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Comedor de Fago. M. E.
Fago, la cocina creativa de Marvão
CRÍTICA GASTRONÓMICA

Fago, la cocina creativa de Marvão

En este nuevo restaurante rayano, combinan sorpresa y delicadeza desde los entrantes a los postres

don poleo

Jueves, 28 de abril 2022, 21:49

Marvão. El pueblo más alto de Portugal. 150 habitantes a 865 metros de altura y un destino gastronómico de fin de semana. Arriba, rozando el cielo, solo se podía comer de dos maneras: al estilo tradicional portugués (Varanda do Alentejo, Pousada, El-Rei Dom Manuel, Casa do Povo) o al estilo desenfadado y natural con emparedados y ensaladas (O Castelo-Café Lounge, Natural Bar Food and Culture).

Pero hace seis meses, Diogo, chef llegado de Oporto, y Daniel, natural de la aldea fronteriza de Galegos, reformaron una casita de la fortaleza, abrieron un restaurante llamado Fago y lo han convertido en referencia culinaria de Marvão. «Cocino el arroz que le gustaba a mi abuela, con un toque crocanti, muchas verduras y pimentón de la Vera. Queremos servir una cocina diferente, que antes había que ir a comer a Estremoz, Évora, Cáceres o Badajoz. Procuramos hacer una relectura y reelaboración de la cocina tradicional portuguesa», explica Diogo el concepto gastronómico de Fago.

Y Daniel precisa que procuran trabajar con productos de la zona y vinos de la comarca: «Los más alejados los traemos de Estremoz, pero nos hemos especializado en los de la Sierra de San Mamede, que los hay muy buenos». La plantilla la completan dos jóvenes: Sara, que es del Algarve y vive en Galegos, y María, de Marvão.

Fachada, interior y baños de Fago. M. E.
Imagen principal - Fachada, interior y baños de Fago.
Imagen secundaria 1 - Fachada, interior y baños de Fago.
Imagen secundaria 2 - Fachada, interior y baños de Fago.

Fago es un restaurante pequeñito con seis mesas y 16 plazas en el interior y otra mesa en la terraza exterior. La decoración es agradable y está cuidada en detalles como el suelo de barro cocido que han traído de Málaga. La temperatura es ideal, suena música actual sin molestar, la iluminación está estudiada y conseguida, la cocina se encuentra a la vista y el baño es muy bonito, con pila de mármol y toallitas individuales apiladas.

Sillas envolventes y cómodas de madera, bodega de vinos acristalada (16 blancos, 4 rosados, 19 tintos, 1 espumoso, todos de la zona, precio algo subido) y atención sin fallos: conocen los platos, los explican bien y hablan castellano. Cambian los platos de cerámica Nosse portuguesa y los cubiertos dorados de esmerado diseño, pero cometen un fallo imperdonable: no hay mantel, el pan se coloca directamente sobre la mesa, pasan la bayeta, que se ha usado en otras mesas, para quitar las migas tras cada plato y luego vuelta a poner el pan sobre esa superficie.

Vajilla. M. E.

Los entrantes merecen la pena: aceite y aceitunas de la casta galega, sublime mantequilla quemada con sal y avellanas y excelente pan de Porto Espada. La carta se consulta en una tablet o con el código QR. Es muy corta y cambia a diario, siempre tres platos: vegetariano, carne y pescado o marisco. El día de nuestra visita, tenían arroz crocante, bacalao y dos postres. El sábado pasado ofrecían arroz, escabeche de caballa y chuletas de cordero.

Aperitivos. M. E.

Vamos con el arroz crocanti biológico con patata, pimiento rojo y grelos. Se trata de una capa de arroz crujiente, toque socarrat, cubriendo un combinado de verduras escogidas con cremas deliciosas: delicia vegetariana de perfecta ligazón. Probamos después el bacalao con salsa de mejillones ahumados, garbanzos tostados y nabizas o coles, otra sorpresa que desarma.

Arroz crocanti, bacalao y copa de licor. M. E.
Imagen principal - Arroz crocanti, bacalao y copa de licor.
Imagen secundaria 1 - Arroz crocanti, bacalao y copa de licor.
Imagen secundaria 2 - Arroz crocanti, bacalao y copa de licor.

Los postres son de matrícula de honor. Nada de dulzainas portuguesas sobradas de azúcar, nada de bodegones españoles con mezclas sin sentido, sino una tarta de chocolate y caramelo con helado de cerveza negra y naranja cristalizada donde todo concuerda en equilibrio delicado y el toque final: un asombroso churro con hierbabuena sobre helado de fresa y piña que nos dejó estupefactos. El café viene con nota explicativa: tostado con notas de bizcocho y chocolate, y la ginginha de cortesía es una joya que certifica con broche de rubí que la cocina creativa ha llegado a Marvão.

Mantequilla con avellanas tostadas y sal, postre de chocolate y postre de churro. M. E.
Imagen principal - Mantequilla con avellanas tostadas y sal, postre de chocolate y postre de churro.
Imagen secundaria 1 - Mantequilla con avellanas tostadas y sal, postre de chocolate y postre de churro.
Imagen secundaria 2 - Mantequilla con avellanas tostadas y sal, postre de chocolate y postre de churro.

Fago

  • Dirección Travessa da Praça, 2A

  • Localidad Marvão

  • Teléfono +351 245 089 057

  • Horario Lun-Mie: cerrado. Jue-Vie: 19-23 horas. Sab: 12-16/19-23 horas. Dom: 12-16 horas

  • Terraza

  • ¿Tiene Cruzcampo? No

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