La Raya, el nuevo vino de Palacio Quemado que tiene carácter alentejano

La Raya es una fuente infinita de inspiración. Sobre ella hay libros, rutas, recetas... y ahora también un vino, concretamente la nueva referencia de Palacio Quemado. Salió al mercado hace un par de días, pero se le augura un gran futuro, ya que las bodegas Alvear han mimado todos los detalles de su proceso de creación.

Fermentado en hormigón y criado en fudres de roble francés durante 18 meses, presenta un color rojo picota. Tiene mucha intensidad en nariz y se perciben notas florales y herbáceas que recuerdan al olor del heno seco. Además, La Raya 2018 de Palacio Quemado se caracteriza por su fondo mineral pizarroso, con toques especiados de pimienta negra y nuez moscada. En boca es amplio y muy equilibrado; con un final largo y sedoso, en él se aprecia chocolate, vainilla y fruta negra. Por ello, es muy gastronómico y marida bien con guisos, carnes ibéricas a la brasa, patés, quesos y hasta con un plato de pasta.

Como bien dicen desde la bodega, «el terruño no entiende de política», pero sí de climatología, por lo que Palacio Quemado suele apostar por el uso de variedades portuguesas en sus productos. En este caldo, en el que han contado con la colaboración del enólogo luso Luis Lopes, han utilizado principalmente la variedad Trincadeira neta, aunque tiene pequeñas aportaciones de Alicante bouschet y de Syrah. La uva Trincadeira (también conocida como Tinta Amarela) es una fruta de piel púrpura, típica en la producción de caldos de Oporto y otros tintos lusos. Se cultiva principalmente en el Douro, Dao y en el Alentejo, de ahí su marcado carácter. Tan rayano, tan nuestro.