Borrar
Así hemos narrado la manita del Barça al Valencia
Armónico y acogedor comedor del restaurante Atrio. Esperanza Rubio
Atrio: Un menú de tres estrellas

En Salsa | La crítica

Atrio: Un menú de tres estrellas

En Salsa chequea los cambios que el máximo galardón Michelin ha traído al reconocido restaurante cacereño

DON POLEO

Viernes, 27 de octubre 2023, 08:38

En Salsa había comido en Atrio cuando el restaurante tenía dos estrellas. ¿Qué ha cambiado con tres? Al entrar, la sensación es la de siempre: luminosidad, armonía, detalles delicados y un trajín de personal (16 en sala, 20 en cocina) que no apabulla. Sentados en la mesa, no se notan cambios llamativos. La vajilla inicial sigue siendo Raynaud de Limoges; a lo largo de la comida, nos cambiarán nueve veces los cubiertos; el emplatado es fastuoso y dos detalles: nueve platos se cogen con la mano, además de la mayoría de los postres y golosinas, y no hay pan.

Hasta aquí, pocos cambios o ninguno. El servicio sigue liderado por los profesionales de siempre, todos explican los platos con solvencia y fraseología adecuada y rica y José Luis, el somelier, sigue siendo una enciclopedia del vino. Esa continuidad en sala es una de las garantías de calidad del premiado restaurante cacereño.

Paté con encurtidos y plátano macho. ESPERANZA RUBIO

Pero empieza el menú y nos fijamos en la tarjeta que lo anuncia. Su particularidad son los trazos de pan de oro que decoran cada portada: son todos diferentes en estos tarjetones personalizados. Consultándolos, comprobamos que con dos estrellas se servían 23 platos y con tres estrellas, uno menos: 22. Otro detalle es que ha subido el precio del menú un 15%: de 205 a 235 euros, bebida aparte.

Tapioca de salmón y cochifrito. ESPERANZA RUBIO

Parece ser que la subida de precio es casi una exigencia Michelin, al igual que los inspectores vienen dos veces al año, pasan el informe y no puede repetirse el menú. ¿Cuáles son esos cambios y qué aportan? Hay que empezar diciendo que la división del menú en partes es prácticamente la misma excepto en un punto. Se mantienen «snacks», «nuestro cochinito se va a la playa», «el cochinito de merienda en la dehesa», «caviar y cochino» y «el cochinito goloso». Ha desaparecido el epígrafe «el cochinito tradicional» sin que se haya sustituido por otro: asignatura pendiente.

Aceituna negra cacereña, patata con queso de las Ibores y jamonesa. ESPERANZA RUBIO
Imagen principal - Aceituna negra cacereña, patata con queso de las Ibores y jamonesa.
Imagen secundaria 1 - Aceituna negra cacereña, patata con queso de las Ibores y jamonesa.
Imagen secundaria 2 - Aceituna negra cacereña, patata con queso de las Ibores y jamonesa.

En los snacks, no hay cambios: la tapenade de aceituna negra cacereña, la sutil patata con queso de los Ibores y la lionesa con la maravillosa panceta ahumada siguen sorprendiendo por mucho que se repitan. Tampoco hay cambios en el apartado de mar y montaña, o sea, cuando «el cochinito se va a la playa», y nos sirven la ventresca de atún con manteca colorá, la emulsión de salmón con cochifrito y la gilda de loncheja ibérica con anguila ahumada, tres delicias sutiles y un cambio anunciado: van a sustituir la gilda por otro plato que investigan y culminan lentamente.

Cochinito se va a la playa. ESPERANZA RUBIO
Imagen principal - Cochinito se va a la playa.
Imagen secundaria 1 - Cochinito se va a la playa.
Imagen secundaria 2 - Cochinito se va a la playa.
Torreznos y vieras con cítricos. ESPERANZA RUBIO
Gilda ibérica. ESPERANZA RUBIO
Ventresca de atún. ESPERANZA RUBIO

Entramos en la parte fundamental del menú, «cuando el cochinito merienda en la dehesa» y llega la famosa jamonesa (esta vez tenía un toque de zumo de tomate industrial que te dejaba de lado), los embutidos al estilo Atrio, con un lomo doblao descollante, y la empanadilla de taro rellena de sopa de tomate resumiendo Extremadura en un bocado sublime. «¿Cómo meterá Toño la sopa de Justina, su madre, en la empanadilla?» se preguntaba asombrado un comensal. No se lo pudimos preguntar: Toño y José estaban en París.

Empanadilla de taro, lomo doblao y salchichón. ESPERANZA RUBIO
Imagen principal - Empanadilla de taro, lomo doblao y salchichón.
Imagen secundaria 1 - Empanadilla de taro, lomo doblao y salchichón.
Imagen secundaria 2 - Empanadilla de taro, lomo doblao y salchichón.

A continuación, el porco tonnato, original extremeñización de la vitela (ternera) tonnata italiana; el contraste subyugante de los torreznos y las vieiras con cítricos y la primera novedad: las tres estrellas han modificado mínimamente el bollo de tinta con calamar y guiso de oreja: una salsa de tinta ha convertido en jugoso un plato que habíamos criticado por pastoso en nuestra anterior visita.

Porco tonnato. ESPERANZA RUBIO
Presa ibérica. ESPERANZA RUBIO

Sigue la cumbre gastronómica del caviar beluga sobre la papada cocida 50-70 horas y desaparece, como dijimos, el epígrafe «el cochinillo tradicional». Y con él, el lagarto ibérico y la carbonara con lomo ahumado, para incorporar un bogavante en glaseado de ibérico, combinación elegante y sugerente de sabores. Han cambiado la guarnición de la presa y conservan el plato que más tiempo lleva en Atrio: la careta de cerdo con cigala.

Careta y cigala. ESPERANZA RUBIO

Los postres no han variado, aunque la cereza que no es cereza ha perdido sutileza, algo inexplicable. Acompañamos con dos vinos extremeños tan asequibles como interesantes (un blanco Sani chardonnay y un tinto Paiva 56 barricas). En resumen: pocos cambios, la misma calidad de siempre y tres estrellas reconociendo un brillo sostenido a lo largo del tiempo.

Algunos postres. ESPERANZA RUBIO
Imagen principal - Algunos postres.
Imagen secundaria 1 - Algunos postres.
Imagen secundaria 2 - Algunos postres.

Atrio

Atrio
  • Dirección Plaza de San Mateo 1.

  • Localidad Cáceres

  • Teléfono 927 24 29 28

  • Horario Abre todos los días de 13.45 a 16.00 horas y de 20.30 a 23.00 horas

  • Terraza

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

hoy Atrio: Un menú de tres estrellas