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Lin, que nació en Fuzhou hace 36 años, es muy conocida en Pardaleras y en la ciudad en general. J. V. ARNELAS

Badajoz celebra el Año Nuevo chino

Lin, propietaria de la tienda Asia Shop, en Pardaleras, festeja por primera vez esta efeméride cocinando 'jiaozi', la comida tradicional de este popular acontecimiento en China

Jueves, 22 de febrero 2024, 20:40

A Guiling Lin todo el mundo en Badajoz la conoce por Lin, aunque realmente es su apellido. «No pasa nada, entiendo que es más sencillo de pronunciar», comenta. En su tienda, Asia Shop, hay un trasiego constante de personas. A muchas las conoce por su nombre. Otras le felicitan cariñosamente el Año Nuevo chino, cuya celebración ha tenido lugar la semana pasada.

Es la primera vez que festeja este día desde que aterrizó en España, allá por 2009, para realizar sus estudios de castellano en Madrid. «Lo he querido hacer este año para celebrar que tenemos nueva tienda y que, además, comienza el año del dragón, que para nosotros simboliza la fortaleza y la vitalidad», explica Lin en un castellano muy fluido y repleto de sinónimos.

Lin es una apasionada de la gastronomía y adora cocinar. J. V. ARNELAS

Además de un taller de caligrafía china, Lin demostró el pasado viernes a los asistentes cómo fabricar 'jiaozi' ('gyozas' en japonés), que es la comida típica del Año Nuevo en China. «Normalmente se reúne toda la familia alrededor de la mesa y se elaboran a mano los 'jiaozi', que tienen la forma de la antigua moneda china. Así, al comerlos, es una forma de atraer la riqueza», detalla.

Momentos del taller de elaboración de jiaozi. J. V. ARNELAS
Imagen principal - Momentos del taller de elaboración de jiaozi.
Imagen secundaria 1 - Momentos del taller de elaboración de jiaozi.
Imagen secundaria 2 - Momentos del taller de elaboración de jiaozi.

Una de las personas que acudió a este taller fue Sara Dorado, propietaria de Dorado Vintage y firme defensora del comercio de cercanía. «Me apunté porque me intrigaba conocer cómo se hacían las gyozas y me ha parecido bastante más interesante de lo que pensaba. Lin nos ha enseñado a hacer la masa y el relleno. Lo hemos cocinado y lo hemos degustado. Nos vamos medio cenados».

Sara y Javier, asistentes al curso. J. V. ARNELAS

En otros talleres gastronómicos que Lin ha impartido últimamente, ha hablado y elaborado 'baozi' (un tipo de 'dumplings' al vapor, pero con un poco de levadura en la masa, por lo que el saquito queda más esponjoso, como si fuera un panecillo. El relleno normalmente es de carne con especias, pero también se pueden comer dulces como si fueran un postre). También 'mochis', 'wonton', e incluso ha realizado la ceremonia del té. En definitiva, con estas actividades, Lin trata de acercar a la ciudadanía pacense los sabores tradicionales chinos.

Jiaozi, también conocido como mandu, dumplings o gyoza. J. V. ARNELAS

Productos de toda Asia

Pero los talleres de cocina asiática son algo relativamente novedoso. Se están produciendo después del cambio de tienda, que tuvo lugar en octubre del pasado año. Gracias a esto, Lin pudo ampliar el stock y cumplir su sueño de tener una encimera con una placa para la divulgación. Aunque no se ha movido de Pardaleras, un barrio que le encanta.

Sin embargo, aunque el establecimiento suele estar lleno y un Doraemon sonriente da la bienvenida, los inicios no fueron tan fáciles. Lin vivía en Madrid, pero había visitado varias veces Extremadura porque su pareja, Jaime Martín-Sauceda, es de aquí, concretamente de Don Benito. Querían una vida más tranquila, menos estresante, y se mudaron en el año 2018. Ella se percató de que en la región no había nada para adquirir productos asiáticos, así que decidió lanzarse a emprender. En septiembre de 2019 abrieron Asia Shop y varios meses después, llegó la pandemia.

Jaime y Lin se conocieron y enamoraron en Madrid hace 12 años. J. V. ARNELAS

«Con mucha fe y paciencia sobrevivimos, en parte gracias a los niños y adolescentes, que siempre nos han apoyado comprando lo que podían con el poco dinero que tenían. Les gustan especialmente las chucherías raras. Algunos están muy interesados por la cultura asiática, incluso aprenden por su cuenta chino, japonés y coreano. Esto me emociona, ya que siento que están valorando mi cultura», confiesa Lin. Después, los padres prueban, también les gusta y se convierten automáticamente en clientes.

Entre sus coloridos pasillos es curioso encontrar artículos como Fanta de melón, Oreo de melocotón y uva; dorayakis; patatas Lay's sabor a takoyaki; Kit-Kat de tarta de queso, además de fideos, pastas, salsas, condimentos picantes... En Asia Shop hay productos de muchas partes de Asia, ya que «todos somos iguales», señala su dueña.

Asia Shop tiene dos trabajadoras, además de Lin. J. V. ARNELAS

Jaime opina que la población pacense tiene muchas ganas de cursos y de conocer otras culturas, aunque considera que el punto fuerte de este negocio es el asesoramiento personalizado de Lin, además del conocimiento y el amor que le profesa a la gastronomía. Ella admite que es feliz aquí, en Badajoz. «Los extremeños son muy acogedores y simpáticos, me han tratado siempre genial y con mucho respeto. Esta sensación familiar no la sentí en Madrid. De hecho, hace cinco años, cuando abrimos, era una niña, pero he aprendido mucho gracias a los pacenses, que me han dado la oportunidad de expandirme, no solo como empresaria, también como persona». Y ella lo devuelve diariamente con su trabajo y su gran sonrisa.

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