Abre en Cáceres Nolasco, el segundo restaurante de los dueños de Homarus

No estaba previsto, pero sucedió. El restaurante Nolasco abrió sus puertas hace unos días en la parte antigua de Cáceres y lo hizo, entre otras cosas, para premiar y acoplar a sus trabajadores.

Sus dueños, los mismos de Homarus, han tenido en sus años de andadura numerosas dificultades para encontrar profesionales cualificados y comprometidos con el negocio.Y por fin, desde hace algún tiempo, tienen una plantilla con la que están contentos. Así que para dar trabajo a todos y emprender un nuevo reto, se han lanzado a la parte más turística de la ciudad.

El matrimonio formado por Mari Luz Martín Iglesias y Eleuterio Sánchez Nolasco, que lleva 35 años pegado a un fogón. Es de Las Hurdes y llegó a la capital hace dos décadas, momento en el que montó junto a su cuñado La Vaera, ubicada en el Nuevo Cáceres. Tiempo después, se desligó para levantar Homarus. Ahora se traslada a Nolasco, pero seguirá controlando con su equipo la cocina de Homarus.

Han realizado una apuesta importante por los ibéricos (lomo y jamón de bellota), así como por otros productos de la tierra: torta del Zújar, patatera, cordero, ternera, migas... No obstante, todos sus platos tienen acabados diferentes y actuales (por ejemplo, la pluma ibérica viene con salsa de naranja amarga).

No es muy amplia, pero sí divertida. Está dividida en elaboraciones tradicionales, suaves (equivalente a los entrantes), sugerencias de Homarus, pescado según haya en el mercado, carnes y en un apartado aparte, preparaciones a base de cerdo ibérico.

Hay un especial en la carta para niños: tortilla francesa con patatas fritas, fingers de pollo con barbacoa y raviolis con láminas de parmesano y crema de foie. También tienen un menú con varios entrantes, un segundo plato a elegir entre bacalao confitado o solomillo de retinto trufado, postre, agua, café y licor.

Cuentan con varios postres, como la tarta de queso con crujiente de almendra, el coulant de chocolate o el sorbete de limón, aunque destaca la torrija, que se presenta acompañada con crema de caramelo y helado de canela, y se puede pedir durante todo el año.

Al estar situado en la parte antigua, sus paredes son de piedra y su estética, de inspiración rústica. Tiene una agradable terraza con capacidad para 24 comensales y en torno a 20 en el interior del local.

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