ASEVEC (Asociación Española de Fabricantes de Vegetales Congelados)
Domingo, 25 de junio 2023, 17:11
Las verduras congeladas son saludables, económicas y sostenibles. Además minimizan el desperdicio alimentario. En el hogar, permiten su total aprovechamiento, ya que se puede utilizar la cantidad deseada y guardar el resto. Y es que las verduras congeladas vienen lavadas, peladas y cortadas, listas para consumir, ahorrando tiempo y recursos.
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Las verduras para ultracongelar se recogen en su mejor momento de maduración, con todo su valor nutritivo, consiguiendo así que conserven sus propiedades como si estuviesen prácticamente recién recolectadas.
Numerosas ventajas que han hecho que las verduras congeladas ganen terreno en la cesta de la compra. Un producto clave para los hogares que permite mantener una dieta saludable y variada a precios más asequibles.
Tiempo de preparación
-
Tiempo de cocción
-
Tiempo total
20'
Comensales
4
Calorías
-
Categorías
comida vegana
500 gr de ensaladilla congelada
1/2 manojo de ajos tiernos fritos
4 cucharadas de harina Yolanda (para freír sin necesidad de huevos)
1 taza de agua
1/2 cucharadita de cúrcuma
aceite de oliva
sal
sal negra de la India (opcional. Se vende ya en cualquier gran superficie)
1 cebolla pequeña
Pelar y freír los ajos tiernos y la cebolla. En una olla, calentar un litro de agua salada. Cuando rompa a hervir, añadir la ensaladilla congelada y dejar que vuelva a elevar la temperatura. Cuando vuelva a romper el hervor, dejar cocer un minuto. Sacar y dejar escurrir bien.
Añadir la verdura, los ajos y la cebolla en una sartén con un buen chorro de aceite. Saltear a fuego medio-alto. Remover con frecuencia hasta que empecemos a ver que algunos trozos de verdura comienzan a dorarse. Según el gusto, dejar que la verdura se dore más o menos.
En un cuenco, poner la harina, el agua, la cúrcuma, un pellizco de sal marina y otro de sal kala namak. Batir todo bien. Agregar el salteado, mezclar y dejar que se integre todo bien mientras calentamos un poco de aceite en una sartén mediana (de unos 24 cm de diámetro).
Verter todo el contenido del cuenco en la sartén caliente a fuego medio. Remover un poco el contenido y dejarlo bien extendido para que cuaje la primera cara. Después de un minuto, dar la vuelta y cuajar por la otra parte.
Si es necesario, se puede volver a voltear de nuevo, hasta que queden las dos caras doradas a nuestro gusto.
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