![María Guardiola y Juan Manuel Hurtado, candidato del PP a la alcaldía de La Roca de La Sierra, ayer junto al socavón de la N-523.](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2023/05/12/guardiola_socavon-RkViOZXFohefECr1m7KwJXN-758x531@Hoy.jpg)
![María Guardiola y Juan Manuel Hurtado, candidato del PP a la alcaldía de La Roca de La Sierra, ayer junto al socavón de la N-523.](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2023/05/12/guardiola_socavon-RkViOZXFohefECr1m7KwJXN-758x531@Hoy.jpg)
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El primer día de campaña electoral dejó claro de qué va esto. Fernández Vara la inauguró en el Turuñuelo, el yacimiento arqueológico de Guareña protagonista de una de las noticias felices de lo que va de año en Extremadura, gracias al hallazgo de unos restos ... muy valiosos, de relevancia internacional, que ayudan a explicar cómo vivíamos hace 2.500 años. María Guardiola, sin embargo, eligió para el primer acto del primer día de su primera campaña como candidata a la Junta un sitio bien feo: el socavón de la N-523, la carretera Cáceres-Badajoz. Seguramente, el socavón más famoso de la historia reciente de la región. Un agujero que podría sustituir al dinosaurio del mini poema de Augusto Monterroso (Cuando despertó, el socavón todavía estaba allí).
Ese hoyo gigante lo originó la tormenta Efrain el pasado 15 de diciembre, o sea, en dos días cumplirá medio año. Y ahí siguen las máquinas y los obreros. Y la carretera que une las dos ciudades más grandes de la comunidad, cortada y sin camiones. Ese socavón es una gran faena para mucha gente, maldita la gracia, es algo que nadie en la región deseaba. Pero en época electoral, es un filón. El filón del socavón.
Lo sugiere un dato: es la tercera vez –las anteriores fueron el 29 de diciembre y el 16 de febrero– que la aspirante a suceder a Vara se asoma a este gran bache que ayer definió como «el mayor monumento a la desidia que tenemos en Extremadura, el símbolo de la dejadez y el agravio del Gobierno de Sánchez hacia esta tierra, una metáfora perfecta de la desconexión a la que nos tiene sometidos este Gobierno».
A unos pocos pasos de esa portentosa zanja, Guardiola recordaba este viernes una de esas visitas previas a este mismo lugar. «Pasé el día antes en coche y no había ni una máquina. Fue enterarse de que habíamos convocado un acto allí y lo llenaron de gente y máquinas, retroexcavadora incluida».
Lo cuenta la líder del PP extremeño mientras charla con Juan Manuel Hurtado, el candidato de su formación en La Roca de la Sierra, que asegura que en el pueblo «más que el socavón, lo que ha molestado a los vecinos es que apenas han llegado las ayudas prometidas: poco dinero y repartido sin criterio».
En los quince minutos que la candidata popular estuvo al pie de la carretera, tres conductores la saludaron tocando el claxon. Uno de ellos acompañó el alegre bocinazo estirando el pulgar de una de sus manos. Y la protagonista correspondió con idéntico gesto. Pura campaña electoral.
«La respuesta que me llega de la gente es buenísima –asegura la principal rival de Fernández Vara–. La calle grita cambio. Percibo el hastío de la gente hacia un presidente encallado. Ahora igual le ha puesto la pila al reloj, pero Vara está ausente, parado».
O sea, que Guardiola le dispara al presidente del Gobierno, con lo del socavón y la desidia, pero también al de la Junta por su parálisis. No es casualidad que la candidata ataque a Sánchez. De hecho, en las campañas electorales, casi nada es casual. Pone a Sánchez en la diana porque ahora mismo es un blanco más fácil y débil, y porque al hacerlo en los términos en que lo hace, diciendo lo que dice, la líder del PP está apelando al sentimiento de agravio y discriminación tan enraizado en tantos extremeños.
Un ejemplo de esto último. «En febrero –retrocedió la candidata– se produjo un socavón parecido en Pontevedra y en menos de un mes estaba arreglado. A mí se me criticó mucho cuando dije que si esto hubiera pasado entre Hospitalet y El Prat de Llobregat, estaría solucionado, pero me he equivocado bastante poco».
Y aquí, un ejemplo del palo a Fernández Vara. «Su Gobierno no es solo el gobierno del tren de la vergüenza, que esa es la punta del iceberg. Es también el gobierno del tren que sale ardiendo, de los institutos que se caen (por el Gabriel y Galán de Plasencia, donde en el último mes se han caído una pared y parte de un techo), del vertedero de Salvatierra, de los quirófanos inundados. Es la Extremadura de las mentiras, las promesas y las primeras piedras, y la Extremadura del socavón».
Seguramente, el candidato socialista ve otra Extremadura. La del Turuñuelo, dirá. Y la de la gigafactoría de Envision en Navalmoral de la Mata y el centro logístico de Amazon en Badajoz y la fábrica de diamantes de Trujillo. Que Guardiola diga lo que dice, y que Vara defienda lo que seguramente defiende, es solo la lógica de la campaña electoral. Y bien está que se sepa desde el primer día. De eso va esto. De que unos saquen pecho y los otros se esfuercen en hundírselo.
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