Víctor García
Sábado, 15 de abril 2023, 16:17
El escabeche es una de las formas más sencillas y antiguas de conservar los alimentos. Básicamente se trata de macerarlos en vinagre, aceite, laurel y especias. La técnica se puede aplicar a casi cualquier alimento. Concretamente en vegetales, la receta acepta cualquier tipo de hortaliza. Hoy no necesitamos escabechar para conservar, pero es que todos los escabeches están riquísimos y los de verduras no son menos. Es una forma diferente de consumirlas, sobre todo para aquellos a los que no les gustan mucho.
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Hace mucho que hago las pencas de acelgas escabechadas. Rebozadas, fritas y luego bañadas con el escabeche y a la nevera a reposar unas horitas. Están deliciosas, pero la receta de berenjenas y calabacín que os propongo también ha pasado a formar parte de mi recetario habitual, porque queda estupenda. En mi casa se hacen así porque nos gustan las cosas fuertecitas, pero la cantidad de especias así como la proporción de vinagre son a gusto de cada cocinillas.
Tiempo de preparación
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Tiempo de cocción
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Tiempo total
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Comensales
Cuatro
Calorías
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Categorías
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Medio kilo de berenjenas medianas
Medio kilo de calabacines medianos
4 o 5 huevos
Harina de todo uso
Aceite de oliva para freír
Sal
2 o 3 hojas de laurel
1 cucharadita de pimienta en grano
2 o 3 cucharaditas de orégano seco
5 o 6 dientes de ajo hermosos
Vinagre de vino blanco
Para empezar, cortar las berenjenas y los calabacines en rodajas de 1 cm. aproximadamente.
Batir los huevos y añadirle poco a poco harina hasta que se forme una masa espesa pero todavía líquida.
Poner a calentar el aceite en una sartén. Cuando esté caliente, se puede probar echando una gota de masa y vemos que comienza a freírse, vamos rebozando las rodajas de calabacín y berenjena, escurriendo el exceso y pasándolas directamente a la sartén.
Freír 2 o 3 minutos por cada lado hasta que estén un poco doradas. No hay que meter demasiadas a la vez en la sartén. De lo contrario, el aceite perderá mucha temperatura y van a tardar más en freírse por lo que van a absorber mucha más aceite.
Una vez fritas, dejar reposar sobre papel absorbente y continuar con la fritura del resto. Una vez fritas todas las rodajas fritas, colocarlas en un recipiente grande.
Pelamos los ajos y en un poco de aceite de oliva los freímos enteros hasta que estén tostados. Los ponemos en un mortero con sal al gusto (hasta ahora no la hemos usado, por lo que se pone al gusto) y los machacamos bien. Añadimos al mortero la pimienta negra, el orégano y el laurel. Volvemos a machacar todo junto para que se mezcle bien todo. Añadimos un vaso de vinagre de vino blanco y le damos vueltas para dejar todos los ingredientes bien integrados.
Echamos por encima de las rodajas de berenjenas y calabacines el contenido del mortero, que podemos limpiar con un poco de agua, que también añadimos. Terminamos añadiendo a la fritura tres vasos de agua fresca. Tapamos el recipiente y lo metemos en la nevera. Se pueden consumir pasadas unas tres o cuatro horas, pero lo mejor es dejarlo reposar un día.
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