Mariano Rajoy y Pedro Sánchez:: EFE

El bipartidismo quiere 'atar' Extremadura

En Badajoz el PP quiere recuperar el escaño que perdió el 20D y el PSOE necesita asegurar su segundo diputado por Cáceres ante el empuje de Unidos Podemos

J. López-Lago

Viernes, 24 de junio 2016, 00:47

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Si dentro de una semana la formación del próximo gobierno depende de uno o dos escaños habrá directores de campaña que al revisar su estrategia sobre el mapa pondrán un dedo en Extremadura. Esta comunidad, con diez escaños en juego de un total de 350, nunca ha sido decisiva electoralmente. Aquí los líderes políticos suelen hacer vuelos rasantes, visitas breves y casi siempre en precampaña. Para el final dejan las grandes plazas como Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla. Que a menos de cinco días de las generales los candidatos Mariano Rajoy (PP) y Pedro Sánchez (PSOE) pisen Extremadura otra vez tiene que ver con que en esta región se disputan dos escaños que van a estar muy reñidos, sobre todo el sexto por la circunscripción de Badajoz.

Por alguna razón, ya sea de recursos o de una estrategia que ya suele dar prioridad a los platós y las redes sociales, ni Podemos ni Ciudadanos han enviado a Extremadura a sus líderes máximos para agitar al electorado indeciso. Sí ocurrió en los albores de la campaña del 20 de diciembre, cuando Pablo Iglesias acudió a Villafranca de los Barros el 25 de noviembre, y Albert Rivera eligió el Gran Teatro de Cáceres cinco días después para debutar en Extremadura.

De cara a este 26 de junio los equipos de estos dos partidos emergentes han descartado colocar a sus cabezas visibles en Extremadura, tanto para asegurar el escaño histórico conseguido el 20D por Podemos en Badajoz, como para intentar adelantar al PSOE en Cáceres en lo que sería otro sorpasso histórico.

Los equipos de Pedro Sánchez y Mariano Rajoy sí parecen ser consciente de que en Extremadura hay partido. Sánchez estuvo esta semana en las dos provincias, y Mariano Rajoy visitó ayer Zafra para comer con militantes después de que compareciera en Badajoz y Talavera la Real el pasado 30 de mayo, donde además grabó un vídeo electoral corriendo junto al Guadiana. En las anteriores elecciones el entonces presidente del gobierno hizo esta misma visita 18 días antes del 20D y el aspirante socialista se trajo de telonero a Felipe González a Badajoz cinco días antes de aquella cita con las urnas.

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El actual líder socialista considera Extremadura un territorio aliado. Para el PSOE esta región sabe movilizar a sus afiliados para arroparle y no compite en protagonismo, como le ocurre en Andalucía, con su compañera Susana Díaz. Esto explica que tras fracasar en su intento de gobernar eligiese Mérida el pasado 5 de mayo para recuperar la moral en un concurrido mitin. Por si acaso, el martes regresó. Viajó a Villanueva de la Serena (está muy próximo al alcalde de Don Benito José Luis Quintana) y a Miajadas, y el miércoles se pasó por Cáceres, donde sabe que corre peligro el cuarto escaño conseguido por el PSOE el 20-D.

Para las elecciones de este domingo se prevé un resultado similar a las del 20 de diciembre, si bien la coalición electoral de Podemos e IU genera una suma que al proyectarlo coloca a esta coalición de izquierdas en una posición más favorable a la de hace seis meses. Las encuestas publicadas el pasado fin de semana daban un escaño a Unidos Podemos en Badajoz, y cero o un escaño en Cáceres.

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Es lógico que analistas y directores de campaña se fijen en los números para detectar aquellas circunscripciones donde pueden arañar un diputado y dirijan hacia allí la caravana del candidato. Badajoz es una de esas diez provincias calientes. De hecho, un sillón del Congreso se lo disputan hasta tres partidos. El 20D el último escaño lo consiguió Podemos (Amparo Botejara) arrebatándoselo al número tres del PP (Pedro Acedo), pero si Ciudadanos (ahora David Salazar) hubiera obtenido 1.951 votos más ese diputado hubiera sido naranja. En ese grupo hay hasta diez provincias que se mueven en una diferencia de entre 744 y 3.425 votos, descartando Madrid o Sevilla, circunscripciones más pobladas donde en términos relativos es incluso más fácil que ese escaño cambie de dueño al estar a menos de 6.000 votos el siguiente en la lista que genera la Ley Dhont.

En cuanto a Cáceres, Unidos Podemos se postula para hacer historia. Con unos niveles de participación similares (sobre el 74%), el escaño en Cáceres ronda los 42.000 votos. Entre Podemos e IU sumaron 41.768 el 20D, cerca del umbral que da acceso a un reparto que dejaría sin escaño al socialista César Ramos en favor de Pablo Rodríguez (UP).

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Echenique y Garicano

Pero la formación morada no ha considerado oprtuno enviar a Pablo Iglesias o Alberto Garzón a Cáceres para recordar esta circunstancia. Ni siquiera a Iñigo Errejón, número dos de Iglesias que, en contexto preelectoral, pisó por primera y última vez Extremadura cuando fue a Badajoz el 6 de mayo de 2015 antes de la campaña de las elecciones autonómicas.

La apuesta más reciente de Podemos ha sido Pablo Echenique, que la semana pasada paró en Cáceres. Juan Carlos Monedero, desvinculado del núcleo dirigente, acudió a unas jornadas en Orellana la Vieja el 29 de mayo; y la agrupación pacense de Podemos invitó a Badajoz el pasado día 14 a Hervé Falciani, el informático franco-italiano que desveló los nombres de 130.000 defraudadores fiscales y cuya charla versó sobre la corrupción.

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Es llamativo como de cara a este 26 de junio Ciudadanos ha cancelado ya tres veces la visita de Albert Rivera a Badajoz, la última vez el pasado día 17 pese a que los dirigentes locales pelearon con la junta local electoral y el Ayuntamiento un espacio privilegiado como el parque de San Francisco. Su sustituto fue Luis Garicano, el responsable económico de Ciudadanos, que se presentó en Badajoz en un acto más modesto y con menos repercusión de la que podría haber despertado un líder mucho más mediático.

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