El chiringuito de la gente guapa

Alba Baranda

Viernes, 15 de julio 2022 | Actualizado 27/01/2023 14:24h.

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28 de diciembre. Una chica, recién licenciada en Psicología, pasea por su ciudad. Un hombre se le acerca y le dice que si quiere representar a la provincia de Córdoba en el concurso de Miss España. Ella duda y piensa que está siendo fruto de una inocentada. Pero el destino –y el agente– insistieron. Meses después recibió una llamada con la misma propuesta y aceptó representar a su provincia. Acabó ganando el título de Miss España 2019.

La protagonista de esta historia 100% real (y fascinante) es Mar Aguilera y, junto a su pareja, acaba de reabrir el chiringuito de Peloche. Él, Isidro Parralejo, es un joven extremeño de 31 años enamorado de su pueblo y de toda la Siberia. Les une el amor por la moda, ya que ambos son modelos. «Es un sector muy estresante y Peloche era el lugar que nos transmitía más tranquilidad y paz», indica Mar. Por ese motivo, y para tener un cable a tierra, decidieron abrir un negocio para permanecer en esta zona extremeña. Tras cinco meses de reformas y un trabajo de interiorismo basado en los lugares que han visitado por sus trabajos, nació Tierra y agua, un chiringuito bonito y repleto de gente guapa. Se ubica en Camino del Espolón y desde él, las puestas de sol son espectaculares. Pero no solo destaca su estética boho y toda la calma que aporta el agua que lo rodea; su carta es diferente a la de cualquier chiringuito, y algo más gourmet que la del resto de locales de la zona.

Tienen carnes maduradas, ibéricos de bellota, pescados frescos... Las brasas son su punto fuerte y en ellas elaboran algunos de los platos más demandados, como las patatas bravas o uno típico de la zona: el escarapuche con tomate de la huerta y carne asada en leña de encina.

Esta joven pareja no se ha desvinculado de la moda, pero se ha implicado al 100% en su negocio. Tanto es así que se formaron intensivamente durante varias semanas antes de abrir el primer fin de semana del pasado junio. Además, a Mar se le dan bien la pasarela y el horno, ya que las tartas que elabora son aclamadas por los comesales, llegando a hacer hasta doce diarias.

Tierra y agua tiene capacidad para unos 300 comensales y fácil aparcamiento. Es, según indica Mar, el lugar «que te lleva a sentirte en Babia». Pero en la Siberia extremeña.