PPLL
Domingo, 16 de octubre 2016, 09:29
Todo futuro comprador imagina que su vivienda ideal le está esperando; y puede que así sea. El problema, como siempre, es encontrarla. Dada la amplia oferta del mercado inmobiliario, el interesado se enfrenta a inagotables listados de pisos y casas entre las que probablemente se encuentra la suya, aunque quizás no por mucho tiempo.
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Y el problema en principio termina aquí, siempre que para el comprador la inversión económica sea algo poco preocupante. Si no es así, lo cual ocurre la mayoría de las veces, el total de gastos de la operación y el presupuesto con el que cuenta hará que se decante por uno u otro inmueble.
Con todo esto, la inseguridad en esta etapa de búsqueda es elevada y las dudas a las que se enfrenta nuestro interesado son abundantes: ¿En qué fijarme para elegir un piso y no otro? ¿Cuáles son los trámites a seguir? ¿Cómo planificar la hipoteca? A continuación reflexionamos brevemente sobre estos aspectos y sugerimos algunas recomendaciones.
En primer lugar, nos preocuparemos por conocer nuestro presupuesto máximo (especialmente en el caso de los jóvenes), el cual incluye: el precio del inmueble, los gastos de gestión y aproximadamente el 20% de la entrada para la vivienda.
Asimismo, los expertos suelen recomendar que la mensualidad de la financiación no supere el 40% de los ingresos mensuales. De esta forma, encontrar la hipoteca adecuada se convierte en una cuestión de primera necesidad. Y si bien los préstamos han repuntado en los últimos tiempos y la mejoría del mercado inmobiliario facilita la concesión de los mismos, hay que tener siempre en cuenta el total de comisiones.
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Recordaremos también que los bancos acostumbran a financiar un máximo del 80% del precio total de la vivienda; aunque de este comportamiento se salvan algunas excepciones que seguramente sean interesantes para el lector.
Precisamente, el blog de Haya RE nos avisa de que, al prever la compra de la vivienda, solo nos centramos en hacer cuentas para hacer frente a la hipoteca. De esta forma, hay factores que no contemplamos y que hacen que se encarezca la operación. Se refieren aquí a los impuestos que gravan la vivienda, tanto la de segunda mano (con el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales) como nueva (10% de IVA) y las viviendas de protección oficial de régimen especial (un IVA del 4%). Además, a estos habría que sumar otro tipo de impuestos: el que pesa sobre los Actos Jurídicos Documentados, los gastos de tasación, los de notaría, registro y los gastos de gestoría.
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Una vez concluido el tema del presupuesto, es hora de navegar por los distintos portales inmobiliarios en busca de la oportunidad que mejor se adapte a nuestras circunstancias.
Por último, una vez localizadas las mejores oportunidades, la comparación pasa por poner sobre la balanza nuestras prioridades personales: cercanía de familiares y amigos, servicios próximos y de calidad, futuros planes urbanísticos Aunque tampoco podemos olvidar las características específicas de la vivienda: sus suministros energéticos, orientación, calidad de acabados, su espacio y distribución, etc.
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