La Bacana: «Pedagogía del chuletón en una terraza con inspiración asturiana»

Hay gente a la que se le activa esa bombillita que demanda proteína. Si la tendencia es hacia la carne debería colocar en su radar a La Bacana, en la barriada de Valdepasillas de Badajoz. No es el templo que el carnívoro más exigente tendría en su agenda, pero como asador gana puntos que la cocina con su parrilla quede a la vista y supone una salida muy digna para jugar con las posibilidades que ofrece el costillar de una vaca: chuletón de lomo bajo, más fino y que se digiere mejor; o de lomo alto (las ocho costillas más cercanas a la cabeza) si el comensal está más curtido.

No obstante, un gourmet desprendido puede decantarse por el T-Bone, corte que coge carne adherida a la parte interna de la costilla, el sabroso solomillo, el cual también se ofrece de manera exclusiva a 22 euros. Otra posibilidad, por 18 euros, es probar un roast beef que sale del horno con una salsa especiada demasiado suave y fileteado en finas porciones, o bien jugar con la carne en una 'fondue' para dos por 35 euros.

La lista de entrantes es variada y se apuesta por el cabrales hasta en la tarta de queso del postre pues la inspiración de La Bacana es asturiana, por eso todo es vaca. Hay quesos de la zona, cachopo y por supuesto sidra.

El jefe de sala es muy atento y hace pedagogía de lo que sirve, algo que no saben hacer todos los camareros. Asegura que cada pieza ha estado cuarenta días madurando, tiempo quizás excesivo para romper las fibras. En cualquier caso, se consigue que el hueso chupe la sangre, y si no, siempre hay la posibilidad de seguir marcando la pieza en la mesa.

La Bacana, a punto de cumplir cuatro años, no se ve a primera vista pues está en una primera planta con una terraza muy agradable que lo hace diferente y compensa carencias como el tamaño de las raciones o la presencia de las guarniciones. En cuanto a tintos hay 38 referencias (tres extremeños) desde los 12 euros a los 37 de un Abadía Retuerta (Ribera del Duero).