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La fuerte subida que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ha experimentado este año no ha tenido efectos nocivos sobre el mercado laboral, tal y como algunos analistas pronosticaban, sino más bien lo contrario: la recaudación ha mejorado notablemente. Así lo confirmó este martes el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, durante la rueda de prensa de los datos de afiliación y paro de marzo, que -a su juicio- muestran la «consolidación del crecimiento del empleo». Y, para demostrarlo, tiró de las cifras de los primeros tres meses del año para desmontar cinco argumentos que se han venido utilizando para poner en duda el efecto positivo de esta medida:
1. La subida del SMI hay quien decía que iba a provocar un desplazamiento de la afiliación del Régimen General hacia el RETA, de forma que se reducirían los trabajadores por cuenta ajena a favor de los 'falsos autónomos', puesto que además la base mínima de los autónomos es ahora bastante inferior a la del Régimen General. Desde enero hasta marzo, el número de asalariados ha aumentado un 3,40%, mientras que el RETA, un 0,73%. Si se compara con los meses precedentes, se mantiene el avance del Régimen General mientras baja el del RETA. Por tanto, no se ha dado una reconversión de trabajadores del Régimen General al del RETA, según recalcó Granado.
2. También se auguraba un descenso de afiliadas en el Sistema Especial del Hogar, el más vulnerable y precarizado. Sin embargo, la caída en este primer trimestre es la menos acusada de los últimos cinco años: 2.813 bajas menos que en 2018.
3. Y lo mismo sucede en el sistema agrario, el que más reacio se mostró a la subida del SMI, según admitió Granado. Sin embargo, sus cifras de estos tres primeros meses son «exactamente similares» a las precedentes, incluso menos malas que el año pasado (-36.469 en 2019 frente a -39.215 en 2018), por lo que no ha habido una «expulsión de trabajadores agrarios».
4. Algunos expertos vaticinaron que el nuevo salario mínimo iba a disminuir la duración de las jornadas. Pero en este trimestre hay 83.761 trabajadores más con jornada completa y 26.949 menos a tiempo parcial que en diciembre de 2018, lo que supone más incluso que en los años precedentes: un 0,83% más y un 0,82% menos, respectivamente.
5. Otro de los argumentos de los opositores era que iba a precarizarse el empleo, de forma que aumentarían los contratos de corta duración. En el sector privado, entre diciembre y marzo, hay 101.835 personas más con contratos indefinidos (un avance del 1,12%), y 45.022 menos con trabajos temporales (una caída del 1,06%).
«Ni ha pasado el trabajo del Régimen General al de los autónomos, ni se han ido las empleadas del hogar, ni ha disminuido el número de trabajadores agrarios, ni se ha reducido la jornada, ni se han precarizado las condiciones del trabajo», defendió Octavio Granado, que, sin embargo, sí ha puesto en valor un efecto de la subida del salario mínimo: los ingresos del sistema han aumentado un 6,47%.
«La economía española está agradeciendo que suban los salarios, está agradeciendo que haya más demanda interna», aseguró el secretario de Estado, que se mostró convencido de que «esto va a generar más empleo y va a hacer posible que el sistema de pensiones vaya a ser más sostenible y con mejores prestaciones». De hecho, Granado celebró que haya aumentado la ratio de número de afiliados por pensionista hasta situarse en el 2,30, una cifra que no se registraba desde finales de 2012 y que supera ligeramente los 2,26 cotizantes por pensionista que había en marzo de 2018, algo que se ha logrado gracias a que se han subido los salarios y se han prolongado las jornadas de los trabajadores españoles.
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