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Marco A. Rodríguez
Jueves, 31 de marzo 2016, 07:31
Debe ser duro no poder saborear la consecución de un sueño. A Santi Barragán le sucedió la pasada temporada. Tras años de pugna por ser parte del Mundial de Superbikes, no pudo disfrutarlo plenamente e incluso decidió abandonarlo para no poner más en riesgo hasta su propia vida. Para olvidar todo aquello no hay mejor remedio que la pura competición, es decir, una nueva aventura. Para este 2016 el piloto de Almendralejo se ha enrolado en el Targobank Easyrace SBK y peleará por el Campeonato de Europa del FIM CEV Repsol con una nueva montura, la BMW.
«Nunca en la vida he tenido una oportunidad de verdad en el Mundial. Sólo a medias y con mucho coste para mí y mi familia. Es donde siempre quise estar, pero si no puedo competir, no quiero. Con el Grillini no dejamos de tener problemas con la escasez de material, los fallos electrónicos, roturas de cambios, etc. Todo eso hace que haya riesgos y decidí dejarlo», se lamenta. Así que había que pasar página y para ello mejor apuntarse al pelotón de cabeza que al de cola, pese a que el escaparate sea menor. «Estoy muy contento. Es otro equipo distinto y todavía es pronto pero esta vez no tendremos tantos problemas con el material. Hay más garantías de ser competitivos. Es una situación muy distinta a la del año pasado», defiende.
Otra andadura que no arrancó con el mejor pie. Fue oler el asfalto en su primer entreno y sufrió un accidente que por suerte acabó 'sólo' en rotura de clavícula. «La clavícula es la primera vez que me la rompo, pero sí es verdad que he tenido algunos sustos, como varias luxaciones en el hombro, operaciones.... Me van a quedar muchas cicatrices, pero es normal. Fue mala suerte, no te esperas que se te bloquee la rueda a gran velocidad». Este lunes, en Valencia, Barragán se subirá otra vez a la BMW para comenzar el enésimo trabajo de adaptación. Le quedan menos de veinte días antes de que el telón se alce el 17 de abril, precisamente en Valencia
Una labor clave que, según afirma, será más importante que nunca en su carrera ya que la BMW la conoce menos que en otras ocasiones donde cambiaba de equipo pero hacia una Kawasaki con la que compartió pasado. «Esto no es atletismo o triatlón. No depende sólo de uno. Y más este año que la moto la conozco menos que otras», argumenta. Al piloto extremeño le toca acoplarse a escenarios distintos, pero ya está acostumbrado. «Salvo en la etapa de 2009 a 2012, desde entonces he cambiado de equipo todos los años. Otros rivales, como Carmelo Morales, están más de diez años pilotando Yamaha. Eso es una ventaja importantísima. Nosotros tendremos que ensamblar piezas, adaptarme a la moto y que todo funcione bien. Hay muchas variables». Por ahora, las sensaciones con su caballo de batalla del Targobank Easyrace son muy positivas, y, aunque avisa de que queda todo el trabajo del mundo por delante, es optimista respecto a las posibilidades en su categoría de Superbikes del FIM Repsol. «El objetivo es estar lo más arriba posible. Si puede ser ganar el Campeonato de Europa, mejor, pero todavía es pronto y hay que comprobar cómo van las cosas. El lunes me vuelvo a subir a la moto y a entrenar después de la caída en Almería». En cuanto a los rivales, reaparecen viejos adversarios del piloto de Almendralejo como Carmelo Morales, a quien considera uno de los favoritos. «Creo que estaremos arriba sí o sí, aunque habrá más pilotos con opciones», comenta. Su primera victoria ya ha llegado: la pasta que se va a ahorrar en viajes. «Eso seguro. Cuesta mucho viajar a lugares como Estados Unidos, Australia, ... Pasta y tiempo».
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