«Si Yiyo se centra en su tiro puede darnos una alegría enorme en pocos días»

Los Juegos más extremeños de la historia cuentan con otra figura destacada detrás de los focos. Juan Carlos Holgado Romero (Dierdorf -Alemania-, 1968, pero criado en Cáceres desde los 9 años) lleva trabajando a la sombra de los aros olímpicos desde Atenas 2004. Con el desfile inaugural arrancan días de nervios para este exarquero cacereño inmortalizado en el olimpo del deporte con el oro olímpico en Barcelona'92. Pero a Holgado no le quita el sueño otra medalla, sino el desarrollo y buen funcionamiento de las pruebas de tiro con arco, de las que es responsable como parte del comité organizador y cuyo resultado incide directamente en el sueño deportivo de otro cacereño, Antonio Fernández, que es el primer extremeño en salir a escena en los Juegos de Río este mismo viernes.

¿Siente un cosquilleo especial cuando se acercan unos Juegos?

¡Por supuesto! Los Juegos Olímpicos son algo especial en la vida de un deportista, en toda persona que le guste y viva el deporte. Y si además, eres parte de los Juegos en cualquier faceta, mucho más. En mi puesto de delegado técnico de la Federación Internacional para la competición de tiro con arco, llevo trabajando con y para estos Juegos desde 2012. Así que estar a pocos días de poder finalmente verlos hechos realidad, con todo lo que hemos trabajado con el comité organizador, las muchas reuniones y viajes que he tenido, los miles de emails y teleconferencias. Después de esto, es una pasada estar ya tan cerca de comenzar la competición.

¿Qué significó Barcelona'92?

Mucho. Un éxito para España. Un éxito para los deportistas españoles y todos los que colaboraron en nuestra preparación para estos Juegos de una manera u otra. Un éxito organizativo, un éxito de mi deporte y un éxito personal.

El tiro con arco no era un deporte muy conocido, pero desde el encendido del pebetero olímpico se convirtió en icono de los Juegos de Barcelona. Parecía que los arqueros españoles estaban predestinados a hacer algo grande.

Esa flecha incendiaria, ese 'mechero olímpico' que fue nuestro amigo 'El Arquero', el bueno de Antonio Rebollo. Ese disparo fue premonitorio de que algo importante iba a ocurrir y en el tiro con arco sobre todo. He visto muchas formas de encender el pebetero olímpico, de llevar esos últimos metros la llama olímpica que esparce los valores olímpicos entre todos los que disfrutamos ese momento, pues ninguna de ellas se acerca a la emoción y espectacularidad que ofreció ese disparo de la flecha en llamas de Barcelona'92. Mucha gente del mundo del deporte, del movimiento olímpico, a día de hoy, todavía ahora me comentan que como la flecha del arquero de Barcelona'92 no hubo otra igual. Sigue siendo el encendido del pebetero y la inauguración de unos Juegos que más recuerdos y admiraciones despierta. ¡Y hablamos de 24 años ya!

Las actuaciones de los arqueros a nivel individual fueron discretas, pero por equipos se llevaron el oro. ¿Se lo esperaban?

Sí que sabíamos que nuestras opciones de medallas en la competición individual eran pocas y lo sabíamos desde el 90, dos años antes. Por eso nuestra preparación se centró desde un principio en conseguir un equipo fuerte para optar a una medalla en la competición de equipos en Barcelona. De hecho, creo que hemos sido el primer país en la historia de este deporte que se centró más en la preparación de sus arqueros para la competición de equipos que para la competición individual. Lo tuvimos muy claro desde el principio. Si conseguíamos construir y preparar un buen equipo, podríamos optar a algo importante. ¿Que si esperábamos el oro? Pues no, pero sí estar entre los 8 primeros. Con diploma olímpico manteníamos nuestro sueldo de deportistas en ADO un año más, así que era bastante importante para nosotros creer que podríamos conseguir un diploma (sonríe). Y luego, al ganar el primer match, supimos que nuestro nivel era para estar entre los mejores equipos, aquellos con posibilidades de podio. Estábamos tirando muy bien. Pero en el deporte, dejar de pensar en el presente, dejar de centrarse en cada encuentro; al más puro estilo Cholo, partido a partido; se paga caro. Así que fuimos centrándonos en cada eliminatoria sin penar demasiado en nada de lo que pudiera pasar después. Durante dos años estuvimos bajo las enseñanzas de un sofrólogo especialista en deporte para llegar a actuar y pensar así cuando el momento llegase. El bueno de Marino Espinosa, nuestro sofrólogo, ya nos había entrenado para saber estar en el presente, en la acción, en el aquí y ahora. Y eso hicimos como buenos alumnos disciplinados, el resto ya se sabe. Todo funcionó y bien. Hubo medalla de oro y sueldo para una temporada más. Pero no esperábamos el oro. Ni siquiera lo soñábamos, pero sabíamos que estábamos listos para una medalla. Para eso trabajamos. Y salió muy bien.

En los siguientes Juegos también repitió experiencia olímpica como seleccionador. ¿Se disfrutan de forma distinta?

Es distinto, efectivamente. Como deportista uno ve todo más desde el área de las emociones y las subjetividades del momento. Los momentos buenos se disfrutan y los malos se sufren. Como entrenador, sin embargo, todo se intenta vivir más desde la objetividad necesaria para poder ayudar y asistir a tu deportista. En los buenos momentos hay que frenar las emociones, conservar la calma y compensar para mantener al deportista en el suelo, centrado en el presente. En los malos momentos también hay que compensar y ser positivo y creativo. Centrarse en las soluciones e implementarlas. Así que es diferente, totalmente. Pero eso no quiere decir que no haya disfrutado los Juegos tanto de entrenador como de deportista. De hecho, los he disfrutado mucho como organizador también y ahora como delegado técnico. Me dedico a lo que me encanta, es mi pasión y lo disfruto mucho.

¿Dónde va a estar cuando se encienda la llama olímpica en Río?

A ser posible lejos del fuego (risas). No lo sé. Supongo que sentado en un asiento disfrutando de la ceremonia de apertura. Los delegados técnicos recibimos entradas para las ceremonias de apertura y clausura por parte del comité organizador. Pero como tenemos la competición de tiro con arco ese mismo día (el ranking round) y la final de equipos de mujeres al día siguiente, por si surgieran problemas de algún tipo ese día puede que lo vea desde la tele, desde la cama, en el Sambódromo (sede del tiro con arco) o desde mi hotel. ¿Quién sabe? En Río nunca se sabe lo que puede pasar. Esto es Brasil. Todo es posible.

¿A qué se dedica ahora?

Soy director del Centro Mundial de Tiro con Arco (WAEC) que la Federación Internacional ha construido en Lausanne, que es donde vivo desde 2004. He sido director de eventos en esta federación desde 2004, después de mi trabajo en el comité organizador de Atenas 2004. Han sido once años en donde he sido a veces responsable directo y otras partícipe de los muchos cambios que hemos realizado en el tiro con arco. Once temporadas de muchos viajes, muchos eventos y muchos éxitos. Ya era el momento de enfrentarme a otro reto en mi vida, de volver a mis orígenes, de trabajar de nuevo en el desarrollo y en el rendimiento. Los eventos se han terminado para mí después de los Juegos de Río. Es y ha sido una experiencia maravillosa. En estos momentos estoy iniciando un nuevo camino en mi carrera deportiva y laboral. Y de momento es tan maravillosa como la que he cerrado. Y ahora mismo soy delegado técnico de la competición de tiro con arco en Río. Mi último evento a colaborar y organizar. Espero que sea el broche de oro de mi carrera en eventos. Lo veremos pronto.

Como parte federativa conocerá de primera mano la preocupación de los deportistas por el zika.

Por supuesto que hay cierta preocupación con el zika, sobre todo con lo que se ha hablado en los medios de comunicación. Creo que se ha magnificado demasiado y ha sido la guinda en el pastel después de los muchos problemas que ha sufrido Río en los últimos meses con crisis políticas, económicas, retrasos, huelgas y protestas. La verdad es que si se planea algo para hacer fracasar a un comité organizador de unos Juegos no se podría hacer tan bien. Ha sido la 'tormenta perfecta' y si a eso unimos la falta de planificación que estos Juegos han tenido, la situación no es fácil. Para las mujeres, y sobre todo si están planificando un embarazo en los próximos meses, el zika es un riesgo claro. Pero para los hombres, no es tan grave. En esta época del año, más invierno que verano, no hay casi mosquitos en Río y las autoridades han fumigado durante meses las áreas con más riesgo. Yo he venido a Río una semana por mes desde el inicio de 2016 y de enero hasta marzo había mosquitos, pero ahora hay muy pocos. Con precauciones básicas como spray-barras antimosquitos debería ser menos peligroso que una gripe. De hecho veo aquí más gente enferma por aires acondicionados que por otra causa. Me preocupa más el dengue, que todavía existe en Brasil, que el zika.

¿Hasta Lausanne le llegan los éxitos del Club Arqueros San Jorge?

Por supuesto. Estamos en la era de las 'social media', de los facebook, whatssap, instagram... y las webs. Me llega todo y me alegra mucho ver que el tiro con arco sigue estando muy alto en mi región y en esa ciudad que tanto quiero, esa Cáceres tan histórica como moderna.

En Río competirá otro arquero cacereño, Antonio Fernández. Pasan los años y los recursos escasean, pero Cáceres sigue siendo referente en tiro con arco.

¡Increíble! ¿Verdad? El Yiyo, un fenómeno. Le sigo desde hace años, como a su hermano, al que tuve la suerte de entrenar en mi época de entrenador del equipo español. Antonio tiene muchísimo talento. Un tipo más serio de lo que pretende aparentar con sus constantes ocurrencias y chistes con ese sentido de humor especial que tiene. Pero está trabajando duro, tiene hambre de cosas buenas y va por el buen camino. Si se centra en su tiro, en la ejecución flecha a flecha y se olvida del resultado, puede darnos una alegría enorme en unos pocos días. Y en equipos están muy fuertes los tres arqueros que nos representan. Yiyo es una pieza clave en ese equipo. Le sdeseo unos Juegos exitosos. Ya va siendo hora de ver otra medalla española de tiro con arco en unos Juegos. Pero no se lo digáis por favor. Nada de presionarles (risas).

Extremadura tiene tradición olímpica en tiro con arco. En ese selecto grupo se encuentran María Teresa Romero, usted y ahora Antonio Fernández. Fátima Agudo no ha sido olímpica, pero sí campeona del Mundo. ¿Cuál es el empujón definitivo que necesita para su práctica en toda Extremadura?

Que se mejoren las instalaciones y material deportivo. Que sea más fácil no sólo la práctica e iniciación en el tiro con arco, sino para aquellos que lo deseen hacer a alto nivel, que haya apoyos, sensibilidades de ayudar e instalaciones adecuadas. No es dinero de lo que estoy hablando. Muchas veces es más el tener atenciones para apoyar a aquellos locos arqueros que deciden sacrificar muchas cosas para llegar a lo más alto, el encontrar soluciones a necesidades puntuales para aquellos que trabajan duro para ir a unos Juegos. A veces falta más de esto que de recursos.

¿Cree que pasado el tiempo se valora lo conseguido por María Teresa Romero o usted por las circunstancias que os tocó vivir para llegar a cumplir ese sueño olímpico?

Creo que sí se valora y la prueba de ello es que periodistas como usted y periódicos como éste en el que escribe, me localizan esté donde esté por este mundo para saber lo que pienso en temas variados. La historia no debe olvidarse nunca. Se aprende tanto de ella. María Teresa fue una pionera en un deporte que en aquellos años no era un deporte reconocido ni valorado como lo es ahora y ella siendo mujer. Una mujer haciendo tiro con arco en su época era raro, muy raro. Y lo hizo muy, muy bien. Siempre admiré su carrera deportiva, su tesón y su persona, lo poco que la conocí.

En estos Juegos de Río hay récord de participación extremeña con nueve deportistas.

¡Yupiii! Fenomenal. Felicidades y sobre todo les deseo una buena competición a todos, y cuando digo todos incluyo a ellas, no me gusta lo de 'todos y todas'.

¿Qué ha cambiado en el deporte extremeño para este 'boom'?

Pues para ser sincero, no lo sé. Estoy y vivo muy lejos de Extremadura como para saber con certeza qué ha podido facilitar este claro progreso y éxito. Quiero creer que las generaciones jóvenes en esa maravillosa tierra extremeña han crecido en una región más preparada, con mejores instalaciones, con más aceptación y ayudas a aquellos deportistas que quieren llegar muy alto a niveles mundiales.

Y en disciplinas muy dispares como natación, triatlón, tiro con arco, golf, marcha, martillo...

Impresionante. Estoy muy orgulloso de oír esto, no lo sabía. Me has alegrado el día, muchas gracias. Espero verles en Río en cuanto termine con mis obligaciones allí voy a buscarles y a seguirles con pasión.