A Bolota: cocina burguesa tradicional en la llanura alentejana

Lo recomiendan Trip Advisor y las guías Michelin, Repsol y Boa Cama Boa Mesa. ¿Pero lo recomienda EN SALSA? El restaurante se llama A Bolota y está en una freguesia de Elvas llamada Terrugem. Hay que tomar la última salida de la autopista justo antes de empezar a pagar peajes, seguir unos pocos kilómetros por la nacional hacia Lisboa y, al llegar a Terrugem, seguir las indicaciones de 'Restaurante' hasta llegar a una casona blanca con aparcamiento delante y unas escaleras que conducen a un comedor luminoso y elegante.

A Bolota

Comida

3/5

Atención

3/5

Ambiente

4/5

Nuestra valoración:

Precio:

€€€€

Las mesas son amplias, vestidas con mantelería blanca y faldilla acogedora, buenas copas para el vino, sillas historiadas de madera con cojín, una vela, un pequeño cactus, mucho silencio, servicio obsequioso y ambiente de casa burguesa portuguesa.

Si avisas de que vas a compartir, traen la comida dividida en dos porciones iguales, con indéntico emplatado, cada con su correspondiente cubre plato. Para cerrar el círculo de la profesionalidad, te preguntan si quieres alguno de los aperitivos, costumbre, cada vez más extendida en los restaurantes rayanos.

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Así que aceptamos las aceitunas 'machacás' (correctas) y la mantequilla casera con hierbas (muy buena), animamos la espera, y después la comida, con un Monte Velho Esporão blanco 2019 de limpio color dorado y fruta aromática seduciendo los sentidos. Un buen vino y cubitera con hielo en mesa auxiliar para no perder el punto. Una cesta con seis variedades de pan remata un florilegio de sensaciones agradables que preparan al comensal para afrontar el análisis de la carta y decidir.

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En la sección de entradas, quesos de la región, ensaladas previsibles, salvo una de queso de cabra con manzanas y nueces, y una rica tentación vegetal: espinacas gratinadas. Sigue la contundencia regional de los huevos mexidos (revueltos) con morcilla farinheira y acabamos con una oferta imprescindible en el Alentejo, «el país de las sopas»: cremas de tomate con huevos de codorniz y de espárragos y sopas de verduras y de cazón. En pescado, tres tipos de bacalao y en carne: ternera, cordero, pato estofado y en arroz y cerdo con cocido de garbanzos o con migas. No estamos, en fin, ante una carta muy variada, pero avisamos ya de que la esencia de A Bolota no es la variedad, sino la elaboración.

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Pedimos un lomo de bacalao frito con patata confitada en aceite. La ración es abundante sin ser pantagruélica. Las fotos pueden mover a error: recuerden que dividieron en dos platos para compartir. Es un bacalao delicado, delicioso y preparado con esmero y detalle: buen pescado, buen rebozado, patatas en su punto, guarnición diferente y emplatado de nota alta. Vino después un, según la carta, «Assado especial com arroz de passas e pera en groselha». Al retirar el cubre platos, resultaron ser unas carrilleras. Sientes una pequeña decepción pues no te las esperas con ese enunciado, pero la guarnición de arroz con pasas y peras al vino acompañando a unas acarameladas carrilleras en salsa te ayudan a superar el bajón.

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Postres distintos, internacionales, con la nota local de un dulce conventual. Tomamos un suflé de chocolate con sorbete de fruta fresca, tan atractivo a la vista y delicado al gusto como todo en esta «Bolota» de Terrugem que sí, efectivamente, también recomienda EN SALSA.