Loli Domínguez (La Cocina de Loli Domínguez)
Martes, 8 de noviembre 2022, 17:17
Esta receta es original de Alosno, un pueblo de Huelva, aunque se han hecho muy populares en toda la provincia y por cercanía también en algunos pueblos de Extremadura. Es allí donde los probamos por primera vez y me sorprendió mucho su textura hojaldrada y su sabor delicioso. Se trata de unos dulces muy fáciles de elaborar y con pocos ingredientes. Aunque se suelen hacer para Todos los Santos, son buenos en cualquier momento y ocasión porque están riquísimos y aguantan días en perfectas condiciones. Os los recomiendo.
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Categorías
200 gr (1 +1/2 tazas) de harina de trigo común o de todo uso
65 (5 cucharadas) ml de aceite de oliva
55 gr (1/4 taza) de azúcar
40 ml (3 cucharadas) de vino blanco
1+1/2 cucharaditas de anís en grano
Una pizca de sal
La piel de un limón
Azúcar (para rebozar los engañabobos)
Canela molida (para rebozar los engañabobos)
Abundante aceite (para freír los engañabobos)
1
Lavamos el limón y lo pelamos procurando llevarnos poca parte blanca. Ponemos en un cazo la piel del limón, las semillas de anís y el aceite (es conveniente poner más cantidad porque en el cocinado se consume un poco).
2
Ponemos el cazo al fuego a temperatura media y cuando comience a freír bajamos un poco la temperatura y así cocinamos durante 5 minutos hasta que veamos que la piel de limón tiene los bordes dorados. Apagamos el fuego y lo dejamos enfriar.
3
Ponemos la harina tamizada en un recipiente grande, añadimos el azúcar, el vino y el aceite (antes, una vez frío, lo colamos y medimos la cantidad que necesitamos). Con una espátula mezclamos hasta que los ingredientes estén un poco integrados.
4
Amasamos con las manos hasta conseguir una masa homogénea (si la notamos muy dura podemos añadir poco a poco más vino hasta que tengamos la consistencia adecuada). Tapamos la masa con un paño y la dejamos reposar 15 minutos.
5
Pasado el tiempo de reposo, dividimos la masa en dos partes y con un rodillo estiramos una parte de masa hasta dejarla de unos 3-4 milímetros de grosor. Recortamos cuadrados y los restos los volvemos a amasar y seguimos haciendo cuadrados de unos 4×4 centímetros hasta terminar con toda la masa.
6
Ponemos a calentar una sartén con abundante aceite a temperatura media alta hasta que esté bien caliente. Mientras tanto en un recipiente grande ponemos el azúcar y la canela molida y mezclamos bien. Reservamos esta mezcla para más adelante.
7
Cuando el aceite esté bien caliente, freímos por tandas los trozos de masa hasta que estén bien dorados, dándoles la vuelta para que se hagan por todas partes. Los retiramos de la sartén y los dejamos en un escurridor o sobre papel de cocina.
8
Mientras siguen calientes, los pasamos por la mezcla de azúcar y canela molida y los dejamos enfriar por completo antes de servir.
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