Posada 91: una buena barra donde corre la cerveza y brillan las tapas

Alba Baranda

Viernes, 9 de diciembre 2022 | Actualizado 21/12/2022 12:01h.

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Aitor Jiménez y Abraham Melitón no esperaban ampliar su empresa tan pronto. Pero ha sucedido así: acaban de abrir Posada 91, su segundo establecimiento, después de que inaugurasen Restobar 19/91 en abril. «Teníamos claro que queríamos expandirnos pero no sabíamos cuándo ni cómo», aseguran. Sin embargo, el emblemático bar La Posada de Montijo se quedó libre y apostaron por instaurar una cervecería con el sello y sabor del 91, pero en formato más comprimido, con tapas.

El lugar tiene solera e historia, pues lleva casi 200 años abierto y dice la leyenda que en él se traficaba antiguamente con café. Pero, habladurías aparte, cuenta con un par de estancias con mesas y sillas, aunque el local está ideado para alternar, así que hay mayoritariamente taburetes y sillas altas, además de una buena barra, como toda cervecería que se precie. Tienen grifos de Águila sin filtrar, Águila Dorada y 18/70, una lager rubia de Heineken que se estila mucho por el norte de España.

Una de las expresiones más escuchadas en el restaurante de estos dos jóvenes del año 91, ubicado en Puebla de la Calzada, es que «las raciones están muy buenas pero no podemos comer más». Por eso Abraham y Aitor se han decantado ahora por el concepto de tapa. «Llegas, te tomas un par de tapas y te vas a comer a tu casa», indican. Han dividido la carta en tres secciones: 'Más viejo que las piedras', 'Callejero' y 'Del /91'. En esta última seleccionan algunos de los platos más emblemáticos del Restobar, como las papas bravas & latinas. En el apartado callejero se enfocan en imitar la comida que se sirve en los puestos callejeros del mundo, como alitas BBQ, quesadillas autóctonas o nachos. Y en la parte más tradicional están las tapas típicas, como croquetas de cocido, solomillo flambeado, empanadillas de atún encebollado,, ensaladilla... No obstante, estos dos cocineros tienen un listado con más de 40 tapas pensadas, por lo que la carta irá variando. «Las tapas son muy versátiles, se pueden hacer muchas combinaciones», explican.

De hecho, ellos crean platos como si de una conversación se tratase. «A uno se le ocurre una cosa, la comparte con el otro y entre los dos le vamos dando forma», señalan estos dos chefs que estudiaron Cocina por vocación. Aitor se formó en Perú, pues se estuvo un tiempo viviendo allí con una tía suya, mientras que Abraham empezó la carrera de Biología. Sin embargo, se dio cuenta de que no se veía entre placas de Petri, pero sí entre cazuelas y sartenes, así que se reenfocó en la cocina, estudiando en el IES San Fernando de Badajoz.

La única parte negativa es que ahora Aitor y Abraham tendrán que desdoblarse y dejar de cocinar juntos. El primero estará en Puebla, en Restobar 19/91 y Abraham permanecerá en Posada 91, en Montijo. No obstante, sus dos cabezas pensantes seguirán al pie del cañón, ideando platos tan espectaculares como el futomaki de atún. Además, se han apoyado en un equipo joven, ya que consideran que los jóvenes entre ellos tienen que apoyarse y darse oportunidades. Así que la familia del 91 no para de crecer.

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