«El problema de Extremadura no está en los gimnasios»

Una de las primeras veces que Fernández Vara tuvo enfrente a Rodríguez Zapatero, el entonces consejero extremeño de Sanidad le dio un papel a Gertrudis, la secretaria del líder nacional, y le dijo que se lo metiera a su jefe en la chaqueta, para asegurarse que lo vería. «En él había escrito mi pronóstico para las elecciones del año 2007, y lo clavé». Vara contaba ayer la anécdota durante un mitin en Plasencia, y sentado en la primera fila, Zapatero asentía con la cabeza. Cuando le llegó al turno de subir al escenario, el expresidente del Gobierno felicitó a su compañero extremeño por su buena memoria y confirmó el relato. «Cuando tuve los resultados y miré el papel, pensé: 'Este tío es un fenómeno'». Unos minutos después, el sucesor de Aznar y antecesor de Rajoy no se anduvo con remilgos a la hora de lanzar las campanas al vuelo. «Vara va a ganar», afirmó. Y no se quedó ahí. «Va a ganar ampliamente», añadió.

Si eso llega a suceder, es probable que haya una señora en Plasencia que eche la vista atrás y recuerde la tarde de ayer, cuando mientras tuneaba alpargatas con telas de colores en el taller de manualidades de la asociación de vecinos Rosal de Ayala, saludó al expresidente de la Junta y le hizo su petición. «Si ganas -le dijo-, me pones ascensor, que vivo en un quinto piso». Justo antes, el candidato socialista había escuchado otro tipo de demandas. Las de un grupo de placentinos que en su día pagaron dinero para recibir una vivienda y de momento, ni la constructora ha levantado las viviendas ni se les ha devuelto lo que pagaron. «Nos hemos sentido abandonadas por el gobierno, pero también por la oposición», le dijo una de las afectadas, a las que Vara les dedicó unos cuarenta minutos.

De allí, se subió a la furgoneta de campaña, una Peugeot alquilada, para ir a la sede del PSOE placentino, a encontrarse con Zapatero. Saludos obligados a la militancia local y paseo de cinco minutos hasta la Plaza Mayor, a sentarse en la terraza de El Globo, uno de los históricos del lugar. Zapatero se tomó un café y Vara una botella de agua y se hicieron algunas fotos con simpatizantes y curiosos, mientras el vendedor de cupones que hay a diez pasos de allí comentaba la jugada con un cliente. «Yo estoy cogiendo las papeletas que reparten todos, pero te digo que no sé lo que voy a hacer». El hombre acababa de dar la razón a los expertos en elecciones, que insisten en que esta es la campaña con más indecisos de cuantas se han celebrado en la democracia.

Decisión no le faltó a Fernando Pizarro, alcalde placentino por el PP, que se acercó a la mesa en la que estaban los del partido rival, en una imagen de saludable buen rollo entre rivales, inusual en campaña electoral. Saludó primero al expresidente de la Junta, luego a la exalcaldesa cacereña Carmen Heras, con la que se fundió en un abrazo que duró lo suyo, y después, Vara le presentó a Zapatero, que le estuvo comentando que no hacía mucho tiempo había estado de visita en el Parque Nacional de Monfragüe.

El expresidente volvió a decirlo durante el mitin, celebrado en un pabellón donde hacía un calor insoportable. Estaba previsto que fuera en el de al lado, que está acristalado, pero no funcionaba el aire acondicionado, por lo que hubo de cambiarse de escenario, por una cuestión de supervivencia.

Hablaron primero Blanca Martín, candidata a la Asamblea regional, y David Núñez, que aspira a quitarle el sitio a Pizarro. Y tras ellos subió Vara, recibido al grito de «¡Presidente, presidente!», una arenga que constituye una de las pocas características comunes entre sus mítines y los de Monago. A este último, Vara le dedicó alguna que otra línea de su intervención. «Rajoy y Monago -afirmó- le han hecho mucho daño a Extremadura, entre otras cosas por esa reforma laboral que Rajoy aprobó con el aplauso de Monago». «El paro ha bajado en abril -continuó-, sí, pero la duración media de los contratos son diez días, y el sueldo medio son 237 euros».

Una región olvidada

«Han abandonado Extremadura a su suerte, la han convertido en una región más injusta, más desigual y más pobre y se han olvidado de los más débiles», aseguró el candidato del PSOE, que también aludió al acto electoral de Monago el día anterior en Plasencia, cuando se puso el pantalón corto. «Cuando se ponen a hacer 'spinning' cinco minutos lo hacen por algo: para desviar la atención», apuntó. «Un presidente no puede hablar sin sonrojarse de ayudas a gimnasios habiendo gente pobre, el problema de Extremadura no está en los gimnasios», añadió Vara, que criticó el anuncio de la Junta de recuperar el transporte escolar gratuito para FP y Bachillerato. «Es una desfachatez: lo quitaron al llegar y ahora dicen que lo recuperan». Y puso el foco también sobre el sistema sanitario. «Están todo el día con anuncios históricos y mientras, se están dejando caer la Sanidad», aseguró justo antes de prometer que si gana, Extremadura será la primera región en la que no se desahuciará a quienes no pueden pagar su casa.

Aplaudido por la parroquia, cedió el lugar a Zapatero, que habló principalmente de la situación nacional y recordó los logros de su mandato en materia social. En clave regional, pidió abiertamente el voto para Vara, al que definió como «un hombre de bien y honesto». «Esto, que suena un poco antiguo -añadió-, es importante en democracia».