Si alguno de ustedes pensó hace cuatro años que la cosa era difícil cuando tuvimos que elegir entre los candidatos a la Junta, se estará riendo ahora o llevándose las manos a la cabeza. Porque resulta que lo de entonces, con siete candidatos en lid ... por ambas circunscripciones, fue como coser y cantar comparado con lo que tenemos ahora sobre la mesa.

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No son uno ni dos candidatos, sino cinco más, aunque dos de ellos solo por la provincia cacereña, los que hay para la cita de este 28 de mayo. Un abanico de opciones que ha crecido de manera exponencial en un corto periodo de tiempo para poner la cosa un poquito más complicada a los indecisos, ese grupo que va a más en cada convocatoria y que es objeto de deseo de los doce aspirantes a presidir Extremadura. De los partidos de siempre, de los que no son de siempre pero tienen implantación nacional y de los que se estrenan en las urnas. Formaciones todas, además, regionalistas y provincialistas, cacereñistas para ser más exactos, que protagonizan la gran novedad en estas elecciones.

El sentimiento regional y la identidad territorial parece que se han disparado en apenas cuatro años. No sé si por la ola nacional que termina llegando a todos los rincones, incluido este en el que vivimos, o por el desagravio ferroviario o por ambos y muchas cosas más. Lo que está claro es que afloran atizadas por un descontento generalizado con los de siempre que después, ya veremos, se corroborará o no en las urnas, aunque a priori no se vislumbra.

Lo que las encuestas indican por el momento es que la composición del Parlamento extremeño no variará mucho en cuanto al número de siglas que alcanzarán los sillones de la Asamblea, que Vox sustituirá a Ciudadanos en el hemiciclo y que PSOE y PP volverán a ser los que más tengan. Pero en esta región esta vez hay partido, porque ya no se trata solo de tener, sino de sumar en un escenario en el que la mayoría absoluta se antoja una quimera.

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Así que muy probablemente de cómo se juegue en los próximos días, de a cuántos logren llegar y convencer Guillermo Fernández Vara y María Guardiola, los candidatos de PSOE y PP, los que tienen opciones reales de dirigir esta región los próximos cuatro años, dependerá un resultado que hoy sigue siendo incierto, más allá de la casi certeza de que serán necesarios pactos de gobierno. Por eso en Extremadura esta vez sí hay partido y hasta el 28-M hay que jugarlo.

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