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¿Qué ha pasado hoy, 14 de marzo, en Extremadura?
Javier Cienfuegos y su inseparable entrenador Antonio Fuentes, en Doha preparándose. :: hoy
¡Mándalo muy lejos, Javier!
ATLETISMO

¡Mándalo muy lejos, Javier!

Cienfuegos afronta en Doha la calificación para la final del Mundial, a la que llega con más opciones que nunca

Martes, 1 de octubre 2019, 08:41

Un círculo de 2,15 metros de diámetro, generalmente de cemento, insertado en una jaula de seguridad rodeada y protegida por redes. Un lugar de sobra conocido por Javier Cienfuegos, uno de los dos colosos de nuestro atletismo junto al marchador Álvaro Martín. En el Estadio Internacional Khalifa de Doha (Catar), a unos 80 metros de distancia de ese habitáculo, debe caer hoy sobre la hierba un artefacto llamado martillo, una bola de metal de poco más de 7 kilos sujetada mediante un cable de acero por una empuñadura y que tiene la clave para que el sueño del montijano se convierta en realidad. Un gesto mil veces repetido, hasta la saciedad con su inseparable Antonio Fuentes, pero el de esta tarde es básico, histórico tal vez, pues tiene la llave para meterse en una final del Mundial de Atletismo. Y a partir de ahí, con unos nervios que ya no atenazan tanto, a por la presea.

«De moral muy bien, con muchas ganas, deseando que llegue el momento»

Javier Cienfuegos Lanzador de martillo

A Javier Cienfuegos casi siempre se le ha resistido pasar el corte para competir con los mejores. Solo lo hizo una vez, en el Europeo de Amsterdam. Pero la cita catarí será muy distinta. Se presenta en el desierto en el mejor momento de su carrera, después de batir una y otra vez su propio récord de España para dejarlo en los 79,38 metros, la tercera mejor marca mundial del año. Nunca antes llegaba a una competición con tantas sensaciones positivas. «De moral y sensaciones estoy muy bien, con muchas ganas y deseando que llegue el momento», indicaba ayer desde Doha.

El atleta extremeño ya ha confirmado las peores expectativas respecto a las condiciones climatológicas que le esperan en aquel escenario. «Al llegar fue horroroso, un calor y una humedad que son indescriptibles; aquí no estamos tiempo al aire libre. Ayer fuimos a entrenar y aquello era horroroso», se lamenta Cienfuegos, aunque añade que tuvo que entrenar fuera del estadio, no dentro, y que en el interior la temperatura es bien distinta. La organización se comprometió a regularla en torno a unos 24 o 25 grados. Por dinero o gasto energético no será. Eso seguro. Lo que ocurra fuera del recinto no hay petrodólares que lo arreglen. El problema son los bruscos cambios desde el sofocante calor y la excesiva humedad a un ambiente más respirable porque los deportistas sufren mucho esos vaivenes.

«Al llegar fue horroroso, un calor y una humedad que son indescriptibles; aquí no estamos tiempo al aire libre. Ayer fuimos a entrenar y era horroroso»

Javier Cienfuegos Lanzador de martillo

A las 15.30 horas empiezan las dos series de la calificación. Si Javier Cienfuegos lanza como lo ha hecho este verano en La Nucía o en Andújar no pasará apuros para entrar en la gran final con los 12 mejores del planeta. Si se cumple la lógica, allí le esperarían los polacos Nowicki (81,74 metros) y Fajdek (80,88). El tercero en este 2019 es él con sus 79,38 metros y el cuarto el ruso Pronkin, bronce en el Mundial de Londres y que podría disputar ese mismo metal a un Javier Cienfuegos que no se conformaría en ese límite ya que apunta más alto. «No son inalcanzables. Ni mucho menos, aunque sean los dos claros favoritos», comentaba en la última entrevista con este diario sobre sus principales enemigos. Por suerte, el lanzador extremeño también es uno de los mayores adversarios del clan polaco y hoy quiere demostrarlo en la asfixiante Doha.

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