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Retrato de un hombre de la isla de Dominica (1770). HOY
Maestro de cocina y esclavo de un presidente

Maestro de cocina y esclavo de un presidente

GASTROHISTORIA ·

Varias investigaciones descartan que un retrato del Thyssen represente a Hercules Posey, cocinero de George Washington

Viernes, 4 de marzo 2022, 11:56

Así me gusta. Después de dedicar dos artículos a la historia del uniforme de cocina y de hablar específicamente sobre el gorro de chef la semana pasada, un avispadísimo lector me ha preguntado acerca del cocinero del Thyssen. Me encanta que estén ustedes ojo avizor, porque es verdad que el retrato de ese acicalado y reluciente marmitón no encaja con la cronología que aquí les he hecho de la vestimenta cocineril.

Les hablo de un cuadro que hasta hace poco figuraba en el catálogo del museo Thyssen-Bornemisza de Madrid bajo el título 'Retrato del cocinero de George Washington'. Atribuido al artista estadounidense Gilbert Stuart y fechado en torno a 1795, este lienzo se ha usado recurrentemente para ilustrar artículos, libros y páginas web relacionadas con la gastronomía, así que es posible que muchos de ustedes lo hayan visto alguna vez a pesar de no haber visitado nunca el Thyssen. Siento decirles que de momento tendrán que conformarse con mirar una reproducción: actualmente la tela no está expuesta y parece que al menos a corto plazo no va a volver a colgarse en la pinacoteca madrileña.

Es lo que suele pasar cuando una pintura célebre cambia su atribución. El cuadro sigue siendo el mismo, pero lo que se creía ver en él es distinto. Lo que antes era un Velázquez ahora es una copia de Martínez del Mazo, por ejemplo, con la consiguiente pérdida de fervor entre los visitantes. O, como en este caso, la que se pensaba que era la única representación de un fascinante personaje histórico resulta no ser tal. Durante años se creyó que el hombre que ven retratado aquí era Hercules Posey (1748-1812), cocinero del primer presidente de Estado Unidos y uno de los muchos esclavos que George Washington poseyó en vida.

Quien miraba el cuadro veía a un hombre negro vestido de impecable color blanco, pero también a uno de los primeros chefs de EE UU, a una persona orgullosa de su oficio, a un trabajador ensalzado por su talento y por encima de todo, a un esclavo que pudo escapar de sus cadenas. El supuesto retrato de Hercules era un hito, un auténtico icono de la identidad afroamericana y un símbolo del racismo de algunos padres fundadores, capaces de comprar y vender personas pese a luchar contra los ingleses por la libertad. Mientras el original descansaba en España en EE UU se popularizaban las réplicas que, colocadas en lugares como el Museo Smithsonian (Washington D.C.) o el Parque Nacional Histórico de la Independencia (Filadelfia), arrojaban luz sobre la faceta más tenebrosa del general Washington.

No es un chef

El retrato del cocinero presidencial viajó en 2016 desde Madrid hasta Mount Vernon (Virginia), la plantación familiar de los Washington, para formar parte de una exposición sobre la esclavitud. Allí la pintura fue examinada por académicos, historiadores y expertos en arte de ambos lados del Atlántico. Sus conclusiones, publicadas hace tan solo tres años, fueron unánimes y demoledoras: la imagen se pintó en torno a 1775, pero no es de Gilbert Stuart y tampoco representa a Hercules Posey. Ni tan siquiera a un chef. El gorro que lleva el protagonista del cuadro no está relacionado con el clásico 'toque de cuisine' –que surgió en Francia en 1821–, sino con el tocado que lucían los negros libres de la isla de Dominica, en el Caribe. El mismo turbante de seda blanca y con puntillas se puede ver en algunos lienzos de Agostino Brunias, pintor italiano que trabajó en las Antillas a finales del siglo XVIII y cuya obra está presente, por cierto, en la colección Carmen Thyssen.

Rebautizado como 'Retrato de un hombre de la isla de Dominica', el óleo en cuestión descansa en un almacén esperando a que termine el luto por lo que fue y ya no es. Si para algunos el descubrimiento ha significado una pérdida irreparable, para otros ha contribuido a convertir a Hercules Posey en una persona real, igual a todos los demás esclavos sin rostro. También animó a Ramin Ganeshram, autora de una novela sobre el cocinero presidencial ('The General's Cook'), a buscar nuevos datos sobre su vida.

Hercules nació como esclavo en la plantación de John Posey, un vecino de los Washington, y en torno a 1767 pasó a ser propiedad del general como pago de un préstamo. En Mount Vernon vivían entonces unos 250 esclavos. Uno de ellos, recibido por Martha Washington como dote al casarse, fue su maestro en el arte del fogón. Tanto destacaba que su amo, recién elegido presidente de EE UU, decidió llamarlo a Filadelfia para que sirviera los elegantes banquetes de su residencia oficial. Por entonces la ley de Pensilvania permitía que los esclavos con más de seis meses de residencia en el Estado reclamaran su libertad, así que para evitarlo Washington hacía rotar a los suyos entre la capital y su plantación virginiana.

Hercules escapó de Mount Vernon el 22 de febrero de 1797, el día del 65 cumpleaños de su amo, y no se supo nada más de él hasta 2019, cuando Ramin Ganeshram encontró en los archivos el registro de su entierro. Vivió libre quince años, hasta su muerte en Nueva York en 1812.

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