Dónde celebrar el amor este San Valentín en Extremadura

«El amor se demuestra diariamente». «San Valentín es un invento de El Corte Inglés»... Sin Vilintín is in invinti dil Quirti Inglís.... Que sí, que ya lo sabemos. El capitalismo nos domina cada mañana cuando paramos la alarma de nuestro smartphone, pero lo cierto es que los orígenes de este día se remontan al siglo III.

Claudio II el Gótico promulgó una ley por la cual impedía casarse a los jóvenes para que se alistasen en el ejército. Al no estar de acuerdo con dicha ley, un joven sacerdote llamado Valentín decidió desafiar la prohibición del emperador y empezó a celebrar matrimonios en secreto entre jóvenes enamorados. Tras ser descubierto, Valentín fue lapidado y decapitado el 14 de febrero del año 269.

Y ahora, después de este arranque histórico y algo trágico, esperamos que nadie más vuelva a meterse con este santo... Pero, por si acaso, aquí les recopilamos los diferentes menús degustación que han elaborado los restaurantes extremeños para fomentar ese clima romántico de miraditas cómplices.

Ya es un clásico del amorío el restaurante Voodoo, dado que incluso cuentan que algunas personas lo han elegido para casarse, y es que, tras cruzar esa puerta amarilla, sucede la magia. Aquí sí se puede mirar con lupa la coherencia y la autenticidad, puesto que Cristina de Agustín, su propietaria, mantiene los corazones y el amor latente durante todo el año. Pero no esconde que este día le hace especial ilusión. De hecho, es el momento del año elegido para lanzar nuevos platos y sorpresas que, si las desvelamos, dejarán de serlo, obviamente. Este año ha creado un menú para dos con unas gyozas de ternera y verduras, y una parmigiana de berenjenas de entrantes, hamburguesa Wellington de principal (dos bocados icónicos en uno) y un postre para esas parejas que se llaman «gordi» sin tapujos: un pan bao frito relleno de crema de chocolates con avellanas, plátano y crocanti de almendras. Hay que dejar un hueco sí o sí. Pero que no cunda el pánico, pues este menú estará disponible hasta el domingo de esa misma semana.

Otro postre imperdible es el de La Bistrológica. Se trata de una 'bistropócima' de frutos rojos y chocolate blanco que no es milagrosa pero sí promete algo de complicidad entre los comensales, que también tendrán una probeta del amor para beber y caer en las redes de Cupido. El resto del menú, que solo estará disponible el día 14, incluye un ajoblanco de coco con tartar de gambas, una vichyssoise ahumada con merluza y migas crujientes, y un lingote de ternera madurado con salsa de setas.

También merece un aplauso el postre de Luzía. Su cocinera, Mamen Cano, ya ha hecho famosos los Juanitos, unos bollitos rellenos de diferentes aliños, normalmente salados. Pero para esta ocasión tan dulce, ha lanzado un Juanito relleno de ganache de fresas al que ha llamado 'Love me tender'. Una romántica. Para el Día de los Enamorados no ofrecen menú como tal, pero sí una serie de deliciosas sugerencias como tartar de picaña madurada, gambones en tempura, risotto de calabaza trufado, tataki de solomillo ibérico con alioli de mascarpone y confit a la naranja con trigo sarraceno.

En Miga le dan el «sí quiero» a San Valentín, pero sin olvidar su filosofía, la de reinterpretar los platos del recetario extremeño. En esta ocasión abren de manera excepcional el miércoles, que es su día de descanso, para no faltar a la cita con los amantes, que comenzarán catando una ensalada de tomate semiconfitado con queso de cabra y especias de la tierra. A continuación, un falso risotto de trigo, que contrasta con el foie y la frescura de los langostinos. En las elaboraciones principales apuestan por una corvina con trufa y boletus, y una ternera de Extremadura glaseada. El postre, muy afrodisíaco, lleva fresas y hierbabuena. Y por último, una copita de cava extremeño Buche Brut Rosé.

«El repostre, cada uno en la intimidad de su casa», comenta entre risas Abraham Melitón, responsable –junto a Aitor Jiménez– de 19.91 Restobar. Han confeccionado un menú especial para dos personas, que tiene por entrantes un carpaccio de langostinos con rúcula, chilli y lima. «Le añadiremos una mayonesa de huevo frito y aliñaremos con una especie de ajillo de sus propios corales. La intención es que simule a unos rotos con langostinos con ese puntito de alegría picarona de San Valentín», explican. Asimismo, una de las estrellas de su carta: una focaccia casera con salsa vizcaína, coronada por huevas y pesto.

De primero servirán un milhojas original y atípico, que encantará a los buenos lectores y, de segundo, un solomillo de cerdo ibérico 100% de bellota con una guarnición de parmentier con trufa y una salsa a base de uno de sus vinos; el Néctar de bodegas González-Byass. El éxtasis final está en la selección de mignardises caseros que estos dos chefs millenials (ambos nacieron en 1991) han preparado.

De Puebla de la Calzada hasta Villamiel en un segundo, que el amor no entiende de fronteras ni de corte de carreteras. El restaurante Boada vive con mucha ilusión el mes del amor, creando en su local un ambiente íntimo, con la chimenea como protagonista. Su chef, Raúl Colan, elaborará durante todo febrero un menú que comenzará brindando con un fino espumante italiano, que dará paso a una combinación de olores, colores y sabores, donde la fusión estará presente en todas las elaboraciones. Desde las croquetas caseras de ají de gallina y salsa huancaína hasta el tataki de atún sellado en soja y teriyaki, pasando por un canelón de ternera al estilo catalán; un bacalao al horno sobre lecho de champiñones; presa ibérica con verduritas saltadas, y terminando con una esfera de chocolate sobre tierra de frutos rojos, espuma de café y helado artesanal.

Si no creen en San Valentín, no lo digan y, al menos, aprovechen esta linda excusa para disfrutar de estos platos que con tanto cariño cocinan nuestros chefs extremeños.

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