros de la delegación española, con el relevo mixto en marcha unos días después de alcanzar el bronce en individual.
Todo un ejemplo con su actitud en el deporte y fuera de él, valiente en la defensa de sus opiniones y siempre acordándose de sus raíces, Martín Uriol tomó el testigo de Alberto Ginés, quien nos deslumbró en Tokio con aquel oro sobrevenido. El escalador de Cáceres fue una de las decepciones de la cita olímpica francesa, si bien antes avisaba de que su misión no consistía en renovar aquella presea nipona. Estefanía Fernández podría ser otro de esos sueños rotos en París 2024. La piragüista del Iuxtanam acudía en un gran momento y tenía opciones con el combinado español en el K4 500, pero se esfumaron y en la prueba individual claudicó como se esperaba ante el poderío de sus rivales, sin poder lograr el pasaporte para la final.
Junto a Martín, Ginés y Fernández eran a priori nuestras otras dos grandes apuestas. El joven velocista pacense David García Zurita no pudo clasificarse para la final del relevo 4x400, a la judoca emeritense Cristina Cabaña el calendario de rivales que le tocó casi no le dio chance, César Castro, el nadador placentino, lo tuvo cerca pero al menos demostró que vuelve a estar en la pomada; esa es su medalla. Por último, en un triatlón muy polémico por las aguas del Sena, la pacense Miriam Casilla ahogó sus pretensiones de diploma.
Álvaro Martín ya tiene su hueco en el Olimpo del atletismo español. En París cerró la trilogía y ya tiene el Europeo, Campeonato del Mundo y el oro en los Juegos. El círculo se ha cerrado. Junto a su inseparable compañera María Pérez convirtieron a la marcha en principal inversión de éxito para el equipo español. Una apuesta segura. El bronce del extremeño y la plata de la granadina en individual, más el broche del oro de ambos en el relevo mixto de 40 kilómetros para hacer historia. Eso sí que es defender una disciplina olímpica atacada hace tiempo desde las más altas instituciones. La propia Llerena le obsequiaba este domingo con un homenaje y recibimiento digno de la descomunal actuación del marchador del Capex, quien defendió que se puede llegar a lo más alto desde lo más bajo.
La especialidad del boulder (bloque) fue toda una pesadilla para Alberto Ginés en su aventura parisina, donde quiso presentarse sin la presión de tener que reeditar su gesta de tres años atrás con el oro de Tokio. Un mal sueño del que pronto despertará pues para Los Ángeles 2028 está previsto eliminar el camino de la combinada para dilucidar las medallas y se separan las competiciones. Él es un hacha en la dificultad, fue el mejor en la semifinal por ejemplo, pero en la final no le alcanzó dada la rémora de puntos perdidos por el bloque y un jovencísimo británico de 19 años, Toby Roberts, le tomó el testigo en el primer escalón del podio, sorprendiendo a todos como en su día hizo Ginés con 18. «Con un poco de suerte, no vuelvo a competir en mi vida en el bloque», dijo el escalador cacereño, que se tuvo que conformar con la séptima plaza.
Con grandes ilusiones participaba la piragüista Estefanía Fernández tras brillar en el Mundial de Duisburgo. Pero no pudo ser y el equipo español del K4 500, la gran baza de la emeritense para alcanzar un metal, finalizó en sexta posición, con el diploma olímpico en el Estadio Náutico Vaires-Sur-Marne, donde impusieron su dominio Nueva Zelanda, Alemania y Hungría. Fernández tenía una posible revancha con el K1 500, pero era un dardo envenenado ya que poco pudo hacer ante el poderío procedente de la otra punta del mundo, Nueva Zelanda y Australia. Sería séptima de su semifinal, sin acceso a la final, como su compatriota Beatriz Lazcano, séptima. Pese a todo, tanto Ginés como Fernández regresan a casa con un diploma olímpico. El tiempo lo valorará.
Poco se ha hablado del triatlón en el plano deportivo, y mucho de la polémica por el estado de las aguas del Sena y su viablidad para competir en ellas. Seguro que eso pasó factura a muchos triatletas como la pacense Miriam Casillas, que se quejó amargamente, y con razón, de que en los deportistas es en lo último en que se piensa. Clama al cielo que de madrugada no se supiera si competían a la mañana siguiente. Pese a todo, la del Triatlón Ferrol se quedó a dos penalizaciones a un compañero del diploma olímpico, terminando novena (1:27:30 la prueba mixta. En individual le fue peor (2h01:46 ) con el puesto 33.
En la carrera del relevo 4x400 pasó de todo y todo muy malo para los intereses del combinado nacional y uno de nuestros representantes, el pacense David García Zurita. El objetivo era colarse en la final, para lo que había serias opciones, y después darlo todo a la caza de una medalla a tiro de récord. Pero fueron apeados de la final en una clasificatoria de locos donde el relevo español acabó sexto. Eso sí, su marca de 3:01.60 fue el mejor registro olímpico de nuestro atletismo. El joven velocista del Club Atletismo Badajoz realizó la tercera posta, tras una leyenda como Óscar Husillos, a quien perjudicó el tráfico de rivales. Para más complicación, nada más recibir el testigo Zurita fue empujado por un adversario (Nortje, se aprecia en la imagen), por lo que casi se va al suelo y arrolla a otro rival, el francés Teo Andant. Seguro que Zurita tendrá revanchas.
La experimentada judoca Cristina Cabaña tuvo un paso fugaz por el tatami de París. No tuvo suerte con la rival del primer combate y menos aún con quien la aguardaba en un segundo duelo al que no llegaría, ante la campeona nada menos. La emeritense cayó a las primeras de cambio en su categoría de -63 kilos contra la brasileña Quadros y por equipos pasó a octavos, pero claudicó ante Japón.
Por encima del resultado, lo mejor en el caso de César Castro es que el placentino por fin disfrutó de unos Juegos tras dos intentos fallidos y un calvario con las lesiones. Y no lo hizo mal, siendo el mejor de unos españoles que batieron el récord nacional con un tiempo de 3:13.19, a 4 centésimas de la final del relevo 4x100 libre. En su otra prueba, el 4x200 libre, España quedó lejos de la final.
Como tantos niños nacidos en Cataluña, en concreto Barcelona, Paula Leitón tiene un fuerte arraigo extremeño. Su padre es de Higuera de Vargas, emigrante a la caza de un futuro mejor, y buena parte de su familia paterna –abuelos, tíos, primos, etc–, viven en esta pequeña localidad de los Llanos de Olivenza de unos 2.000 habitantes y que ha disfrutado con el oro de su 'adoptada' deportista. Además, Paula no olvida ese fuerte vínculo y se le ha podido ver en plena celebración tras la final de waterpolo femenino con la bandera de nuestra comunidad. Es la boya del equipo y toda una veterana en ese vestuario. Con la cita parisina son ya tres los Juegos Olímpicos en los que ha participado, llegando a unas finales que se escapaban. Esta vez no.
Al igual que Paula Leitón, Yago Rojo no es extremeño, pero anda bastante equidistante. El maratoniano, madrileño de nacimiento, compite con licencia extremeña por su gran vinculación con Pasarón de la Vera, donde reside su novia Laura Luengo, también maratoniana y que no fue seleccionada para París pese a contar con la mínima. En una prueba durísima con un final endemoniado y una pendiente del 13%, Yago Rojo dejó el listón nacional muy alto con una meritoria posición 41, conquistando además la tercera mejor marca de un compatriota en unos Juegos. Fue uno de los tres españoles en liza y el segundo mejor de ellos, con un tiempo de 2.12:43, casi seis minutos más que el oro de Tola. El primero fue Chakir, segundo mejor registro histórico nacional.
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