El Moreno: «Temporada de cachopos»

El sábado que se decretó el estado de alarma, Ángeles y Miguel tenían cinco cachopos encargados. Hubo que cerrar el bar y anular los cachopos. Desde entonces, hace de eso ya tres meses y medio, el bar Moreno del barrio cacereño de San Blas (Plaza 8 de Septiembre, 9) ha estado cerrado. El martes pasado reabrió y eso significa que ha vuelto la temporada de cachopos asturianos y torreznos toresanos, de callos a la extremeña y orejas fritas con mojo picón canario.

María de los Ángeles Moreno (Cáceres, 1969) y Miguel González Moreno (Cáceres, 1967) abrieron hace 17 años el bar que hace honor a sus apellidos en el barrio cacereño de la Mejostilla. Miguel tenía experiencia en hostelería porque había trabajado en la popular cafetería Lux de la calle Pintores durante más de 20 años. En 2012, se trasladaron al barrio de San Blas y desde entonces se han convertido en una referencia de la cocina de toda la vida. A saber: morro, morcilla, oreja, callos... Y además, bacalao, tartar de atún, arroz con bogavante, etcétera, hasta convertir este bar de barrio en un templo de las comidas populares y familiares.

El bar Moreno tiene una oferta tradicional y a la vez original. Se preocupan de ofrecer algo distinto. «Hace 11 años empezamos a traer sidra Trabanco de Gijón. Para completar la oferta de gastronomía asturiana, preparamos el primer cachopo hace tres años. La prueba gustó y hoy es una de nuestras especialidades», cuentan.

La inmensidad de los cachopos (16 euros y el tamaño no importa) depende de lo que les sirva ese día el carnicero: pueden ser de 850 gramos, de kilo doscientos... El más grande que han preparado era de 1.700 gramos. Ángeles les mete queso cheddar y jamón serrano, los empana y los fríe. Con una botella de sidra, la salsa y la guarnición de patatas fritas y pimientos, son un plato perfecto para comer entre amigos. La sidra la sirven a la asturiana desde cinco escanciadores muy propios.

Un plato muy especial son las orejas de cerdo fritas con mojo picón (10). «Cuezo la oreja entera con laurel, ajo, pimienta y cebolla, luego la rebozo en harina, pan rayado y huevo, la frío y va acompañada de mojo picón», detalla Ángeles. El Moreno es uno de los pocos bares de Extremadura donde se pueden tomar los clásicos torreznos castellanos, grandes, crujientes y sabrosos (9,50). «Son torreznos toresanos. Vamos a Toro a por ellos», explica Miguel. Los morros (9), fritos y acabados al soplete, los pide mucho la gente joven.

Un plato muy típico son los callos a la extremeña (10). «Los cuezo con una cabeza de ajo, cebollita, clavo, laurel, sal y pimienta, todo en crudo. Tras una hora cociendo, hago un sofrito de cebolla, ajo, pimentón picante y un poco de tomate y los acabo ahí. Llevan morro y morcilla, pero no chorizo porque entonces serían a la madrileña», especifica la cocinera.

En el bar Moreno, los cachopos se preparan por encargo. También cocinan por encargo cocido (10) o arroz con bogavante (15). Las reservas y los encargos, en el 927 761 564. Cierra los lunes. Pero además de esos platos, se puede pedir un tartar de atún (9,50), bacalao dorado (10,50) o carrilleras ibéricas (15). En estas jornadas calurosas de verano, el vaso de gazpacho (2) o la ensaladilla rusa (7) entran muy bien.

El casticismo de este bar de barrio se completa con raciones populares como el rabo de toro estofado (16), el frite de cabrito extremeño (15), la morcilla de Arroyo (8), los caracoles con tomate (10) o unas sabrosas croquetas de cocido o de jamón (9,50). En el Moreno, uno se reconcilia con la cocina extremeña de siempre y conoce la moda asturiana del cachopo.