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El PSOE fue ayer el partido más votado en Extremadura, donde las elecciones generales dejaron otro titular principal: Ciudadanos y Vox debutarán en el Congreso gracias al desplome del PP. En clave regional, los resultados de ayer suponen un vuelco a la situación que salió de los comicios celebrados en junio de 2016. Hace tres años ganaron los populares y ahora lo hacen los socialistas; hace tres años, Podemos logró un diputado y ahora lo pierde; hace tres años, Ciudadanos se quedó sin representación y ahora la obtiene por duplicado; hace tres años, Vox casi que no existía y ahora saca una plaza.
Al 100% escrutado, Pedro Sánchez sumó ayer en la comunidad autónoma 37.000 apoyos más que hace tres años, mientras que Pablo Casado obtuvo 105.000 menos que los que entonces logró Mariano Rajoy, que como se recordará, dejó la presidencia del Gobierno tras sucumbir a la moción de censura presentada por los socialistas. La respuesta a la pregunta de dónde han ido a parar esos votos que se le han escapado al Partido Popular es clara: a Ciudadanos, que suma ahora 53.000 votantes más que hace tres años, y a Vox, que ha crecido en 69.000. Este último partido es el que más sube en términos relativos, pues hace tres años sumó en la comunidad autónoma poco más de mil. Se queda sin representante en Madrid Unidas Podemos, tras dejarse en el camino 18.000 adhesiones en la región.
Medido en porcentaje, el PSOE crece en Extremadura en casi cuatro puntos, el PP cae en 19, Ciudadanos mejora en siete, Vox partía casi de cero y alcanza al once por ciento del electorado y Podemos empeora en cuatro puntos.
Estos mismos resultados se pueden ver de otra forma: de cada cien extremeños que ayer ejercieron su derecho al voto, 38 metieron en el sobre blanco la papeleta del PSOE, 21 la del PP, 18 la de Ciudadanos, 11 la de Vox y 10 la de Podemos. La intrascendente porción que falta en esta tarta estadística se la reparten entre las formaciones minoritarias, de las que ninguna obtuvo más de cinco mil votos (o lo que es lo mismo, el uno por ciento de los sufragios válidos).
De esta forma, Extremadura estará representada en el Congreso durante la próxima legislatura por los socialistas Valentín García, Maribel García, Mariano Sánchez, Ana Belén Fernández y César Ramos (los tres primeros de Badajoz y los dos siguientes de Cáceres) y los populares Víctor Píriz y Alberto Casero, más María Victoria Domínguez y María José Calderón por el partido naranja y Víctor Manuel Sánchez del Real por Vox.
La jornada de ayer dio incluso para romper una tradición consolidada: el empate a dos en la provincia de Cáceres entre la dupla de partidos históricos (la región aporta al Congreso seis diputados por Badajoz y cuatro por Cáceres). Quien ha quebrado esta igualdad ha sido Ciudadanos, que le ha robado un diputado a los populares. En la circunscripción de Badajoz, del 3-2 favorable al PP se pasa ahora al 3-1-1-1, con el PSOE a la cabeza y PP, Ciudadanos y Vox empatados en representantes.
Es un panorama nuevo, diferente no ya al de hace cuatro años, sino al de cualquier legislatura anterior. La ruptura del bipartidismo que se inició en la comunidad autónoma en 2015, al colarse Podemos entre socialistas y populares, se agranda ahora, pues ya no son dos ni tres los partidos con representación, sino cuatro. De hecho, estos resultados abren un abanico de incógnitas para las elecciones autonómicas y municipales que se celebrarán el 26 de mayo. Aunque son comicios distintos, y es conocido que el votante no se comporta igual cuando tiene que elegir a su alcalde que cuando lo hace para designar al partido que quiere que gobierne el país, está igualmente asumido que en mayor o menor medida, los resultados de las generales tienen su reflejo en las autonómicas y municipales.
Ayer, la alegría estaba en las sedes de PSOE, Ciudadanos y Vox, y la decepción en las de PP y Podemos. Esta última formación pierde a su representante en Madrid, pese a registrar una caída menor de la que algunos sondeos le auguraban. Suficiente, en cualquier caso, para que Amparo Botejara no pueda seguir representando a la formación morada en la capital de España. Quien sí lo hará, para debutar en este puesto, es María Victoria Domínguez, que en la legislatura que vive sus últimos días ha ejercido como diputada regional. Igualmente, da el saldo a la capital del país el socialista Valentín García, que ayer llegó junto a Guillermo Fernández Vara a la sede regional del partido en Mérida para seguir una jornada electoral que también destacó por la alta participación.
En Extremadura fueron a votar el 76 por ciento de los que estaban convocados, lo que equivale a 7,5 puntos porcentuales más que en junio del año 2016. La cifra más elevada conocida hasta ahora fue la del año 1996, cuando se superó el 82 por ciento. En este sentido, el de la participación, la región estuvo ligeramente por encima de la media nacional, como es norma cada vez que hay una cita electoral. Ayer, ayudó a obtener este buen dato la meteorología, que regaló sol y temperaturas altas en la mayor parte de la región. La jornada electoral transcurrió sin que se registraran incidentes reseñables.
Por último, en lo referente al Senado, al 74% del escrutinio, el PSOE obtenía por la región seis representantes y el PP dos.
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