Abre Borona Bistró, un restaurante para detenerse a saborear la tradición extremeña

Está en una de las bocacalles de Cánovas (calle Catedrático Antonio Silva, 6) y ha llegado a la capital cacereña para conquistar los paladares locales y visitantes. ¿Cómo? Con su vasto conocimiento del recetario tradicional extremeño, mediante las últimas técnicas gastronómicas y con una carta súper dinámica. Se trata de Borona Bistró.

Detrás de este restaurante, que abrió sus puertas el pasado 11 de agosto, están Rocío Rey, sumiller y maître, y Víctor Corchado, cocinero. Una pareja dentro y fuera del negocio que, tras varios años trabajando juntos en distintos proyectos de hostelería por toda España y adquiriendo experiencia, se han visto preparados este año para montar su propio negocio en la ciudad de él. Rocío es cordobesa.

Borona Bistró es, por tanto, un restaurante familiar, en el cual se prepara cocina tradicional extremeña desde un punto de vista contemporáneo, pero sin enmascarar las elaboraciones ni los alimentos. Para ello, se basan en los productos de temporada y la cocina de mercado. Además, han heredado recetarios antiguos de familiares, amigos, vecinos... y han investigado mucho. Esto posibilita que puedan cambiar la carta semanalmente. Aunque esto suponga un evidente esfuerzo, así hacen disfrutar al comensal y disfutan ellos. «Cada menú nuevo es un reto y una nueva ilusión por estar a la altura», comenta Víctor.

Se refiere al peso pesado de Borona Bistró: el menú degustación, al que han llamado Baileja. En él es posible encontrar elaboraciones sinceras y productos respetuosos, como el 'huevito de gallina feliz'. De hecho, la materia prima la adquieren del entorno, estando continuamente en contacto con los agricultores y ganaderos de la zona.

En cuanto al vino, cuentan con unas treinta referencias, además de varias de cava. Mínimo un martes al mes, por la noche, tienen previsto celebrar una cata maridaje con distribuidores de vino o cerveza cercanos, para dar a conocer sus bebidas y realzarlas con las mejores elaboraciones.

La reforma del local ha durado ocho meses y el resultado es un establecimiento luminoso, de estética cuidada y elegante. Las partes más importantes del mobiliario, como son las mesas, han sido hechas específicamente para ellos por un artesano local. Este detalle ya es una breve (o gran) representación del mimo que ponen Rocío y Víctor a todo lo relativo a Borona Bistró.