Cerca de una veintena de operarios gestionaban cada detalle entre cámaras, controles y distribución de los protagonistas en el plató. No dejaba de ser un ... momento histórico el de este viernes a mediodía en Garaje 2.0 de Cáceres. No se conocen antecedentes de debates entre candidatos a la Alcaldía, en este formato, moderados por una periodista (María Hurtado, Canal Extremadura) y televisados, con la organización de la Universidad Popular.
Aparecía en el centro, con camisa blanca y el único sin chaqueta, el alcalde. El aspirante a revalidar el cargo por el PSOE, Luis Salaya. A su izquierda, Eduardo González (Vox). En esa esquina quedaba Consolación López (UP). Por el otro flanco, a la derecha de Salaya se situó Francisco Piñero, el candidato de última hora de Ciudadanos. Cerraba fila en la foto de familia, Rafael Mateos, el hombre del PP para el Ayuntamiento.
Luces, cámara, acción... como en las viejas películas fue lo único que faltó escuchar justo antes de que a las 12.06 horas arrancase la jornada. Los candidatos acudieron acompañados por sus asesores para una cita en la que faltaron por pulir detalles, como cuando se pretendió dejar fuera a los periodistas que se habían desplazado al Garaje 2.0 a cubrir el acto y se les invitó a seguirlo por Internet. La temperatura subía la tensión. Y no solo por lo que estaba en juego sino también por el ambiente. Hacía calor, mucho calor en ese plató.
Salaya sacó la foto de Alzapiernas como ejemplo de la mala gestión del PP cuando gobierna. Mateos respondió que el PSOE no tiene fotos propias porque no ha ejecutado actuaciones
Allí se confrontaban dos bloques, uno a la izquierda con PSOE y UP, y otro a la derecha, con notables coincidencias entre los aspirantes de PP y Vox (Ribera del Marco, Cruz de los Caídos). También a la hora de rebajar los impuestos. O para cuestionar la gestión socialista en estos últimos cuatro años.
Ejes
Eran tres ejes temáticos (modelo de ciudad, economía y política social) y se sortearon los turnos previamente. El modelo tenía sus debilidades. Los tiempos estaban tasados y el corsé hacía complicado que se interactuase. Fueron en realidad, cinco monologuistas en los que cada cual trasladó el mensaje que más le interesaba. Duró algo más de una hora y media.
Los cinco aspirantes debatieron sobre los tres asuntos previos tras su introducción inicial. Luego respondieron a las preguntas que habían dejado escritas los periodistas y que leyó la moderadora.
Entre los dos bloques ideológicos, Francisco Piñero fue por libre. Sobre todo para presentarse con su faceta de empresario, de hombre hecho a sí mismo que no necesita un sueldo público. «Soy el único político que no soy político», llegó a presumir. Una de las claves que dio cuando se le cuestionó sobre a quién apoyaría llegado el caso, PSOE o PP, fue que tendría en cuenta quién gobierna en Mérida. Se entiende que de esa manera llegarían más inversiones a la ciudad.
Luis Salaya se agarró a las estadísticas para defender su gestión. Habló de la bajada del paro, de que el PIB crece en Cáceres por encima de otras ciudades, de las empresas creadas, de las iniciativas que vienen como el centro de investigación, los centros comerciales que ha desbloqueado o CC Green. «¿Será realidad?», se preguntaba con dudas Eduardo Gutiérrez, de Vox. Rafael Mateos sacó el borrador de sus cuatro grandes actuaciones: la Ribera del Marco (también coincide en esto con Vox), Virgen de la Montaña, Plaza Marrón y el centro deportivo de Casa Plata.
«Me gustan las propuestas que escucho. El PP vende macroinversiones. Las comparto, pero luego cuando gobiernan se convierten en esto», dijo Salaya. Y ahí mostró la foto de Alzapiernas, una de las obras más polémicas de los últimos años y que se fraguó con el Ejecutivo de Elena Nevado del que Mateos formaba parte.
Fue uno de los contados momentos en los que los intervinientes pudieron replicar y debatir de verdad, más allá del monologuismo imperante. «Usted no puede mostrar ninguna foto propia», le contestó Mateos. Y le recordó que siguen a la espera promesas como el derribo del bloque C o la reforma de la Dehesa de los Caballos. Luego le hizo un matiz al alcalde, pues además de Alzapiernas, con el PP se gestaron el parking de Clara Campoamor, la reforma de San Pedro de Alcántara o el Parque del Príncipe, entre otras posibles iniciativas con foto.
Hubo más reproches. Piñero quiso sacar los colores a los candidatos del PP y PSOE al incidir en que en ocho años no habían llevado a cabo ninguna de las actuaciones que proponen ahora. «Los programas están para no cumplirse», zanjó.
Consolación López, por su parte, trató de poner en primer término el nivel de influencia que ha tenido Unidas Podemos en el Ayuntamiento en los últimos años. «Cuando llegamos había 180.000 euros para actuaciones en política social. Ahora son más de dos millones», concretó. Sobre ese papel de socio crítico con el actual Gobierno socialista citó la necesidad de hacer cambios. «No se puede permitir que no haya una red de baños públicos porque no hemos sido capaces de sacar la licitación», vino a decir.
Las mayores diferencias entre López Balset y Salaya, UP y PSOE, fueron dos, la mina y la Cruz. La explotación minera fue pasando de largo por el debate hasta que la aspirante de la formación morada la recuperó. «No puede haber una mina a dos kilómetros del casco antiguo si queremos apostar por el turismo», indicó. Habían pasado ya 41 minutos de debate y la mina aparecía por primera vez. Luego, en el turno de preguntas enviadas por los medios, Salaya y Mateos coincidieron en que sin estudios técnicos ni afecciones no se pueden pronunciar. «Sería irresponsable», según Mateos.
Salaya dijo que dimitiría si había mina, pero especificó que solo en el caso de que esta fuese a cielo abierto. Vox se desmarca del proyecto y pide que prime la seguridad. Piñero, por último, se ubicó en la posición contraria, con su 'sí'.
Vox plantea incluir la Cruz de los Caídos como Bien de Interés Cultural. Solo Consolación López (UP) plantea la retirada del monumento
Otra novedad estuvo en la Cruz. Vox anunció que está dispuesto a que se incluya en el catálogo de bienes protegidos como Bien de Interés Cultura (BIC). Ahí Consolación López se quedó sola en su defensa de la retirada del monumento, cuestionada por todos los demás. Incluido Salaya que habló de que ya ha sido recontextualizado y no incumpliría la memoria histórica.
El debate fue también una especie de puesta en escena de los 'Reyes Magos del 28M'. Se multiplicaron las promesas. El candidato de Vox sorprendió al anunciar ayudas a la natalidad e incentivos como la rebaja del IBI a quienes tengan hijos. También apuesta Eduardo Gutiérrez por la reforma de la Ribera del Marco, con un centro de interpretación.
Por ahí el candidato socialista no profundizó mucho pese a que la Ribera fue durante mucho tiempo la principal bandera del PSOE local. Salaya se limitó a recordar lo de la Neocueva y la red de caminos. «En 48 años debe empezar», se pronunció. Había sido un lapsus y lo corrigió. Eran 48 meses.
Mateos repitió lo de sus grandes proyectos, la oficina para atender a los inversores, la rebaja de impuestos que ejecutará. Consolación López, que aclaró que no se debe dar por descontado su apoyo al PSOE, abordó la rebaja del precio del transporte público. «Una ciudad en la que se camine más», resume. Antes Mateos había inventado un nuevo eslogan, 'Cáceres, una ciudad para ser feliz'.
UP saca la cara por los partidos ausentes
Sin duda, lo sería si los cinco aspirantes cumpliesen todo lo que prometieron en el debate, aunque incluso uno de ellos, Piñero, lo ponía en duda. Y dio un ejemplo: «En 2015 negociamos con el PP el Gobierno de Cáceres y el papel lo aguantaba todo. Lo único que interesaba era si Elena Nevado dejaba o no el Senado».
Del 'vota seguro, vota Vox', que proclamó Eduardo Gutiérrez al más clásico 'Vota Rafa Mateos, vota PP' del candidato popular. 'Unidas y unidos podremos', vaticinó Consolación López, que se acordó de los candidatos que no estaban y pidió un ejercicio democrático completo ya que solo los partidos que tenían representación pudieron debatir. Faltaron Juntos por Extremadura, Cáceres Viva, UED, Levanta y Somos Cáceres.
«Estoy preparado para no hacer de la política mi forma de vida», se despidió Piñero. Salaya, al que se reprochaba el escaso conocimiento que tenían los cacereños de él hace cuatro años, ahora se posiciona: «Ya soy conocido», presumió. Aunque lo que más llamó la atención posiblemente, fuese su mensaje al cacereño medio, más allá de partidos e ideologías. «Llamo a la gente tranquila», puntualizó para que voten, dijo, en clave local y alejados del 'ruido' de la política nacional y otras formaciones. El 'efecto Sánchez' se colaba así en el debate de candidatos de Cáceres.
A las 13.45, los alcaldables se iban acompañados por sus asesores, hacían balance sobre si se habían equivocado o acertaron. «A estas alturas no nos vamos a poner nerviosos», decía Rafael Mateos antes de empezar. Pero nervios, en general, sí que los hubo. El debate se saldó con 519 visualizaciones, según recogía Youtube a las cinco de la tarde del viernes.
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