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Terraza del restaurante Nolasco de Cáceres, junto a la Torre Redonda de la muralla ARMANDO
Nolasco: «Una cena memorable en la parte antigua de Cáceres»

Nolasco: «Una cena memorable en la parte antigua de Cáceres»

LA CRÍTICA ·

Una ceremonia placentera desde los bocaditos de sepia hasta los lomitos braseados de cordero

don poleo

Viernes, 16 de julio 2021, 22:28

En un lustro, se ha doblado la oferta de restaurantes en la parte antigua de Cáceres. Hoy hay diez y todos son interesantes. Hemos escogido para cenar el último en abrir: Nolasco, en un lugar estratégico, donde el adarve del Padre Rosalío hace una curva, y agradable: mesas amplias en la terraza, aunque ligeramente inestables, sillas de jardín con cojines, jardineras con albahaca, kentia, agave, ave del paraíso…

El nombre del restaurante responde al segundo apellido del chef, Eleuterio Sánchez Nolasco, que con su esposa, Mari Luz Martín Iglesias, que ejerce de maître, regentan desde hace años el restaurante cacereño Homarus. La filosofía del nuevo proyecto es diferente: una carta más corta, hincapié en la tradición (embutidos, quesos, migas, patatera en cuatro texturas) y platos sugerentes para compartir. En la carta de vinos, bien escogidos, 44 referencias de 11 denominaciones de origen. En la carta de comida, un par de detalles a corregir: el salmorejo es de cereza no de cerveza y las hierbas del entrecot se escriben con be.

Los detalles marcan la diferencia en Nolasco. M. E.
Imagen principal - Los detalles marcan la diferencia en Nolasco.
Imagen secundaria 1 - Los detalles marcan la diferencia en Nolasco.
Imagen secundaria 2 - Los detalles marcan la diferencia en Nolasco.

El pan es correcto y llega bien presentado en saquito de papel. La vajilla, informal y divertida, es inglesa de Steelite. La mantelería, rústica de color piedra, completa el aire de informalidad elegante y la cubertería italiana Pirinfarina es original y de alta calidad.

Aperitivo de gazpacho de frutas y albóndiga de cordero. M. E.

Nos detenemos en un detalle complementario como la cubertería para destacar el buen gusto con que está concebido Nolasco. No hay fallos desde que llegas hasta que te vas. El equilibrio entre formalidad y relajación, entre comida y contexto es absoluto. Los camareros, eficientes y bien uniformados. La maître, atenta a los detalles y sin dejar nada al azar. Y el tempo, un engranaje de reloj suizo: los platos llegan a la mesa en el momento preciso, sin esperas ni prisas.

Comer en la terraza de Nolasco es hacerlo en una torre romana. M. E.

Al sentarnos, unas aceitunas entretienen el preámbulo. Después, un vasito de gazpacho de frutas limpia el paladar y una albóndiga de cordero lo anima. Empecemos por el final: la cena fue perfecta, ni un fallo, ni un plato desdibujado, ni un fracaso… Solo los postres (torrija y tarta de queso) templaron el entusiasmo. En Homarus nos había sucedido lo mismo. Recordemos lo que escribimos entonces: «Bocaditos de leche frita correctos sin más y rutinaria tarta Tatin».

Torrija con helado de canela. M. E.

Expuesta la conclusión, razonémosla. Empezamos con la ensalada fresca con frutas y aguacate: una mezcla sutil y convincente de dulzura tenue y amargor delicado. Seguimos con unas delicias de arroz con bogavante: croquetas de interior cremoso y emocionante que dieron paso a un plato de resonancias arábigas en la presentación y la elaboración: bocaditos de sepia en salsa de azafrán. Su salsa de tomar pan y mojar, el toque picante y la sedosidad del bocado de sepia componen un conjunto gratificante.

Ensalada de frutas, delicias de arroz con bogavante y bocaditos de sepia. M. E.
Imagen principal - Ensalada de frutas, delicias de arroz con bogavante y bocaditos de sepia.
Imagen secundaria 1 - Ensalada de frutas, delicias de arroz con bogavante y bocaditos de sepia.
Imagen secundaria 2 - Ensalada de frutas, delicias de arroz con bogavante y bocaditos de sepia.

El emplatado es imaginativo y brillante y la lubina salvaje a la bilbaína, fuera de carta, está perfecta de punto y sabor. Una pluma ibérica con salsa de naranja amarga demuestra que se puede innovar con los ibéricos realzando su esencia, no enmascarándola y unos lomitos braseados de recental merecen ser seleccionados para la antología de los mejores platos de cordero que ha probado este crítico.

Lubina, pluma y lomos de cordero recental. M. E.
Imagen principal - Lubina, pluma y lomos de cordero recental.
Imagen secundaria 1 - Lubina, pluma y lomos de cordero recental.
Imagen secundaria 2 - Lubina, pluma y lomos de cordero recental.

Una cena memorable con unos postres con más presencia que esencia. Podemos sentenciar sin reparo: la parte antigua de Cáceres crece gastronómicamente con Nolasco.

Nolasco

  • Dirección Calle Adarve del Padre Rosalío, 14

  • Localidad Cáceres

  • Teléfono 927 29 86 11

  • Horario Cerrado martes y miércoles. El resto de días: de 13.00 a 16.30 y de 20.30 a cierre.

  • Terraza

  • ¿Tiene Cruzcampo? No

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