Recanto de São Paulo: «Una picaña con ceremonia»

La zona alta de Elvas, en el entorno del mercado de abastos, es un barrio muy tradicional. No se encuentran muchos turistas por allí, tampoco viajeros gastronómicos de fin de semana. Por aquí está el castillo, algunos antiguos cuarteles, un aparcamiento estupendo y gratuito y no queda lejos del centro, solo hay que ascender unos metros de cuesta tras la Catedral. Pero da lo mismo, los españoles no solemos subir tanto y preferimos quedarnos en los restaurantes de la parte baja o en los situados extramuros. Craso error porque nos perdemos lugares como el Recanto de São Paulo, un restaurante donde sirven una de las mejores picañas de la Raya y, además, lo hacen con ceremonia incluida.

El restaurante tiene una terraza pequeña donde se cena relajadamente y un comedor interior puesto con detalle y sin lujos. Los manteles son de papel y en ellos está impresa la carta. El servicio es correcto, no esperen atención esmerada ni profesionalidad de alto nivel, sino funcionalidad, eficiencia y pragmatismo, pero con buen tono.

El pan es decente, estilo papo seco, y hay que rechazar los entrantes que no apetezcan y quedarse, por ejemplo, con la ensalada de langostinos, que llega a la mesa en un cuenco, entra por los ojos y está gustosa y fresquita. Los precios son comedidos, tanto de los entrantes como de los platos principales.

En la carta, hay una oferta variada de sopas calientes y frías: de tomate con huevo, de cazón con pan frito, la açorda aletejana y se puede pedir gazpacho a la española o al estilo alentejano, parecido a nuestros gazpachos antiguos sin moler y con tropezones.

Es muy atractiva la sección de comidas de tacho o tradicionales. Son guisos de cuchara que quizás sean más apropiados para la temporada de invierno: feijoada alentejana para dos con carnes de cerdo o cocido tradicional de la casa también para dos. Pero en este Recanto de São Paulo apuestan por platos de cazuela tan suculentos como los garbanzos con bacalao, las feijoadas de chocos con gambas y de pulpo con gambas. Preparan un rico arroz con gambas y almejas y también cocinan el bogavante, ya sea con arroz ya sea en feijoada, o sea, con alubias pintas.

El otro punto de la carta donde brilla este Recanto es el de las carnes. Ya sea la ternera alentejana, el cerdo ibérico o el pollo, los platos carnívoros se sirven en su punto y el cliente puede escoger diversos «acompanhamentos» que complementen los que trae cada plato, a saber: migas de cilantro o de tomate, plátano frito, verduras salteadas, arroz, alubias pintas o patatas fritas.

Pero centrémonos en el plato estrella de la casa: la «picanha no espeto» con guarnición para dos personas. La picaña, como saben, es un corte de carne de ternera muy jugoso. En España se llama rabillo de cadera y se suele comer en filetes. En Brasil y en Portugal, se sirve en cortes más gruesos y en el Recanto de São Paulo llega a la mesa en un espeto. El maître corta finas lonchas, las deja en los platos y se lleva la picaña para que se siga haciendo a fuego lento. Toda una ceremonia acompañada de arroz, judías, banana frita y patatas fritas. Una ceremonia con sabor, una carne de primera y una experiencia entretenida y distinta en este barrio alto tan elvense, tan suculento.

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