Artigi, un lugar para disfrutar y comer reposadamente

Cuando una persona deja uno de los mejores restaurantes de la región para emprender su camino en solitario es porque tiene valentía, conocimientos y un proyecto grande entre las manos. Es el caso de Emilio José Nogales, un cocinero de 25 años procedente de Castuera, que se despidió de Dromo hace unos meses para abrir Artigi en su localidad natal.

Emilio ya acaparó titulares en este diario. Hace menos de un año ganó el premio Espiga Corderex de Caja Rural Extremadura con un tatín de cordero, parmentier de patata, láminas de boletus edulis y salsa Perigoux. Quizás este reconocimiento le diera impulso para escribir el primer folio de su proyecto, o quizás los años de experiencia le hayan llevado hasta aquí. Este chef de Castuera comenzó a trabajar en los fogones con 16 años y ha pasado ya por cocinas como la de Ábako, Dromo, Atrio, La Terraza del Casino, La Casona del Judío y Martín Berasategui.

El pasado 5 de julio por fin hizo realidad su sueño, el de abrir su propio restaurante. Lo hizo con su pareja, Antonia Carmona, una joven de 27 años que dirigirá la sala de Artigi. ¿Y por qué ese nombre? «Los romanos tenían una calzada que unía Córdoba con Mérida, y justo por la zona de Castuera se cree que había una 'artigi', que era una zona de descanso para ellos», explican.

Por eso, pretende que su recién estrenado restaurante sea también una zona de tranquilidad, paz y placer para los comensales. Para ello, Emilio ha creado una carta algo diferente a lo que se ve en otros establecimientos del municipio pacense. Trabaja mucho con las brasas y le encanta innovar y proponer platos fuera de carta.

Destaca el costillar de ternera deshuesado, el cochinillo asado, el pollo con queso de la Serena, el bacalao con mango y lima y las croquetas de jamón D O, entre otros manjares. Además, los arroces son uno de sus puntos fuertes. Los postres también son caseros: coulant de chocolate blanco y salsa de frutas de la pasión, arroz con leche, macedonia... Más adelante, presumiblemente en invierno, tienen previsto incorporar un menú degustación. Y es que, al igual que a los romanos, seguro que a Artigi todavía le queda un largo camino por andar y mucho por contar.

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